La expresión pamplinas puede entenderse como tontería. Esto llevado a la cuestión política puede resultar ser la respuesta a una posición de poca entidad, que es como se califica, por algunas personas, incluso ilustradas o doctas, a la propuesta de Podemos al plantearle a Yolanda Díaz el compromiso, previo a un acuerdo de coalición electoral, de someter la elección de las personas representativas a unas primarias abiertas en el espacio que conocemos como Sumar.
La respuesta no es otra que, pamplinas, por supuesto que va a haber primarias, pero después, primero ven y luego ya vemos. Ese después es una vez celebradas las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, en las que todos los actores políticos y grupos mediáticos, incluidos los llamados progresistas, auguran una debacle a Podemos. Por tanto, el acuerdo pasa primero por infringir una severa derrota a ese partido político y, una vez, en esa situación hablar de las lentejas. Esta es una operación dirigida por el Partido Socialista que ha vendido una moto sin manillar, pero con una bonita pegatina a la vicepresidenta Díaz. La ha comprado y tiene como finalidad que los morados no sean la fuerza predominante en el futuro Gpbierno de coalición tras las elecciones generales.
Todo lo dicho hasta aquí, no es más que un trampantojo, a quien le viene el porrazo es al Partido Socialista, especialmente en Andalucía, donde maneja encuestas que le indican que obtendrá el peor de los resultados. Para superar ese tenebroso futuro persigue diferentes, pero conectadas, variables.
Por un lado, presentar a Podemos de la forma más débil. El primer paso lo ha dado el CIS, con una encuesta manipulada, otorgando a Sumar unos porcentajes que corresponden a Unidas Podemos. La encuesta quería dar a entender que el electorado ha pasado factura a Podemos por la ley del sí solo es sí. Literalmente lo contrario de lo expresado por el movimiento feminista que ha respaldado casi en su totalidad la posición de la formación morada.
Por otro, mostrar preocupación por la desunión a su izquierda, razón por la cual favorece encuentros para impulsar el acuerdo, eso sí, en los términos antes dichos de debilidad de Podemos. A esto se apunta rauda y veloz la coalición del PCE, o sea, Izquierda Unida, que no hace nada gratis y que casi todo lo plantea en términos de contabilidad.
En el sentido expuesto, no se puede descartar, todo lo contrario, que ya exista un acuerdo entre esa formación, ahora migrada a Sumar, y el Partido Socialista para la conformación de los gobiernos de las diputaciones provinciales que es donde obtiene los recursos para su estructura organizativa. Solo así se puede entender el ofrecimiento a Yolanda Díaz de poner a su servicio su estructura territorial. Otro trampantojo, pues Izquierda Unida en el Estado no tiene presencia real más allá de Andalucía y aquí no se significa por tener un especial liderazgo, más bien lo contrario. Los últimos resultados electorales obtenidos cuando ha liderado una propuesta electoral han sido catastróficos, me refiero a Por Andalucía. Llama la atención que no haga lo propio en Madrid, o en Catalunya, o en Valencia, o en Galicia, o en Euskadi, por poner un poner. Allí se presenta bajo el paraguas de Podemos, por lo que los morados no van a salir tan escaldados como se dice.
La batalla política está en Andalucía, porque es aquí donde alardea de esa supuesta mayoría y es aquí donde se quiere escenificar. Se verá. Por cierto, dicho sea de paso, Más País no está interesado en coalición alguna en Madrid, en el resto del Estado español, pues según donde, por ejemplo, en Andalucía no. ¿Casualidad? No, en política no existe tal cosa.
Sin embargo, ocurre que al Partido Socialista se le ha ido el asunto de las manos al conocer que su inmediato futuro electoral municipal es peor que malo, está revirando, ya no está tan interesado en la debacle podemita, en Andalucía más que presumiblemente puede que esté presionando a Izquierda Unida para que llegue a acuerdos con Podemos en el ámbito municipal, eso sí, sin pasarse. No hay que olvidar que Izquierda Unida es deudora política del Partido Socialista en ayuntamientos y diputaciones.
La cuestión es que ya es tarde y la propuesta de Podemos de no tener inconveniente en llegar a un acuerdo con Sumar pasa por el compromiso o declaración firmada de ir a primarias abiertas ha descolocado al PSOE y a Sumar. Ha supuesto poner el dedo en la llaga de la realidad democrática, es ahí donde los partidos que apoyan a Yolanda Díaz se enfrentan al filtro de la democracia, no lo quieren, mejor ser designados como en Por Andalucía. Lo que nos permite concluir que la vicepresidenta del Gobierno es presa de sus propios actos y de la mesa de partidos liderada por Izquierda Unida en Andalucía; de hecho, ha tomado el control de la situación y su resistencia a unas primarias abiertas es frontal, obvio. Más si atendemos a los porcentajes que atribuye el CIS a “otros partidos”. Así que, pamplinas, las precisas.