Claro, el cronista no pretende echar de la lectura, así, a las primeras de cambio a los oriundos de Jerez de la Fra, la muy noble, muy leal y esta semana muy inflamable, pero la primera cuestión que vamos a abordar va especialmente dirigida a lectores de otras ciudades, si puede ser que tengan un número similar de habitantes. Se trata de una pregunta muy simple y muy directa, aunque puede resultar –se acepta– un tanto extraña: ¿En su ciudad, cada cuanto tiempo arde un autobús urbano?
Saben, nosotros vivimos en Jerez de la Fra un tanto aislados, entre cosas por la Renfe, el levante, la propia idiosincrasia... y desconocemos estos datos. Vaya, que apenas nos enteramos de lo del CGPJ o lo del IVA del aceite de oliva (bonita rima)... que como que nos cuesta seguir la actualidad de otras ciudades, vaya. O, esperen, que es que lo mismo resulta que en sus ciudades nunca salen ardiendo los autobuses urbanos, u ocurrió una vez, hace veinte o treinta años, y todavía sale el tema a conversación en la visita anual a la tía Eulalia, que estaba en la parada cuando salió ardiendo el bus. Eulalia, en realidad "prima de mamá", una octogenaria con su propia teoría sobre las proporciones justas de anís y agua en el botijo, inevitablemente refiere el episodio completamente cambiado de año en año, lo que le da el auténtico punto de interés a esa visita...
Les decía que lo mismo ustedes viven en una de esas ciudades aburridas en las que nunca arden autobuses y la gente los domingos se sigue vistiendo de domingo y se toma el vermú con dos deditos de sifón, pero nosotros en Jerez no podemos decir lo mismo. De hecho, esta semana ardió el último autobús urbano –a ver, no me refiero a que ardiera el último bus que nos quedaba, que todavía se ve alguno por las calles– sino al incendio, al último incendio.
Eso nos ha permitido conocer que los dos grandes partidos, PP y PSOE, llevan una especie de estadísticas sobre los autobuses urbanos que arden, que le arden a cada uno desde que se alternan en el gobierno municipal de Jerez de la Fra. Fue salir el PSOE a criticar que le había ardido un bus al gobierno del PP y saltar horas después del PP con la retahíla de autobuses que le habían ardido al PSOE en sus últimos ocho años.
Teniendo en cuenta que al PP ya le ha ardido uno en un año, y que al PSOE, al parecer, le ardieron siete en estos ocho años, la principal conclusión es obvia: a ver, el PP está casi en cifras. Es cierto que le ha ardido uno un poco pronto, finales de junio y que tal vez dicho incendio debería haberse producido más bien dentro de un par de meses, finales de agosto o comienzos de septiembre, pero pensándolo en frío, no son datos que deban preocupar, que puede haber remontada: con que el próximo incendio se produzca el año que viene allá por noviembre o así, estará en las cifras del PSOE, un pequeño esfuerzo y ya, vaya.
Si esta conclusión es estrictamente matemática, la otra que se me ocurre es el grado de especialización al que se ha llegado en el marcaje del enemigo. Es normal que la oposición no deje pasar una oportunidad de criticar la gestión como esta, pero ya digo, el PP tenía en muy poco tiempo después redactada y enviada la nota en la que 'respondía' con la estadística socialista al respecto. Se desprende una especialización que cabe trasponer a todo tipo de áreas. A ver, va el PP y tala diez árboles enfermos -en Jerez todos los árboles que se talan están enfermos, incluso los que no lo están, para que vean lo extendida que está la enfermedad en nuestra masa arbórea llegado el caso-, si el PSOE lo critica ya sabe lo que le espera un par de horas después: "El PSOE taló doscientos árboles durante sus ocho años de mandato" o algo muy parecido. Otro sobre la limpieza: "las terrazas de Larga y Lancería tiran al suelo y dejan de limpiar 1.600 servilletas los días de levante" pongamos que denuncia el PSOE, que inmediatamente sabe que le espera algún titular tipo "Durante la época del PSOE había tantas servilletas en el suelo de Larga y Lancería los días de levantera que era imposible contar las losas". Y así...
Un último apunte volviendo al tema de los autobuses. Lo cierto es que sigue por ahí alguno de los que vendió a Jerez el Ayuntamiento de Madrid en la segunda época de Pelayo, que ya eran viejos para Madrid hace más de diez años. Realmente, el gobierno municipal, empeñado en hacer de Jerez de la Fra un polo de atracción turística, podía, lejos de jubilarlos, dar a la flotilla madrileña que quede un nuevo uso: cuando van por calles empedradas es toda una experiencia -están al borde de descuajaringarse- así que seguro que rápidamente puede programarse algo que atraiga un ejército de instagramers y youtubers dispuestos a universalizar su vivencia... ¡y ya, si casualmente hubiera fuego por medio, ni les cuento!
Comentarios