La calle Francos es una de las varias que cruzan entre puntos importantes del centro de Sevilla. De la Catedral al Salvador, una calle 'entrecatedrales', llena hoy de turismo, con negocios clásicos y otros nuevos, entre las tiendas de paños y los souvenirs.
Pero, de siempre, ha sido la calle donde está Peyré. La galería fue inaugurada en el siglo XVIII, llamada al principio 'Tienda textil Las Filipinas', y un siglo después fue adquirida por Augusto Peyré, que le puso su nombre.
Fue, mucho tiempo, una especie pequeño centro comercial. Estos espacios nacieron en el siglo XX como un concepto nuevo de compra y ocio. No llegó a ser tanto cuando fue ideada, pero sí fue recogiendo durante muchas décadas firmas que en otro lado no podían conseguirse, marcas extranjeras, trajes...

A principios del siglo XX, los descendientes de Peyré decidieron invertir en el edificio para convertirlo, ahora sí, en un centro comercial multimarca. Gastaron 600 millones de pesetas, según informaba El País entonces. Pero las cosas no fueron como debían y el proyecto acabó fracasando. Fueron años del 'boom' de los multicines y las tiendas en decenas de miles de metros cuadrados...
En los últimos años, explicaba Diario de Sevilla, hubo algunos usos por parte del grupo Robles, y hasta un rodaje con Tom Cruise y Cameron Diaz.
Ahora, lo que puede verse desde la calle al otro lado de las cristaleras no son elegantes textiles, sino cintas de correr y mucho sudor, tras instalarse Basic Fit, una cadena de gimnasios low cost. Por contra, la estructura del edificio sigue guardando la distinción... y el nombre de Peyré sobre la fachada.
Decía Emilio, de Casa Moreno, en este reportaje, que Sevilla seguirá siempre siendo Sevilla, pero que igualmente corre el riesgo de convertir sus principales calles en una más de tantas capitales europeas, con los mismos negocios, la misma fisonomía. Peyré, del siglo XVIII, seguirá siendo Peyré. Aunque ahora tenga un gimnasio.