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No nos tapen el sol

Fomentar el alcoholismo, el tabaco y las drogas metiendo bajo un toldo gigante a la juventud, no es organizar una programación para ningún tipo de acto o fiesta cultural

02 de marzo de 2025 a las 07:35h
La plaza de la Catedral de Cádiz, ocupada por un botellón en Carnaval.
La plaza de la Catedral de Cádiz, ocupada por un botellón en Carnaval.

Es sabido que el mes de febrero en Cádiz y en la mayoría de sus pueblos se espera y se vive el Carnaval. Este pasado viernes, además del ser el día de Andalucía, se celebró la gran final del COAC. ¡Mejor día imposible! Y aunque hace mucho que el Carnaval perdió interés para mí porque opino que los valores de esta fiesta han decaído y siguen decayendo, no ver una final del COAC en Cádiz es como no comer las doce uvas en año nuevo. En Cádiz el Carnaval es una tradición y asistir en directo a la gran final del concurso de agrupaciones es un momento único en la vida para aquel que lo consigue. 

Copita de moscatel y platito de queso en la mesita del salón y frente a la televisión. Mantas preparadas porque el concurso es largo y en la madrugada refresca y ¡empieza el espectáculo! Comienzan a pasar agrupaciones por el escenario y a cantar su repertorio, cada una en su modalidad; coros, chirigotas, comparsas, etc. Y tras un primer pase, mi esposo y yo cruzamos miradas y no podemos dejar de comentar: “Están reivindicando mucho el hecho de que el Carnaval se está convirtiendo en un macrobotellón”.

Tratando este tema en mi columna no quiero desprestigiar al Carnaval de Cádiz, pues estoy segura de que la gran mayoría de los turistas que vienen a vivir el Carnaval no lo disfrutan, puesto que no saben para qué se celebra desde hace tanto el Carnaval y tristemente vienen con las mochilas llenas de alcohol, no son capaces de detenerse en una esquina a escuchar una copla y cuando están borrachos como cubas se meten bajo una carpa a bailar todo tipo de música electrónica que nada tiene que ver con lo que en Carnaval se ha de escuchar, aplaudir y tararear por las calles. 

Siento ser tan clara, bueno, no lo siento, lo que siento es mirar atrás y ver cómo no solo la fiesta de Carnaval sino la mayoría de tradiciones y festejos que colmaban la cultura de Cádiz y Andalucía se han convertido en reunir a los jóvenes baja una carpa con un DJ que toca la misma música electrónica una y otra vez. Se lo pongo más fácil, por mucho que el alcalde de Cádiz diga en la televisión pública que hay otros momentos y lugares para hacer botellona y no en Carnaval ¿Para qué sirven sus palabras, señor alcalde? Mejor deje de montar usted esa carpa en el muelle para tener a la juventud bajo la misma y como un rebaño de ovejas descarriadas. 

Esto no sucede solo en Cádiz capital, en la mayoría de los pueblos la carpa de plástico es la estrella de las fiestas por excelencia y no importa que sea Carnaval, también sucede en Navidad, en verbenas populares… Debe ser que se firmó un acuerdo con la alcaldía de muchos pueblos y estas empresas que se dedican a instalarlas; en mi pueblo la carpa lleva instalada desde Navidad y no es una exageración, es una realidad, y no tengo ninguna esperanza de que una vez terminado el Carnaval se desmonte, puesto que en cuatro meses se celebra la feria de junio y oye pasa como con los alumbrados, ya que está puesto, pues se quede y así ya tenemos también a los chavales bajo el mismo techo y los funcionarios tendrán menos trabajo. 

Pero a la hora de reivindicar algo pasa lo que pasa, que los que cantan en Carnaval en contra de la botellona cuando llega la Navidad o las ferias en los pueblos se meten bajo la carpa. A ellos les duele el Carnaval, pero se olvidan del resto de tradiciones y festividades que forman parte de la cultura de una ciudad o un pueblo ¡Por favor donde se ha visto que en Navidad suene más la música electrónica que los villancicos en un pueblo! Siguen existiendo personas que les gusta reunirse para cantar villancicos flamencos o tradicionales en reuniones de amigos, pero que por ejemplo en las calles de mi pueblo no se les da la oportunidad de hacerlo para que cualquiera que quiera se les pueda unir.

Fomentar el alcoholismo, el tabaco y las drogas metiendo bajo un toldo gigante a la juventud, no es organizar una programación para ningún tipo de acto o fiesta cultural, señores concejales de cultura (y me refiero a todos no solo a los de Cádiz capital o mi pueblo). Se compite mucho entre pueblos y ciudades por encender los primeros los alumbrados, pero a ver cuándo la competición es por ser sensatos y mostramos a los jóvenes de verdad en qué consisten las tradiciones, porque los que ya no cumplimos cuarenta añoramos lo que vivimos no hace tanto. No soy madre, pero aun así me da mucha pena que los niños del ahora, los jóvenes de hoy y los del futuro cuando alguien les pregunte en qué consiste celebrar una tradición solo puedan decir que en bailar con una litrona en la carpa de plástico de su ciudad o pueblo. 

Lo peor de todo es el conformismo, prueba a comentarles algo a los padres de adolescentes y a los propios chavales y su respuesta será: “Para una cosa que ponen para la juventud”. Entonces, cuando los oyes decir eso tanto a padres como a hijos piensas: “El rebaño solo conoce la hierba podrida y no les queda más remedio que gustarle”. Y los padres mientras que nadie les llame para decirles que se les ha perdido la abeja todo perfecto. Cada vez somos más los que no nos hacemos un disfraz porque pensamos que lo que hoy existe no es Carnaval, no celebramos la Navidad fuera de casa porque en las calles más allá del alumbrado navideño no hay nada que disfrutar y dejamos de acudir a las verbenas y ferias de verano porque en estas en vez de una carpa hay varias donde cae el vaho en forma de agua encima de las cabezas, donde el humo hace insoportable respirar y donde la música como pueden adivinar es pinchada por un DJ que para más inri está ganando un pastizal por noche y se cree que es un pedazo de artista.

Karina cantaba “echar la vista atrás es bueno a veces…” yo creo que tal como están las cosas deberíamos mirar para atrás mucho más de lo que lo hacemos porque el futuro, aunque parezca que no pueda ser más desastroso, lo será. La vida no está hecha para disfrutarla en blanco y negro, recuerden que, tras caer la lluvia de una nube gris, luego sale el arco iris, uno de los fenómenos más hermoso que existe. Mejor mojarse y esperar a ver como aparecen los colores que quedarnos bajo un toldo donde jamás nos dejaran ver el espectáculo del sol cuando amanece.