Izquierda Unida en pleno vendaval de noticias falsas y guerra jurídica contra Podemos y sus dirigentes, decidió, allá por junio de 2022, disputarle el liderazgo de la izquierda transformadora a la formación morada. Eso incluía debilitar a dicha organización política. Con esa finalidad se inició la fórmula “Por Andalucía”, con la participación activa de Yolanda Díaz. No le funcionó, pues de los cinco representantes obtenidos en el parlamento andaluz, tres son de Podemos, otra es de Más País (que ahí sigue) y solo una plaza obtuvo Izquierda Unida. Que cada cual saque sus conclusiones.
Dos resultados aparecieron como consecuencia del pacto entre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez para destruir a Podemos. El primero fue la ruptura de la unidad del grupo parlamentario Unidas Podemos, aislando a las ministras podemitas, siendo especialmente dolorosa y cruel la violencia política contra Irene Montero y las leyes que el ministerio de Igualdad promulgaba. El segundo, la puesta en marcha del llamado “proceso de escucha”, sin contar con Podemos, para seguidamente constituir Sumar con Yolanda Díaz a la cabeza, la cual no titubeó en quebrar la confianza puesta en ella.
Notoria y pública fue la puesta de perfil de Izquierda Unida ante la persecución a Podemos, como también, el apoyo a los vetos a Irene Montero y a otros dirigentes morados, desnaturalizando la configuración de las listas electorales de 2023, postergando la presencia de la formación morada a un segundo plano, con la intención de que cuantos menos morados y moradas mejor, para seguidamente anular su visibilización y capacidad política en el Congreso, indicando a Podemos la puerta de salida del grupo parlamentario Sumar, lo que, obviamente, ocurrió. Dista esto mucho de la versión dada en la reunión del pasado día 19 de octubre en Madrid de la Coordinadora Federal de Izquierda Unida que se sustenta básicamente en que fue Podemos quien rompió con Sumar, por lo que debe volver al redil de la unidad.
La cuestión, no obstante, es otra. Parte de la tesis de que Izquierda Unida creyó encontrar la cuadratura del círculo en Sumar y estaba en el convencimiento que iba a liderar ese movimiento político, si bien, los hechos apuntan a que fue relegada, razón, por lo que, es consciente que su presencia futura en el Congreso de los Diputados es más que incierta, por ello pide ahora "voluntad política de reencuentro" y una política de alianzas basada en el principio de "todos dentro y sin vetos cruzados", cuando ni siquiera en Sumar tienen claro su futuro político, dado el rotundo fracaso del experimento, que no hay ido más allá de ser apoyo subalterno del PSOE en el actual gobierno de coalición.
Así pues, se han encendido todas las alarmas, el instinto de supervivencia se ha puesto en marcha, para ello utilizan el mantra de la unidad que para Izquierda Unida empieza y termina en conformar candidaturas por interés electoral. Confunde, así mismo, el momento, pues no hay condiciones objetivas ni siquiera para proponer un dispositivo disfrazado de unidad. Es previo que Sumar y por ende Izquierda Unida deben antes solucionar sus graves problemas, que son muchos.
La cuestión principal ahora no es, precisamente, estar haciendo mesa camilla para elaborar listas electorales sin hacer primarias, sino estar centrados en buscar soluciones a problemas mayores y que interesan a la población. En este sentido, es de primer orden político la propuesta anunciada por Podemos y que ha llevado a consulta a las personas inscritas en esa organización. Esto es, que solo acordará los Presupuestos Generales del Estado si el Gobierno rompe relaciones comerciales y diplomáticas con el Estado genocida de Israel, incluido el embargo de armas y que se rebaje un 40% el precio del alquiler, prohibiendo comprar viviendas si no es para vivir en ellas, desmantelando organizaciones violentas que actúan al margen de la ley como las de Desokupa.
Llama la atención que Izquierda Unida y, por ende, Sumar, que no solo guarden silencio al respecto, sino que cuando se les pregunta sobre esos temas responden, como ha hecho Enrique Santiago, que ellos no son de medidas que son propaganda pura. Pues, con esas mimbres parece que el cesto que quieren hacer no tiene recorrido. En definitiva, Izquierda Unida, en realidad, lo que está proponiendo es más de lo mismo y solo se justifica por el miedo a ser completamente marginales.