El PP lo ha negado. Lo hará en varias ocasiones. Pero lavozdelsur.es/sevilla puede confirmar que, efectivamente, ha habido negociaciones para formar un gobierno entre PP y Vox en el Ayuntamiento de Sevilla. Y que están muy encarriladas. O lo estaban, quizás, hasta hoy. La mañana política en Sevilla está a la altura de cualquier negociación de investidura de última hora. Si en vez de Sevilla fuera Madrid, habría programas especiales en directo en las televisiones nacionales.
En resumen: Vox y PP llevan tiempo dialogando sobre formar gobierno juntos. Parecía lo natural tras las pasadas elecciones municipales de mayo de 2023. Finalmente, Sanz formó gobierno en minoría gracias a la abstención de Vox, que asegura que por entonces le dijo que formarían parte del ejecutivo después del verano, cuando se reanudara el curso tras las elecciones generales. Al no cumplirse aquello, la relación se fue, públicamente, deteriorando. Pero varias fuentes confirman lo que publicaba en la mañana de este lunes Diario de Sevilla: por fin se haría realidad.
El problema es que el PP lo ha negado. Lo ha hecho el delegado portavoz, Juan Bueno, hombre curtido en mil batallas políticas sevillanas. Y Antonio Repullo, número 2 del PP andaluz. "No hay negociación ni diálogo". Incluso en el propio Ayuntamiento hay cierta sorpresa sobre esta postura del partido.
La portavoz municipal de Vox, Cristina Peláez, contaba este lunes que efectivamente el acuerdo no está firmado, pero las conversaciones están ahí. Unas negociaciones que se han fraguado en Madrid.
En Vox hay una sensación de que el PP les podría estar utilizando de nuevo para alcanzar algún acuerdo puntual y volver a guardar el asunto en el cajón. Hay que recordar que Vox impidió recientemente la comparecencia extraordinaria de Juan de la Rosa, delegado de Urbanismo, por la copa de Navidad pagada por una empresa privada, y que además está en sede de la Fiscalía.
Si es así, como ya pasara en verano con la excusa de las generales, volvería a aplazarse indefinidamente el bipartito, a cuenta de las europeas. "Hasta ayer" iba todo bien, confirman fuentes solventes. Pero como el PP niega la mayor, el mero hecho de que existan conversaciones, en Vox ya empieza a calar cierta idea de que el acuerdo podría no materializarse. No se ha perdido la esperanza, pero hay cierta confusión con la posición de los populares. Porque todo se ha llevado a cabo desde Madrid, y por lo tanto podrían romperse también en Madrid.
Cuando dos partes se contradicen, puede ser que una parte, la otra, o ambas partes, no digan la verdad. Y en este caso, cabe ya pensar que la filtración de estas negociaciones pueden servir como sondeo del pulso en la ciudad respecto a este acuerdo. Si la ciudadanía se echa encima, si el acuerdo PP-Vox sirve para complicar los próximos tres años de mandato, quizás no tenga sentido hacerlo.
El PP, pase lo que pase, soportará en Andalucía y en Sevilla que el debate de cara a las europeas esté marcado por este posible acuerdo con Vox tras los comicios. No era el plan si es que finalmente si iba a aplazar a la segunda quincena de julio el anuncio.
En juego está que haya presupuestos en Sevilla los próximos tres años. A día de hoy, están en vigor los del 2023 pero prorrogados. Es decir, los últimos del PSOE. Eso impide al actual gobierno desplegar su agenda de gobierno. Supondría dar estabilidad a José Luis Sanz al frente de la Alcaldía. Pero a cambio de qué es la pregunta.
La oposición teme que Vox imponga sus criterios en asuntos como políticas de mujer -hay que recordar el apoyo del Ayuntamiento a grupos antiabortistas, una concesión del PP en el pleno a una petición de Vox-. Otros asuntos como memoria, medio ambiente y movilidad podrían sentirse también. "Es una mala noticia", dicen desde el PSOE. Y es que, de hecho, el objetivo de Vox es que se note que están gobernando, si finalmente se ejecuta el acuerdo.
La sorpresa sobre estas negociaciones entre PP y Vox solo puede ser superada por una sorpresa mayor: que finalmente no se haga. A la mala relación comprobada en los plenos entre concejales de ambos partidos se le podría sumar un desavenimiento mayor y, por consiguiente, que las pocas posibilidades de llegar a acuerdos puntuales -tan importantes en tiempos de presupuesto prorrogado- pasen a ser directamente nulas durante tres años.
Un asunto que ha conocido la opinión pública antes de lo que esperaban las partes involucradas. "Yo no he dicho eso", "eso no ha ocurrido", "no hay acuerdo", "de qué me habla usted". Lo que se viene en Sevilla hasta que el asunto rompa definitivamente -si hay acuerdo o finalmente se descarta-, tiene mucho de la prensa deportiva actual, de filtraciones de parte, de medir los tiempos, de impostura. Como el Caso Mbappé y su fichaje por el Real Madrid.