¡Ay, mi Cadi!

No soy de las que se dan golpes en el pecho y para nada pienso que el mundo empieza y termina en Cádiz o en Andalucía, pero si me preguntan y pienso de dónde vengo el corazón se me pinta blanco y verde

¡Ay, mi Cadi! Vista aérea de la zona del Campo del Sur en Cádiz, en una imagen de archivo.

Muchos se preguntarán por qué me gusta escribir tanto de Cádiz y de nuestra comunidad, Andalucía. Igual hubiera sido predecible que escribiera este artículo un 28 de febrero o igual no, ya darán su opinión al final de esta lectura. La respuesta es tan simple como que escribo de lo que siento y me siento gaditana y andaluza “por los cuatro costaos” porque en mi tierra o se siente así o no se siente. 

En alguna ocasión he escrito y aconsejado que es necesario alzar la vista al cielo y mirar aquello que podemos encontrar más allá de nuestras narices. Los que nos precedieron, los clásicos, los hombres sabios y los artistas, elevaban a lo más alto todo aquello que dotaban del máximo valor. Para que me vayan entendiendo un poco, alzar la vista mientras te acaricia la arena en los pies, observar como el sol se esconde entre el cielo y el mar en Cádiz, es un espectáculo único en el mundo. Y soy gaditana. ¡Qué suerte la mía! Cádiz y Andalucía me acompañan allí donde voy y cuando me preguntan por mi acento se equivocan porque yo no tengo acento andaluz, yo hablo andalú.

 Y dirán, qué pesada esta mujer que hoy le ha dado por este tema tan gastado para muchos, hoy me ha dado por sentir, por valorar aún más lo que me rodea y por pensar qué diferente sería todo si hubiera nacido en Siberia. Me cuesta mucho creer que la carne se me pusiera de gallina al contemplar un atardecer allí, me pondría morada y tiritando de frío, eso si es seguro. Sería imposible contemplar como anochece con los pies descalzos ¿Cuántas veces el más hermoso mar de plata habrá sido testigo de tantas declaraciones de amor? Aquí se siente y se ama diferente, otro privilegio de nacer, vivir o sentirte gaditano. 

No soy de las que se dan golpes en el pecho y para nada pienso que el mundo empieza y termina en Cádiz o en Andalucía, pero si me preguntan y pienso de dónde vengo el corazón se me pinta blanco y verde. Si me preguntan a dónde voy, mejor te responderé con toda seguridad a donde sin duda regrese y a estas alturas no hace falta que lo deje aquí escrito. ¡Siempre a mi Cádiz! ¡Oh mi Cádiz! También sufro como cadista por el equipo amarillo en Carranza, porque para los gaditanos nuestro estadio de fútbol siempre será el Carranza aunque algunos se empeñen en ponerle otro nombre.

Hace tres años, en un estudio demoscópico realizado con motivo de conmemorar el día de Andalucía, se sacaron, entre otras conclusiones, que, al menos el 90 por ciento de los andaluces se identifica con su acento y con nuestra bandera. También se concluyó que la gran mayoría de los nacidos en nuestra comunidad autónoma se declaran orgullosos de ello. 

¡Cucha! "En la gran mayoría de los lugares el arte se cuelga en las paredes, en Andalucía y en mi Cai se vive".