El Ayuntamiento de Jerez ha abierto esta semana que concluye la oficina de la candidatura de la ciudad a la Capitalidad Europea de la Cultura 2031. La oficina estará en pleno centro histórico, en el antiguo Tabanco del Duque. Hasta ahí todo bien, perfecto, más comunión del Ayuntamiento con la UCA, con la Diputación y con los empresarios de la CEC , las ventajas de disponer de un techo en el que trabajar juntos, sobre todo en estos momentos de emergencia de vivienda… todo bien, sí, así que este cronista da por descontado que más de un avispado lector, una conspicua lectora, se estará preguntando ya cuando llega el ‘pero’. Les tranquilizo. Hoy Marca ACME no se va a andar por las ramas. El ‘pero’ llega inmediatamente: el Ayuntamiento, su gobierno municipal, sigue sin hacer buena parte de los deberes. De hecho, el deber principal, que es forjar un ‘relato’ –como se dice ahora para todo, incluso para comer un par de huevos con papas– alrededor de la candidatura, sigue sin dar señales de vida.
Y el caso es que el gobierno municipal saber, sabe perfectamente que tiene que hacerlo. Se lo han dicho ya los consultores galaico portugueses (con los que contactó al principio de la revitalización por parte del PP de esta idea original del gobierno socialista saliente) y se lo han dicho técnicos del propio Ayuntamiento que han acudido a alguna reunión internacional al respecto. Cuidado. Cabe suponer que se está trabajando en ello, en afinar ese relato, en que hay sobre la mesa una serie de ideas que se están afinando para cuando toque la defensa definitiva.
Por asuntos que no vienen al caso, este cronista participó la pasada primavera en un par de encuentros en los que se habló de este tema y de la necesidad de tener “en cuestión de meses” al menos un esbozo avanzado de este asunto. Han pasado como diez y no ha trascendido nada al respecto.
Entre que estemos ante ‘el celoso secretismo que antecede a un golpe de efecto monumental’ y un "mira, francamente, no hay nada" hay una amplia gama de grises, que cabe suponer que será donde ahora mismo esté la verdad, lo que no sabemos, por seguir con el juego entre el blanco y el negro, es si lo que hay sobre la mesa es algo gris perla o es gris antracita.
El Ayuntamiento lleva meses 'sumando' a cualquier acto cultural o que tenga cierto barniz cultural, que la ciudad es candidata a ser la Capital Europea de la Cultura 2031. Ha montado distintos expositores informativos aprovechando los actos con fuerte presencia de gente (Zambombas, Navidades), ha abierto el tema a la participación ciudadana y, en cuanto encuentra el más mínimo pie, la alcaldesa Pelayo vincula cualquier acto a la Capitalidad (tal vez el último fue la presencia de la familia Flores para conocer de primera mano Lola Flores II… o puede que desde el martes en que fue dicho acto hasta la publicación de estas líneas, 1 de febrero, ya le haya dado tiempo a encontrar el momento de introducir dicha cuña).
Pero –y ahora sí que vamos a entrar definitivamente en materia después de este ‘pero’– el caso es que el Ayuntamiento de Jerez en su candidatura, en el ‘relato’ de su candidatura, tiene que dar respuesta a una pregunta, a una gran pregunta, sobre la que por ahora no hay nada. Y esa pregunta no es otra que “para qué quiere ser Capital de la Cultura de Europa 2031, qué se propone con ello”. Eso es lo que quiere la Unión Europea (UE), así se ha trabajado en anteriores ediciones y Pelayo lo sabe perfectamente. Claro, no hay respuesta. No hay respuesta, entre otras razones porque, por ahora, no hay preguntas. La alcaldesa Pelayo cogió el proyecto socialista (que estaba con alfileres, todo hay que decirlo) y ha decidido que sea una de las piedras angulares de su mandato. En eso se puso a trabajar yendo Jerez más o menos en solitario hasta que cambió de estrategia y vio más oportuno (buena decisión) que fuera un proyecto de alcance semiprovincial. Pero en esas seguimos. Por ahora, lo que se ha ofrecido es más o menos el ‘surtido’ habitual de Jerez –vino, flamenco, fiesta y celebraciones, patrimonio... todo ello regado con unas ligeras gotas de inevitable chovinismo– que es inmutable a lo largo del tiempo. Esperamos –esperan– dentro de unos meses ese ‘para qué’… Y, desde luego, no parece que la respuesta correcta sea: “pues para seguir igual, joé, para seguir igual, que todo hay que decirlo. Si es que Jerez no se puede aguantar”…