Las obras para la ampliación del Metrocentro hasta Nervión han finalizado. Así lo ha anunciado el Ayuntamiento tras una visita del alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, en la que incluso se ha montado en el tranvía en un recorrido de prueba. La primera de muchas hasta que se ponga en servicio la línea.
Por ahora, quedan las obras del Corredor Verde, a cargo de Emasesa, alrededor de las vías. Estas obras menores se han suspendido durante la Navidad y se retomarán al inicio del 'periodo lectivo'. El Ayuntamiento dice, además, que están "agilizando el retraso en la compra de trenes", una parte paralela de la inversión. Si no se adelanta, no llegarían hasta junio, porque el gobierno local explica que es la fecha pactada por el anterior equipo socialista. Y eso no significa necesariamente que en verano puedan funcionar, porque un tren no se arranca nada más llegar como si fuera un coche de concesionario.
Queda por delante, además, la finalización del recorrido hasta Santa Justa. Esto permitirá conectar la gran estación de tren de Sevilla con plaza Nueva, algo que, probablemente, desatascará una parte del tráfico diario, especialmente en lo que respecta al turismo.
El gobierno local ha achacado al anterior ejecutivo que las obras "las encontramos muy atrasadas". Un proyecto, con fondos Feder, que lógicamente inaugurará un ayuntamiento del PP, partido que, históricamente, ha sido reacio al Metrocentro -ideado en tiempos de Monteseirín- para enfocar los esfuerzos en una red de Metro subterránea.
El PSOE ha asegurado, en esa línea, que "José Luis Sanz espoleó a los vecinos y vecinas contra su ejecución y llegó incluso a plantear su paralización, poniendo en peligro los fondos europeos que se habían recibido. Hoy se hará la foto", decía el concejal socialista Francisco Páez. Tanto como eliminarlo, a estas alturas, no, entre otras cosas porque ya había mucho avanzado cuando entró el PP en el gobierno, en junio.
El problema ahora está en otra cosa: la sensación de parte de la ciudadanía de que estas obras serán eternas. Porque San Francisco Javier es una conexión con buena parte de la ciudad desde una parte del centro, la que va en paralelo al Metrocentro desde el Prado. Afecta a una zona universitaria y a una estación de trenes, en San Bernardo. Dificulta las compras en un polo comercial y un lugar al que acuden de media cada diez días decenas de miles de aficionados para ver al Sevilla FC.
Pero, precisamente, tras unas obras que son, efectivamente, un incordio para el tráfico, llegará la hora en que se acabarán pidiendo ampliaciones de horarios y refuerzos en días de fútbol debido a la gran demanda que tendrá el Metro. Se pierden carriles de vehículos, pero la presión ya es imparable -y necesaria- para dejar el coche en casa y optar por otras alternativas de Tráfico.
Sevilla no tiene otra que abrazar el Metrocentro, guste más o menos, porque es un hecho consumado. Otra cosa es la conexión con barrios periféricos de Sevilla, porque no olvidemos que el tranvía es una inversión que agradecen zonas pudientes de la ciudad, mientras que deja a un lado a otras que dependen principalmente del tráfico privado y de Tussam, que no está en su mejor momento. La movilidad es un problema que no se soluciona con estas obras, aunque algo aliviará. ¿Cuándo? Cuando arranque el Metrocentro. ¿En 2024? Todo apunta a que sí. Veremos.