Es la historia de un trauma físico y psicológico sin fin, el de un pueblo que se ha mantenido en pie en una cárcel a pleno cielo abierto, sin renunciar a su derecho a ser y a vivir. Hoy cada muro de dicha prisión está prácticamente devastado, ya no hay respeto por los derechos mínimos a la vida, no ya de los civiles, sino de sus criaturas, no se respeta nada. Se atacan espacios sagrados como hogares, hospitales, refugios, escuelas. El balance del último a la escuela de Al Tabin, 100 muertos. No queda humanidad. Incluso en las guerras hay reglas, en Gaza no.
Israel ha dicho que afirma que causará 'daños significativos' a Irán y Hezbolá si le atacan. Por otro lado, sigue reduciendo el tamaño del refugio humanitario de Jan Yunis. Allí vive Khalid, el protagonista de la carta de hoy, y como me cuenta, ya no quedan resquicios dónde huir.
Cada vez se hace más pequeña la población. Los objetivos dicen que son los terroristas, pero la realidad es que buscan eliminar también a las mujeres, y a los niños, porque son el futuro de un posible resurgir de un país que no cesa de sufrir y luchar por sobrevivir. Ellas son también la diana, porque como dijo una vez la ministra de Justicia israelí en 2015, Ayelet Shaked, cuando su país llevaba a cabo la Operación Margen Protector sobre la franja de Gaza:
"Tienen que morir y sus casas deben ser demolidas. Ellos son nuestros enemigos y nuestras manos deberían estar manchadas de su sangre. Esto también se aplica a las madres de los terroristas fallecidos".
En 2014, cuando comenzó la guerra en la que fueron asesinados más de 2.000 palestinos, Khalid tenía tan solo apenas 5 años, con esa edad ya vivió su segunda guerra, la primera fue dos años atrás, la Franja de Gaza fue duramente bombardeada en el marco de la Operación Pilar Defensivo en la que más de 150 palestinos murieron y 1.200 resultaron heridos. Otro de tantos niños que no podía ni jugar en la calle. Israel bombardea casas estando sus propietarios dentro. Recuerdo la pregunta de otro protagonista de una de estas cartas:
Israel mata a niños inocentes. En Gaza la muerte está por todas partes. ¿Qué pecado han cometido? ¿Por qué los niños de Gaza viven guerras y los niños del mundo viven en paz?
Cuando la mayoría de la población no tiene garantizada una buena nutrición, ni una buena educación, ni las condiciones mínimas para vivir, algo va mal en dicho país, si además viven sitiados y bajo constantes ataques, entonces no es vida. En realidad, hoy por hoy, la vida en Gaza no tiene sentido a la luz de las guerras, la pobreza y el hambre, a la luz del genocidio ante la reacción atronadora de los políticos de la comunidad internacional.
Khalid Samaan
Khalid Samaan tiene dieciséis años, nació en Gaza, vive en Gaza, y su vida es Gaza, en tiempos de paz, y como hoy, viviendo una guerra atroz. Y aunque no abandonan su condición de víctimas, especialmente la guerra convierte a esta población en una constante vida de tortura diaria física y psicológica.
Su casa en Khan Younes (Jan Yunis) fue destruida por el ejército israelí, por lo que no pudo volver a ella. Y como tantos, tuvo que migrar e ir a vivir a una de las supuestas zonas seguras obligados por el ejército israelí. Aunque, como el propio Khalid cuenta, dicho lugar resultó un campo de minas, el propio ejército israelí lanzó un cohete americano cerca de su tienda, y mató a unas 20 personas en una supuesta 'zona de seguridad'.
"Fue una situación horrible, vi a niños destrozados delante de mí".
Khalid cuenta que su abuelo fue asesinado por el gobierno israelí, porque no le permitieron salir de Gaza. También han matado a muchos de sus amigos y también a muchos de sus profesores. Cuando cuenta su historia habla desde la desesperanza, desde el dolor, también desde la rabia.
Antes de la guerra, era un chico estudioso, reconocido, ostentaba el cargo de presidente del gobierno de Khan Younes, en el consejo de niños palestinos, y un miembro de la secretaría del consejo de niños palestinos de la franja de Gaza, siempre estaban tratando de resolver los problemas que sufren los menores en Gaza, pero ahora no pueden hacer nada, porque la situación es imposible, solo queda salvar la vida, sobrevivir, y lanzar un grito al mundo para que despierte y exija a sus gobiernos que obligue a Israel a que deje de matar a niños y niñas inocentes en Gaza.
Dibujo de Khalid
A Khalid le encanta dibujar, no es la primera vez que muestro su trabajo, y para él, es una forma de evadirse en la guerra, porque como él mismo dice: "No sabes lo que quieres hacer, lloras con sólo pensar en tu vida pasada".
Algunas veces dibuja sobre el caso palestino, y lo comparte, pero mi mensaje no llega a mucha gente, porque el mundo parece que no quiere ver lo que está sucediendo a los palestinos. Mencionaba el discurso ante el Congreso americano de "un hombre" y los aplausos hipócritas para una persona que ha mandado matar a más de 38.000 personas, la mayoría niños y mujeres.
La guerra contra las mujeres
Tampoco se vislumbra el final de la 'guerra contra las mujeres' en Gaza. Alrededor de un millón de mujeres y niñas soportan 'la peor parte' de estos diez meses de conflicto, así lo declaró el día 18 de julio la representante de ONU Mujeres en los Territorios Palestinos Ocupados, Maryse Guimond. De hecho, dijo que no podía enfatizar lo suficiente el impacto que esta guerra ha tenido en las mujeres y las niñas. Y que apenas reconocía a las mujeres que conocía antes de la guerra. Más de 10.000 mujeres han muerto. Las condiciones en el territorio palestino son terribles. Más de medio millón de mujeres y niñas, padecen hambre severa, y sufren desarraigo, son las últimas y las que menos comen de sus familias. No hay hospitales que las atiendan, especialmente en situación de embarazo. Tienen pánico. Están desprotegidas.
La propia Guimont se hace eco del llamamiento de la ONU en favor de la paz en Gaza, el pleno acceso de la ayuda humanitaria mediante la apertura de todos los pasos terrestres hacia el enclave, un alto el fuego inmediato y la liberación de todos los rehenes. Khalid en su carta mencionaba que hay más de 8.000 palestinos en las cárceles israelíes; sin embargo, parece que solo importan los 130 israelíes en Gaza.
Khalid Samaan grita al mundo: "Paren la guerra, dejen de matar niños, estamos cansados, déjennos vivir en paz".
La juventud
La juventud es capaz de cambiar el mundo, él lo ha intentado desde la educación, ha sido un ejemplo para su familia, para su entorno, para su pueblo, su labor, siendo tan joven, ha sido fructífera, pero a veces el cambio es imposible cuando la muerte se convierte en la única salida que te ofrecen. En Gaza la muerte se vuelve omnipresente, no hay seguridad, el miedo está en todas partes, sobre todo en tiempos de genocidio israelí, no se puede describir por la impredecibilidad de los acontecimientos. No hay vida en tiempos de barbarie, no hay vida cuando te privan de todo, incluso de ser.
Mientras, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han ordenado evacuaciones masivas, de hecho el domingo las ordenó en la ciudad de Jan Yunis. 10 meses de guerra, la mayoría de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se han visto obligados a ser desplazados de guerra en la propia franja. Ya no saben ni a dónde ir. Malviven en tienda de campañas, sin lo necesario para vivir, no existe lugar seguro. Para muchos la muerte es su consuelo. Para muchos, la muerte se ha convertido, por desgracia, en una sombra constante sobre sus vidas.
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