Es indignante. Esperpéntico. Ofensivo. Humillante. Una verdadera vergüenza. Pero qué sociedad estamos creando. No sé dónde vamos a llegar. Dónde quedan los valores. Para esto pago impuestos… ¿En manos de quién estamos?
Son frases, con sus múltiples variantes, muy escuchadas/leídas estos días. O cualquier otro. Cada cual se suma a la causa que más le cabrea. O a todas. Qué más da, si es gratis indignarse. Mostrarlo en público. Enfurruñarse. Apretar los puños (digitalmente) y gritar a los cuatro vientos lo mal que te parece todo.
Porque atenta contra [inserte aquí el motivo]. Agrios debates sobre temas cuya importancia varía según la persona. Temas de Estado para unos, sin mayor relevancia para otros. Que se escuche bien alto mi opinión. Yo lo haría de otra manera. No tienen ni idea. Así no se hacen las cosas. Muchas veces, hasta implica exigir a otros lo que no practico yo.
Todo, con el amplificador de las redes sociales a todo volumen. Un efecto distorsionador que nos hace pensar que toda España está hablando de un tema concreto. Normalmente (menos mal) no es así. Pero es una cámara de eco que retroalimenta el odio, el rencor, el mosqueo. Que lo vuelve crónico.
Polémicas flash. En dos días habrá otras que llevarse a la boca (o al teclado). Olvidaremos rápido y a por la siguiente. Que la rueda siga girando. Que no se reduzca el nivel de encabronamiento público. Que quede claro de qué lado estoy. Quienes son los de mi bando. Por esto sí que no paso. Que no me toquen lo mío (a los míos).
Ahora, dosis de populismo: no hay tanta indignación cuando toca defender otras tonterías, que sé yo, una educación pública de calidad, una Sanidad pública que no tarde 15 días en darte cita con tu médico de cabecera, o que las ayudas a la Dependencia lleguen antes de que sea demasiado tarde...
PD: Esta es una plantilla de columna. Puedes volver a leerla en dos días. O en dos años. Seguirá teniendo la misma vigencia. Solo hay que insertar entre corchetes el motivo del mosqueo en cuestión.
Si no la lees de nuevo, me indignaré mucho.
Esto es indignante
Es una verdadera vergüenza. Pero qué sociedad estamos creando. No sé dónde vamos a llegar
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