Es un hecho que todas las personas caemos en contradicciones e incongruencias, por mucho que nos esforcemos… o no, o hayamos decidido tirar la toalla al respecto. Pueden ser un problema, desde luego, para nuestra vida personal y la profesional (curiosa dicotomía, como si la vida profesional no fuese personal). Si nos cuesta encarar las contradicciones de los que nos rodean –y las propias, cuando nos pillan– más nos cuesta cuando los que incurren en ellas son las administraciones que nos gobiernan.
Ahí tenemos, por ejemplo, al Ayuntamiento de Jerez de la Fra, la muy noble, muy leal y (a veces) muy incongruente. Viene al caso que la alcaldesa Pelayo ha ido esta semana a hablar con el presidente Pedro Sánchez para pedirle más dinero para los municipios de España con la tesis de que están infrafinanciados, entre otras razones porque, al ser la administración más cercana a los ciudadanos, a veces acaban prestando servicios que, en principio, no les corresponden. Se da por hecho que en algún momento del encuentro la alcaldesa deslizó a Sánchez la situación de las arcas del Ayuntamiento de Jerez, con telarañas de esas que se dibujaban antiguamente en los tebeos y que no podían expresar mejor que alguien estaba en la ruina. Tratar de gobernar una ciudad con normalidad, teniendo una deuda de 1.200 millones de euros, tiene que ser muy complicado, porque cabe suponer que hay momentos en que como que te olvidas, quieres hacer cosas, piensas en algo nuevo… y de repente, zas, ya sabes: el 'dinosaurio 1.200' sigue estando ahí.
Total, les contaba todo esto porque pocas horas después de que Pelayo fuera a ver con Sánchez para hablar de dinero va el Ayuntamiento de Jerez y envía una nota en la que da a conocer que ha cogido un dinerillo por ahí que le ha permitido comenzar a pagar, por primera vez en no se sabe cuánto, en el plazo de un mes al que le obliga la ley (tampoco todo el Ayuntamiento consolidado, eh, no echemos las campanas…). Es decir, desconocemos si el presidente Sánchez tiene tiempo para seguir las cuitas de la 25 ciudad más poblada de España, que para este cronista como que no, que ahora anda muy liado, pero si ha sido así, en cuestión de horas se ha enterado de... a) que Jerez está en la ruina; b) que no debe ser para tanto, porque paga en tiempo y forma. ¿Puede pensar el presidente, e incluso el inteligente lector y la avispada lectora, que hay cierta incongruencia? Desde luego materia, hay.
Si me piden una opinión, se trata de una contradicción o incongruencia que podría calificarse “de despiste”, si existieran categorías al respecto. Al fin y al cabo, los ayuntamientos son entes vivos, en los que confluyen muchas personas y muchos perfiles políticos y técnicos que no siempre están pendientes de la siguiente jugada... Ni tampoco la información, ni la estrategia de qué se va a hacer con ella, están siempre suficientemente centralizadas. A ver, ¿no podría alguien haber dicho esto lo damos a conocer la semana que viene o la otra, que la 'jefa' viene de estar “llorándole” al presidente? Puede parecer un tema menor, pero no lo es tanto. Hay que tener en cuenta que la ruina del Ayuntamiento de Jerez es desde hace cosa de un par de décadas casi una manera, otra, de hacer política...
Pero vamos a por otra incongruencia ‘calentita’, esta de nivel superior. Todos sabemos que la seguridad ciudadana es competencia directa de la Policía Nacional (y la Guardia Civil), lo que no exime de intervención, si es preciso, a la Policía Local. Viene todo esto al caso del intento del gobierno municipal, además vía comunicado, es decir, oficialmente, de ponerse de perfil con el asunto de la pelea, más bien agresión, que se produjo el sábado en la Alameda Vieja y que, lógicamente, ha sido relacionada, sobre todo por los vecinos, con la proliferación de botellones que se producen en el centro con la disculpa de las Zambombas. También ha entrado el PSOE. A ver, esto no se trata –lo de las Zambombas– al menos no solo, de tener los hoteles y los bares llenos de turistas durante cinco fines de semana (uno de ellos de puente), qué va. Si a las primeras de cambio, la culpa de un incidente grave es de la Policía Nacional –léase de la Subdelegación del Gobierno… del Gobierno, en definitiva– vamos mal, porque quiere decir que todo de lo que se ha venido hablando, de planes de seguridad de esto y de lo otro, de lo que se ha acordado en tal o cual mesa... pues va a ser que no es exactamente así o, como mínimo, es interpretable, matizable o programable (en función de…).
Si de lo que estamos hablando es de que no hay refuerzos (o al menos no todavía) de la Policía Nacional, digamos, similares a los de la Feria del Caballo, en la práctica significa que el Ayuntamiento de Jerez –el principal impulsor de la expansión hasta el infinito de las Zambombas, independientemente de que gobierne PP o PSOE– de facto está solo en cuanto al plus de seguridad en este tema, lo que, en la terminología habitual de los políticos, debería llevar a una ‘profunda reflexión’ sobre dónde estamos y qué queremos cuando se tiene a, no sé, 10 ó 15 mil personas más de lo habitual pululando, muchas de ellas 'calentitas', por Jerez…
Bien. Vamos a coger la pandereta y a desear que lo ocurrido el primer sábado haya sido un ‘accidente’, aunque en el fondo pensemos que no, que pueden venir curvas…