Ya estamos casi a mitad del mes de enero, pero tranquilos no les hago mirar las fechas en sus teléfonos móviles o en el calendario Google, por qué haya caído en el tópico de decir aquello de “los días vuelan”, es más, pensémoslo ¿Alguna vez hemos visto los días volar? A lo que quiero referirme es a que tras doce días de haber comenzado el año nuevo estoy segura de que ya la gran mayoría se ha apuntado al gimnasio y no ha faltado ni un solo día, a que ya apagaron su último cigarrillo el día uno de enero y que desde la misma fecha están comiendo verduras y frutas todos los días y han dejado los chocolates y chucherías bien escondidos en el armario de la cocina solo para ofrecerlos a las visitas. Tan solo disfrutan de la Coca cola y el vino los fines de semana, estoy convencida de ello.
Ironías aparte y aunque los días no tienen alas para volar como las aves, inevitablemente sí que empiezan y terminan. Un día provechoso no es aquel que hemos pasado cumpliendo responsabilidades, un buen día es aquel en el que hemos superado la jornada laboral o de tareas, pero en el cual también hemos sacado horas, minutos y segundos para respirar. Cada cual respira a su forma, hay diversas maneras de darnos un respiro, pero es importante no caer en el grave error de pensar que detenerme, sentarme y mirar una pantalla (aunque no sea por trabajo) es darse un respiro, cuando hacemos esto estamos respirando por y para los demás. Todos los propósitos que hicieron en Nochevieja se convierten en los deseos de los demás cuando la intención de los mismos no deja de ser la de mostrar como intentamos cumplirlos en TikTok o cualquier red social. Lo que nos hace felices o eso creemos es compartir nuestra imagen delante de una pantalla, algo que, si aún no se han dado cuenta, jamás nos aportará la verdadera felicidad. La falsa felicidad se alcanza de forma tan fácil que solo hay que apretar un botón para que aparezca en nuestra vida. La felicidad verdadera está de paso y solo aquellos que miran al cielo para ver volar un pájaro, observar el blanco de las nubes o esperar que se produzca el atardecer la han llegado a sentir en algún momento.
En el mes de diciembre me borré del gimnasio harta de ver a tanto ser superficial fingiendo cuidarse por salud y haciendo deporte detrás de una pantalla. Ver como pasan los coches tras un enorme cristal mientras caminas mirando una falsa imagen paisajística me cansó psíquicamente y mis ojos y mi celebro estaban deseosos de saber por dónde caminaban y de sentir como me despeinaba el aire. Nunca he fumado, así que mi propósito al respecto de este tema es evitar rodearme de personas chimeneas que me obliguen a ser fumadora pasiva y destrocen mi salud. Como la mayoría he sido agasajada con chocolates y chucherías que durante todo el año no compramos en casa, pero ¡A nadie le amarga un dulce! Cuando se terminen dejaremos de sumar calorías, evitaremos abusar, pero para mí eso no es un propósito de nuevo año; mi único propósito es el de estar sanos, vivir el hoy sin pensar en mañana, ya que el atardecer que pude contemplar ayer será distinto al de hoy, pero seguirá siendo igual de hermoso y ¡Solo yo tengo el privilegio de disfrutarlos a través de mis ojos!
Desde hace unos días y desde la llegada a Cádiz de la embarcación “Juan Sebastián Elcano” en Cádiz no se habla de otra cosa que no sea la princesa de Asturias que hará instrucción durante meses en el mismo y de la sarna provocada porque la hicieron subir al carajo (canastilla que se encontraba en lo alto del palo mayor de los buques), seguramente y aunque la situación no deja de tener su gracia tratándose de alguien de la realeza y de una imagen raramente vista, la infanta experimentó en esa subida un momento muy parecido a la felicidad, encontrándose y sintiéndose rodeada de la plenitud del mar y muy cerca de alcanzar el cielo con sus manos y no a bordo de un avión. Así que podemos afirmar que no en todas las ocasione que te manden “al carajo” es algo negativo o malo ¡Sobre toda para el que te manda! ¡Que a gusto se queda uno cuando es el que manda a alguien hasta allí! Pido disculpas porque sé que es una grosería y falta de respeto mandar a alguien en esa dirección con la intención de ofender, pero ¡No has vivido intensamente sin haber tenido esa experiencia! Bromas aparte o no tomar un camino solamente por el placer de sentir que pisas el suelo, de ver crecer a las plantas, recrearte en los colores de las flores, observar y dejar que los otros inicien el mismo recorrido sin tener que usar el objetivo de una cámara para ello, es el inicio y el descubrimiento de la realidad. Es el primer paso para vivir porque tus deseos, tus objetivos, tus sueños y tus logros son tuyos. Y recuerda que los cristales acaban empañándose y emborronándolo todo.