La herramienta del miedo

Días atrás apagué la televisión viendo como todo aquel que puede se lucra atemorizando a la población. Gente que aprovecha cualquier circunstancia para hacerse rico y estafar ¡No me podía creer que empresas ofrecieran la venta, construcción, alquileres de búnkeres!

30 de marzo de 2025 a las 09:51h
Botellas de agua.
Botellas de agua. Juan Carlos Toro

En los últimos días, y por una recomendación de algunos países de la Unión Europea a los ciudadanos, no se han dejado de ver y escuchar indicaciones para hacer un kit de supervivencia doméstico. Lo que algunas autoridades (españolas no) han recomendado para casos de catástrofes de diversa índole, pero también naturales (no olvidemos las inundaciones, terremotos, pandemias, tsunamis …) la gran mayoría de medios de comunicación, sin embargo, han hablado de recomendarlo “en caso de guerra” creando una alarma mundial en toda la población. Cuando digo alarma, digo miedo. 

Es esta pasada semana también se ha hablado de la aprobación de un presupuesto para el rearme de los países europeos, lo cual da que pensar; primero nos intentan convencer de la necesidad de un kit de supervivencia, nos bombardean por todos los medios posibles con imágenes del mejor equipo de supervivencia posible y luego “sutilmente” se nos anuncia que Europa necesita un rearme para garantizar la seguridad de los habitantes en caso necesario ¿Por qué ahora?

Pues seguramente a algunas lumbreras se le ha ocurrido que al convertirse La guerra por desgracia en un tema de moda, es el mejor momento para decirnos que nos van a inflar a impuestos para la adquisición de armamento y tecnología de uso bélico. Personalmente, creo que se podrían haber ahorrado tanta sutileza y tontería, entre ellas lo absurdo del equipo de supervivencia y mejor que nos informen sin anestesia (a lo cual ya estamos acostumbrados) que como siempre nos toca pagar al populacho. Es cierto que si a alguien le da por pensar un poco fácilmente llegará a la conclusión de que esto va a ser así.  Es sin duda mejor opción a intentar atemorizar a las personas y a usar para sus intereses la poderosa herramienta en que puede a llegar a convertirse el miedo.

Días atrás apagué la televisión viendo como todo aquel que puede se lucra atemorizando a la población. Gente que aprovecha cualquier circunstancia para hacerse rico y estafar ¡No me podía creer que empresas ofrecieran la venta, construcción, alquileres de búnkeres! ¡Con el problema enorme que hay en este país con la vivienda y algunos pretenden que vivamos bajo tierra! ¡A algunos además les podrá parecer una buena alternativa! Hace mucho que decidí encender lo menos posible “la caja tonta” porque nunca mejor dicho. ¡Cuánta tontería e insensatez! Y, sobre todo, no voy a consentir que me traten como rebaño e intenten hacerme vivir con temor. El miedo nos debilita física y mentalmente y eso es cojonudo para que algunos puedan hacer y deshacer a su antojo. 

Con sinceridad les digo que me gusta ser precavida, y que pienso que no está de más tener alguna que otra reserva en la despensa de alimentos de primera necesidad y enseres. De disponer de un botiquín de mano del cual tirar si es necesario y no me gusta como a la mayoría (aunque ahora nadie lo reconozca) quedarme sin papel higiénico en casa. Todo esto creo que es razonable, e incluso puedo entender que existan personas un poco más obsesas que otras en ciertos temas, pero no es tolerable que algunos y algunas movidas como siempre por el motor económico atemoricen a las personas sin importarles el daño y las consecuencias que ello conlleva.

¡Basta! 

Dejen de hacer temblar a nuestros mayores que han vivido penurias que nadie puede imaginar, déjenles tener una vejez tranquila y dormir en paz por las noches. Un niño no tiene por qué pensar que pronto tendrá que dejar de ir al colegio y que una bomba va a destruir su casa. Los jóvenes no tienen por qué vivir pensando que le pueden llamar para disparar un arma y convertirse en asesinos, y unos padres no tienen por qué sufrir pensando en que es posible que alisten a su hijo en un ejército y no vuelvan a verle. Por suerte también existen los “memes” y con respecto a estos temas también hay quienes pretenden hacer de todo esto algo menos serio y tomarlo con una sonrisa, o tal vez prefieran reírse por no llorar. En mi opinión, siempre es preferible guardar una butifarra en una mochila, tirar de ella cuando toque picar algo y subir la foto compartiéndola a redes sociales ¡Mejor que vivir con temor y hambre seguro! 

¡Bon apétit!

Lo más leído