Más de 400 días han pasado desde que José Luis Sanz llegó a la Alcaldía de Sevilla. Era junio de 2023. Anteayer o hace un siglo, depende de a quién se le pregunte, que el tiempo es relativo, dijo Einstein, aunque se refiriera a otras cosas distintas de la política municipal. En concreto, 465 días. Año y pico. Año y 100 días. O sea, que hace un año desde que hace 100 días, que es la fecha redonda a la que se suele aludir cuando se habla de la elegancia y el traspaso de poderes, 100 días para aclimatarse, para empezar a trabajar.
Pues con un año y 100 días, el Ayuntamiento de Sevilla ha echado la culpa a la oposición respecto a las ITV que vencían este martes, la de los coches que se adquirieron hace cuatro años. La razón esgrimida es la siguiente: a esos coches se les instalaron unos vinilos protectores para colisiones, y resulta que no son los homologados, aunque sean los que utilizan Policía Nacional y Guardia Civil. Depende, en ese caso, del técnico de ITV, porque como las opiniones, cada uno ha tenido el suyo y no hay dos iguales.
La cuestión es que, como adelantó Diario de Sevilla, caducaban este martes 24 de septiembre. Es la primera ITV que tienen que pasar porque son coches nuevos. Y, claro, dice el Ayuntamiento que estaban mal puestos esos vinilos y que entonces la culpa es del PSOE.
Donde no hay especiales explicaciones es en por qué se ha llegado a la fecha límite para una flota de vehículos policiales de alrededor de medio centenar. En principio, no van a circular sin ITV y hoy, a pesar de la huelga de inspectores de vehículos, la han empezado a pasar. "Se terminarán de inspeccionar los coches que faltan antes del sábado", promete el delegado de Seguridad, Ignacio Flores.
"En ningún caso ha habido dejación de funciones, ni falta de previsión, las gestiones con la empresa propietaria de los vehículos, responsable de pasar la inspección, se iniciaron hace ya meses", ha asegurado el responsable de los policías. Y dice el Ayuntamiento que exista "ningún fallo humano".
No ofrece más datos sobre si es que se está subsanando el problema desde hace meses. Lo cierto es que ha llegado la fecha y se pasa. No es raro en las flotas municipales en Andalucía que sus vehículos no tengan la ITV al día. Ha pasado, por ejemplo, con las flotas de autobuses en muchas ciudades, repetidamente. Y no las pasaban no por despistes, sino porque se las negaban, cruzando la línea de la absoluta negligencia.
En este caso, de no haber saltado a la luz pública la información, quién sabe si habría habido colas en la ITV este martes. Si se habrían pasado con tranquilidad mientras se subsanaban los vinilos. Lo cierto es que ha habido orden de que los policías, en horas de trabajo, prioricen el paso por la inspección.
El fallo existe igual que un ciudadano cualquiera, el que escribe, como todo hijo de vecino, ha podido sufrirlo. Uno a veces se quiere negar a uno mismo que ha flojeado con esta obligación aparejada a tener coche, pero es lo que hay: como cuando sacas un cuatro y medio y echas la culpa al profesor, al final la culpa es de uno mismo y toca asumirlo.
Echar la culpa al anterior gobierno, después de un año y un mes, demuestra, en principio, un mal encajar el error. Cuesta hacerlo cuando a uno le están bombardeando a diario, cuando muchas veces entiende que le caen culpas que no merecía, o que se es injusto con su gestión. Pero esta vez el error está ahí y si las ITV caducan este martes, lo acaba reconociendo el gobierno municipal cuando dice que "se terminarán de inspeccionar antes del sábado".
La pregunta es, ¿qué pasa en la Policía Local para que haya ocurrido esto? ¿Alguien ha torpedeado o ralentizado el proceso para llegar a esta situación? Y si es así, ¿qué solución tiene? Obvio es que el Ayuntamiento es el primero que quería evitar este problema, pero quizás falte un conocimiento profundo de la Policía Local, o una mayor conexión con su día a día, para evitar fregados como este.
Le ha tocado al delegado Ignacio Flores salir a defender pero resulta poco convincente negar que exista el problema. Lo es porque dice que no hay fallo humano y, en una nota de prensa, literalmente, dice que es "un error heredado". "Cómo íbamos a imaginar que los coches futuristas que el PSOE presentó a bombo y platillo hace tan solo 4 años no cumplían con la normativa. No obstante, la incidencia sobrevenida con los vinilos colocados por el anterior gobierno socialista, ha tenido una rápida respuesta por lo que durante esta semana se terminaran de inspeccionar los coches que faltan". Todo esto, literal de la nota de prensa municipal.
Del "cómo íbamos a imaginar" al "rápida respuesta" hay solo dos comas y un punto de distancia. Negar esto es como negar que Sevilla no está más limpia, o sea, que está más sucia. Pasa algo parecido: se dice que sí que está más limpia y, a la vez, que se está poniendo remedio porque ahora al fin hay presupuestos. ¿En qué quedamos? ¿Hubo fallo o no hubo fallo humano un año y cien días después de llegar al gobierno con los coches? Una vez que se reconozca, hablemos de las causas, claros, y podrán ser entendibles, explicables, o no serlo. Lo demás es hacerse trampas. Y pedir que sea el profesor el que te suba del cuatro y medio al cinco.
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