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La Feria del Caballo de Jerez, un sitio estupendo para ir con un kit.
La Feria del Caballo de Jerez, un sitio estupendo para ir con un kit. ESTEBAN

No se habla de otra cosa: del kit. El kit con sus matices. Que si kit de 72 horas o kit de guerra, aunque luego lo han querido suavizar diciendo que si es el kit escandinavo (Finlandia no es exactamente Escandinavia) o que si es un kit para catástrofes, así, en la generalidad.

Este cronista está a favor del kit y, de hecho, sospecha que hay mucha gente que hace tiempo que lo lleva. Por ejemplo, la gente, sobre todo hombres treintañeros, que lleva habitualmente mochila por las calles de la ciudad. ¿Qué si no un kit de guerra puede llevar alguien en esas mochilas que, las más de las veces, se ve que pesan lo suyo? ¿Las obras completas de Tolstoi? ¿Dos botellas de agua de dos litros?

A las madres y padres de hoy en día no hay que venirles tampoco con lo del kit, en el carrito con el bebé llevan absolutamente de todo en su bolsa, en un amplio espectro que va de la higiene y la sanidad a la alimentación y reposición de líquidos para cualquier eventualidad que, usando el lenguaje de los funcionarios de la Unión Europea (UE), no deja de ser una pequeña catástrofe cotidiana.

 La verdad es que hemos estado muy sueltos bajo el paraguas de los Estados Unidos, han sido muchos años en Europa (excepto los escandinavos) yendo de acá para allá sin un kit, y claro, eso se tenía que acabar antes o después. A ver, hombre, que lo que se nos pide desde la UE no es para tanto: recuperar ese viejo transistor Sanyo que está arrumbado en el trastero (tercera balda, al fondo, a la derecha); pasar al kit esa vieja linterna que muchos llevan en el maletero del coche (al fondo, a la derecha, junto a las chanclas de la playa), unas cuantas sardinas en conserva (lo de especificar que son sardinas es cosa nuestra… vemos un tanto frívolo pedir al lector y la lectora que se decante por unos buenos berberechos gallegos… aunque ya puestos) y agua, claro mucha agua… que total, si es para 72 horas. De vino tampoco han dicho nada, no está muy claro si para evitar roces si se comparte espacio con la familia política o por no entrar en honduras sobre qué denominación de origen puede ser la más apropiada para estas horas, cabe suponer que de angustia, más que de algazara y francachela. Ah, ya, a partir de la hora 73, pues el Señor en su infinita bondad… que por ahora, desde la UE, siempre tan solícitos, no hay plan. Por cierto, que también recomiendan juegos de mesa, pero a la antigua, con su tablero y todo, nada de pantallitas, que vete tú a saber, así que de vuelta al Stratego o al Scrabble tradicional.

Haríamos bien en Jerez de la Fra, en sumarnos a la moda del kit. Oportunidades al cabo del año no faltan. Sin ir más lejos ya está aquí la Semana Santa y poco después la Feria del Caballo, la playa… vaya, el ciclo de la vida en la “muy noble, muy leal y vitalista” ciudad de Jerez de la Fra. Pero hay que tomarse este tema en serio, no vale con sumar dos o tres cosas al omeprazol, las tiritas para las rozaduras o los espartos para cuando te quieras bajar de los tacones, no, amigas y amigos, hay que hacer las cosas bien. Personalmente apuesto por mezclar el contenido de los ‘mochilitas’ con algunas de las propuestas de los funcionarios comunitarios y las que han ido surgiendo en estas líneas. Por ejemplo, estás viendo un paso de misterio y tienes veinte minutos hasta que llegue la Virgen: pues te sacas de tu kit ‘Ana Karenina’, libro para el que siempre es el momento y el lugar... sí, puede que quede un poco raro, pero también cabe la posibilidad de que días después, nada más pasar a El Cristo, te encuentras con alguien leyendo ‘Guerra y paz’, por lo que te sentirás el tipo o tipa (qué feo suena ‘tipa’, leche, estas cosas de la igualdad a veces…) más cool de la ciudad, sin duda.

O estas en la Feria en una caseta que está petada y no hay mesa, ni sitio en la barra, pero has encontrado exactamente un palmo de espacio entre la barandilla y unas macetas: la lata de berberechos puede ser una opción excelente, eso sí, hay que evitar comerlos acompañados de agua. Ahí tienes dos opciones: el fino les va perfectamente o, ya en modo puto amo, llevas en la mochila un kit que incluye una neverita con un godello en su punto de frío (si te dicen algo, insistes en pagar el descorche y ya, para que se vea que vas de buena voluntad). 

Cualquier cosa, queridos lectores, estimadas lectoras. Estamos en un mundo en el que te dicen que te hagas un kit de supervivencia y la presentadora del telediario sonríe en lo que vienen los deportes…

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