Hace varias semanas que asistimos perplejos a movimientos y maniobras que buscan desestabilizar al actual Gobierno de España. Y aunque la cosa viene de lejos, se podría decir que se intensificó exponencialmente a partir del inicio de la campaña electoral en la Comunidad de Madrid. Sin duda, la más bronca y sucia que haya conocido la historia de la democracia de este país. Y todo ello, en mitad de una crisis sanitaria mundial. Una pandemia que ha sido capaz de poner de acuerdo a gobierno y oposición en todos los países del mundo, menos en el nuestro.
A los que ya asistimos a la estrategia de acoso y derribo que José María Aznar empleó con aquel famoso márchese Sr. González, repetido sin parar, como un mantra, durante los años 93 y 94, no nos sorprende, en absoluto, que ahora Pablo Casado esté intentando aprovechar la reciente victoria de Isabel Díaz Ayuso para intensificar la presión sobre el actual Gobierno de la Nación y el presidente Sánchez, tratando de extrapolar los resultados de dichos comicios a la totalidad de nuestro Estado, con la inestimable connivencia de una gran parte de los medios de comunicación y algunos de los más influyentes activos del IBEX-35.
Sin embargo, habiéndose celebrado recientemente otros dos importantísimos procesos electorales en Cataluña y el País Vasco, resulta cuando menos llamativo, que los populares no hagan la menor referencia a los ridículos resultados obtenidos en los mismos. Ya que es evidente que no les interesa extrapolarlos en una demostración más del retorcido cinismo que los caracteriza, ya que fueron ellos quienes avivaron el conflicto catalán al aplicar el artículo 155 de la Constitución y provocar así una mayor radicalización de la situación. Por eso ahora están haciendo lo imposible por difundir y manipular todo aquello que les interesa para seguir construyendo su particular y distorsionada imagen de la realidad y consumar su asalto al poder.
En cualquier caso, sería aconsejable que Casado, como líder de la oposición, en lugar de estar pendiente de lo que ocurre en la casa del vecino, estuviese más pendiente de lo que sucede en la suya con una Ayuso que le ha comido el protagonismo y el terreno y con un Núñez Feijoo que, en los últimos días, ha decidido manifestar públicamente su opinión y mandarle un aviso para navegantes. Si bien lo que de verdad parece subyacer, tras todo el ruido que los populares están generando en medios de comunicación y redes sociales, en las últimas semanas, no es otra cosa que la impotencia que les genera saber que será el actual Gobierno de España, el que gestione y administre los fondos de la UE Next Generation para reactivar laboral y económicamente a nuestro país tras los demoledores daños causados por el Covid-19 y sus efectos colaterales. Si fuese poca la tarea que ocupa al actual Gobierno con la gestión de la pandemia y la coordinación con las 17 comunidades y 2 ciudades autónomas, además tiene que sacar adelante, con éxito y en un tiempo récord, un proceso de vacunación masiva para inmunizar a toda la población, canalizar administrativamente la regulación y prórroga de los ERTE, arbitrar las nuevas fusiones de la banca y los ERE anunciados por BBVA y Caixabank… A lo que se suma ahora un conflicto internacional con Marruecos.
Y todo ello, con el juego sucio que el PSOE está teniendo que soportar desde dentro de su propio partido a propósito de las primarias para elegir al candidato o candidata que habrá de concurrir a las próximas elecciones al Gobierno de la Junta de Andalucía. Posiblemente, como consecuencia de lo acontecido en la Comunidad de Madrid, pero también como resultado de la pírrica, por no decir inexistente, labor que la actual secretaria general de los socialistas andaluces ha estado desarrollando desde la oposición al Gobierno que preside Moreno Bonilla. Y es que, donde de verdad se mide la talla de un político es en el papel que éste desempeña desde la oposición. Quizás por eso han sido muchas las voces que se han manifestado a favor de un urgente cambio en la dirección de la federación andaluza al considerar que el tiempo de Susana Díaz ya pasó y que su trayectoria política está más que amortizada y debe dar lugar a una renovación que devuelva la ilusión, tanto a las bases, como a sus votantes.
De modo que se oficializa, al fin, el adelanto a las primarias socialistas en Andalucía, desde la sevillana calle San Vicente y también desde la madrileña sede de Ferraz. Y cuatro candidatos con sus correspondientes equipos comienzan a reunir los avales necesarios para formalizar sus candidaturas. La ya mencionada secretaria general; el alcalde de Sevilla, Juan Espadas; el economista y profesor de la Hispalense, Luis Ángel Hierro, y el médico granadino Manuel Pérez. Sin embargo, muy a pesar de que los tres aspirantes estén trasladando a la opinión pública mensajes constructivos, conciliadores y de unidad que ayuden a que el partido socialista en Andalucía, salga fortalecido de dicho proceso interno, el juego sucio del que fuimos testigos en las elecciones madrileñas ha vuelto a hacer acto de presencia en mitad de este proceso de primarias.
Una vez más serán los socialistas andaluces quienes impulsen y protagonicen la vital recuperación que España necesita para salir de esta crisis
O eso deduce un servidor, a tenor de las declaraciones que antiguos líderes socialistas, como Joaquín Leguina o Nicolás Redondo, hicieron durante la campaña a la Comunidad de Madrid y en días pasados han vuelto a hacer responsables históricos como Felipe González o Alfonso Guerra. Si a todo ello le sumamos los artículos publicados, recientemente, por dos exdirectores de un prestigioso medio nacional, como los firmados por Antonio Caño —suponemos que en pago a la Medalla de Andalucía concedida en 2017, en contra de la Asociación de la Prensa de Sevilla al haber sido el liquidador de la edición Andalucía del mencionado diario— y Juan Luis Cebrián, deberíamos concluir, sin miedo a equivocarnos, aquello de “blanco y en botella”.
Luego es evidente que en estas primarias andaluzas del partido socialista, se están dirimiendo muchas más cosas de las que a priori pudiese parecer. Ya que al desesperado intento de la actual secretaria general por obrar su particular némesis contra Pedro Sánchez y un Gobierno al que aún hoy algunos no perdonan que después de tres elecciones pactase con Unidas Podemos para hacer posible la gobernabilidad de España, hay que sumarle ahora los palos que en sus propias ruedas han decidido meter aquellos que pretenden provocar una crisis de gobierno que desestabilice al actual Ejecutivo y lo haga fracasar en su intento por dar al actual estado de situación, una salida lo más progresista posible.
De cualquier manera, a pesar de todo lo expuesto, ver la ejemplar respuesta que las bases del partido socialista están dando al proceso de primarias a lo largo y ancho de toda Andalucía me hace ser optimista acerca del resultado final de las mismas. Por lo que desde aquí barrunto que se terminará imponiendo el cambio para que, una vez más, sean los socialistas andaluces quienes impulsen y protagonicen la vital recuperación que España necesita para salir de esta crisis.
Comentarios