Quienes me conocen saben de sobra que, entre mis hobbies, si se puede llamar así, está la pasión por la cultura en general. Mis dos obras editadas giran alrededor de ella, del arte, del patrimonio histórico de la provincia de Cádiz, donde nací, resido y espero permanecer siempre.
Como decía una antigua letrilla de carnaval, "vivo en un pueblo pequeño entre los pinos y el mar…”, concretamente en Puerto Real y debido precisamente a esa pasión por la cultura, la literatura y todos los valores y el patrimonio que nos dejaron los que ya no están, hace más de cuatro años que me comprometí y formo parte del Ateneo literario, de artes y de ciencias de este mi pueblo. Desempeño el cargo de vocal de mujer y juventud junto con otros compañeros y compañeras a cargo de distintas vocalías y dirigidos como no puede ser de otra forma por nuestro presidente que desempeña su gran labor desde hace más de ocho años.
Trabajamos desinteresadamente y con el único objetivo de transmitir y desarrollar la cultura a los puertorrealeños o tiñosos (así nos denominan aún algunos), al resto de la provincia, e incluso en ocasiones llegando a extendernos a otras comunidades andaluzas y fuera de la misma. La financiación de nuestras actividades se basa, principalmente, en el pago de la cuota de los socios y desde hace apenas unos días algunos comercios y negocios colaboran con una mínima cuota mensual. Este dato lo hago constar, no porque reivindique que debiera ser así, personalmente y creo que puedo hablar en nombre de todos mis compañeros, la mayor compensación que cada uno obtiene en nuestras labores de difundir cultura, arte, música, historia, … Es la personal.
Sin embargo, desde fuera, nadie es consciente del trabajo y sacrificio que supone organizar cualquier actividad para el público en general. Cuando vemos anunciado un evento que nos interesa en un bonito cartel, ninguno pensamos que antes de elaborarlo se ha realizado un enorme trabajo por parte de un colectivo de personas que han empleado lo más valioso que todos tenemos, nuestro tiempo. Cuando alguien emplea su tiempo y luego no ve ningún tipo de gratitud o valoración por parte de aquellos que deberían ser los primeros en implicarse, (insisto no hablo de compensación económica) es bastante frustrante.
Hablo con conocimiento de causa, pues como miembro del ateneo de mi localidad llevo años junto con el resto de mis compañeros sufriendo una serie de impedimentos por parte de las autoridades municipales y el equipo de gobierno (da igual quienes sean las promesas siguen estando en el aire). Impedimentos económicos como es el de la de cero financiación (estaría bien invertir un poquito más en cultura), un convenio de colaboración por firmar desde hace años, obstáculos y excusas para otorgarnos un local accesible a todos los ciudadanos como sede de la organización (otra promesa realizada desde hace años incumplida) y en los últimos meses hemos de añadir que debido a que el Ayuntamiento dice carecer de conserjes para abrir los edificios municipales. Nuestra "sede" actual, que no es más que un despacho con una mesa y tres estanterías ha permanecido cerrada y hemos tenido que reunirnos en sitios improvisados, ya que a pesar de indicarnos que mandarían a personal municipal para abrir las instalaciones, hemos quedado esperando en reiteradas ocasiones a la entrada de las mismas sin que aparezca nadie para darnos acceso.
Estoy segura de que no somos la única organización cultural que por desgracia se enfrenta a estas situaciones. En nuestro caso somos la entidad que más actividades realiza en pro del desarrollo de la cultura en Puerto Real, y espero no ofender a nadie con esta afirmación, pero la verdad es la que es. Nunca se nos ha negado (al menos no está en mi conocimiento) una reunión con el equipo de gobierno, pero estas resultan bastante inútiles si todo se queda en buenas intenciones que no prosperan en nada.
Somos un colectivo pequeño compuesto por unos cincuenta miembros que se esfuerza por crecer diariamente y que, en mi opinión, creo que nuestra labor social y cultural ha sido y es más que notable. Y como todo hay que contarlo, pues lo cuento. Es cierto que la alcaldía acude a la gran mayoría de los actos que celebramos y siempre es de agradecer (en esto no cabe ironía alguna) pero también este hecho hace esta situación aún más frustrante. Para mí el saber que con certeza aquellos que pueden ayudarnos conocen la labor que hacemos y no dan prioridad a las dificultades ya expuestas en reiteradas ocasiones y que además no son necesidades imposibles de solventar, termina por producirme ya hasta risa, no hace falta que aclare que una se ríe por no llorar.
Cada cosa requiere su tiempo, en eso estamos de acuerdo, pero que una vez al mes haya un compromiso de abrirnos un despacho para poder reunirnos, creo que, por el momento, no es mucho pedir. Con el resto de cuestiones que no dejan de ser importantes, ya hemos demostrado ser pacientes, incluso demasiado. Difundir cultura no es lo mismo que organizar fiestas, eso, igual satisface a jóvenes de catorce y quince años que están en edad de divertirse y por el momento solo piensan en ello. Que, por otro lado, en la mayoría de las ocasiones, es lo único que están recibiendo por parte de los adultos que gobiernan.
Y como he comentado antes, y aunque me he centrado en algo que está ocurriendo dentro de un colectivo al que pertenezco (no puedo
hablar como es lógico de que ocurre a los otros), también sé que no hablo de algo excepcional y que en Andalucía y en poblaciones de todo el país estos hechos expuestos suceden. Las dificultades con las que organizaciones sin ánimo de lucro se enfrentan para poder llevar a cabo sus objetivos y obras sociales son tremendas y en muchos casos se hace vergonzosa e inverosímil la realidad con la que batallan.
No puedo consolarme, sin embargo, pensando que este rechazo total hacia la cultura se generalice en todo el país, al contrario, mi desazón es aún mayor ·consuelo de muchos es consuelo de…" y la verdad creo que ya la mayoría estamos cansados de que nos tomen por tontos o nos estén obligando a convertirnos en eso. Algunos pensarán al leerme aquello de "a saber cómo serían las cosas si estuvieran a tu cargo, o de ese o aquel" y es cierto, no podemos saberlo ni lo sabremos, al menos por lo que a mí respecta. En gobernar, seguro que no me voy a meter, ya se han metido otros y seguro seguirá existiendo a quien le llame esta tarea tan difícil.
Si la antigua civilización griega y sus filósofos revivieran, desearían volver a ser enterrados ante el panorama con el que se volverían a encontrar. Todo aquello que crearon y fueron capaces de expandir mucho más allá que en occidente, destruido por una civilización que pretende progresar con algo que llaman IA. Si hiciéramos uso de la historia para solventar tantas cuestiones a las que nos enfrentamos, podríamos ¡A no! ¡Me olvidaba que la historia, al igual que la filosofía, es una asignatura en peligro de extinción! A esto vamos a sumarle todas las asignaturas que tenemos pendientes y obtenemos el resultado actual de una sociedad inculta por muy feo y triste que suene.
"Sin cultura, y la relativa libertad que implica, la sociedad, incluso cuando es perfecta, es una jungla. Por ello, toda creación auténtica es un regalo para el futuro", dijo Albert Camus.
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