No tengo por costumbre ver mucha televisión porque prefiero informarme por medios de comunicación escritos y digitales, creo que es algo que beneficia a mi salud mental. Comer viendo y escuchando las miserias de este país que no son pocas, no puede hacer bien a nadie. Días atrás, sin embargo, y debido al poco tiempo del que he disfrutado últimamente mientras desayunaba, he dejado encendida de fondo la televisión, puesto que no me gusta sentirme totalmente desinformada (aunque como está el panorama ojos que no ven...)
Nos encontramos en un país que sigue siendo ingobernable desde el pasado 23 de julio que se celebraron las últimas elecciones. Más de dos meses sin un presidente en un país demócrata y en la que la única preocupación a día de hoy de sus políticos es batallar por quien gobierna. Mientras, miles de personas en Ucrania luchan sin armas por sobrevivir en una guerra absurda y devastadora. Pero es mejor hacer como que en nada nos afecta al resto y dar más importancia, por ejemplo, a la próxima celebración de un mundial de fútbol. Asombra ver cómo mientras mueren miles de personas dirigentes de todo el mundo se apresuran en reclamar para que se disputen más partidos de fútbol en sus países, pero queda en un segundo plano el solicitar un ¡Basta ya! Al mayor villano de la historia. Querer es poder y se está disputando una guerra consentida, lo que supone una gran vergüenza y fracaso a nivel mundial.
Nuestro inexistente gobierno, como no podía ser de otra forma, está hundido y mientras se me siga cortando la leche del desayuno y sintiendo miedo ante sucesos como intentos de asesinatos por parte de niños en las aulas (a consecuencia de una educación nula en casa en valores básicos como la tolerancia y el respeto hacia los demás). Y hasta que no cesen los casos de intolerancia, violencia, injusticias en cualquiera de los ámbitos sociales, jamás podremos decir que la sociedad española avanza. A pesar de no tener aún demasiadas canas, sí que cuento ya con edad suficiente para mirar atrás y que como cantaba Karina, “cualquier tiempo pasado me parezca mejor”.
Pero mientras a diario se suceden en nuestro país hechos que son consecuencia de los continuos desastres a los que nos vemos sometidos los ciudadanos, parece que es imprescindible celebrar cumbres o como he leído nombrar al partido de Pedro Sánchez “reuniones informales de jefes de estados y de gobiernos de la UE” que financiamos todos y que solo sirven para que algunos limpien su imagen y en el caso de nuestro presidente en funciones conseguir alianzas y apoyos para lograr gobernar de nuevo. Lástima que una ciudad tan hermosa como Granada tenga que acoger siglos después a villanos más peligrosos que los que lograron conquistarla entonces.
Por mi parte sigo esperando a tocar fondo (aunque parezca mentira aún no se ha alcanzado) pues opino que es la única forma de que esté país empiece a levantarse o al menos que lo intente. Charles Dickens dijo “Cada fracaso le enseña al hombre algo que necesitaba aprender”, sin duda faltan aún demasiadas lecciones por repasar y memorizar para todos.