He conocido a no pocas personas que cuando observan desde fuera que se está celebrando un compromiso o incluso oyen pasar un coche pitando para anunciar que hay un casamiento, se burlan de los recién casados y aseguran que pronto han de firmar el divorcio. Estoy segura de que tristemente estas personas nunca se han sentido queridos de verdad ni han logrado tener la capacidad de querer. Esta es la primera reflexión que me viene a la cabeza a pocas horas de contraer matrimonio con el que para mí es un compañero perfecto de vida.
Estoy segura de que gran parte de los invitados en este día de celebración, esperaban que escribiera y leyera algo especial y a la altura del acontecimiento que ya a estas horas estaremos viviendo. Estoy deseando ver las caras de los presentes y del que ya será mi marido cuando descubran que no solo ellos serán conocedores de esas palabras que esperaban oír. Sí, ¡No es para menos! ¡Hoy toca gritar lo que siento! Dejarlo por escrito y publicado en este medio de comunicación. ¡Sorpresa, familia y amigos! ¡Sorpresa, querido marido!
Mi cabeza no deja de pensar, mis manos no paran de escribir y en el estómago mil y una mariposas revolotean ¡Todo a la vez! Pienso cuál será el mejor momento para poner en marcha esta nueva locura planeada con y por amor. La sorpresa llegará cuando al observaros perciba que estáis relajados, divertidos y disfrutando de todo lo que hemos preparado con cariño y esmero para celebrar nuestro amor con todos vosotros. También tendré que asegurarme a que mi esposo no sospeche nada de todo esto que ando tramando.
A algunos os he pillado con las manos manchadas de gambas, a otros con la copa de vino en la mano o incluso con la boca llena cuando me he levantado y os he pedido contra todo pronóstico que cojáis el teléfono y busquéis en internet un enlace. Estoy segura de que alguno de vosotros, al saber que no hemos dejado pasar mucho tiempo para consolidar y compartir nuestro amor, habréis pensado que igual puede que nos precipitemos. Pero, ¿Quién decide que es demasiado pronto? No podemos estar más seguros de la decisión tomada, la de compartir este día con todos y demostraros con este acto lo que nos amamos. Insisto cuando el corazón te late deprisa al lado de otra persona a todas horas, cuando suspiras porque el amor te inunda el alma y no te cabe ni el aire, lo único que puedes hacer es dejarlo salir y mostrarlo a aquellos que siempre te han querido y apreciado. Por ello, tanto invitados como no invitados a la boda estáis leyendo estas palabras hoy sábado, y no mañana domingo, como es de costumbre que me leáis en este periódico digital.
Me importa poco o nada que alguien piense que soy muy empalagosa con mi boda, que parezca que yo soy la única que se ha casado e incluso que opinen sobre las consecuencias de esta decisión que hemos tomado. Hoy he decidido que me pongan un anillo en mi mano, vestida como siempre había imaginado, sintiéndome la más hermosa de las mujeres junto con el que para mí es la mejor persona que he conocido nunca, y a la que tengo tanto amor que dar que sé que, aunque pase toda una vida a su lado no será tiempo suficiente. Y tengan claro que si estoy dispuesta a dar tanto es porque a medida que doy, recibo. Sentirse querido es la mejor sensación del mundo. Nadie puede borrarme la sonrisa de la cara cuando lo miro y me mira, nadie me hace feliz como él lo hace, como tú lo haces amigo, cómplice y ahora marido. Pueden creer o no en las almas gemelas, la mía hoy se ha convertido en mi esposo, poco más que decir al respecto.
Y si dije hoy “sí quiero” es porque no podría decir jamás no a nada contigo. Aunque lo que realmente debí decir es un “sí amo”. Hoy hemos unido a nuestras almas y no tardamos demasiado en darnos cuenta de que ambas se complementan, que se refugian una en la otra, que se alimentan de la fuerza de ambos, de tus valores y mi inspiración, aunque tal vez hoy la musa esté desbordada por tantos sentimientos y emociones. Seguramente sería capaz de escribir palabras más bellas sobre el amor que las que aquí he escrito, pero ya sabes lo que opino, lo que existe entre tú y yo es más que amor, pues, ni siquiera en los versos de poetas, por mucho que lo he buscado logré hallar como describir lo que sea que nos rodea a ambos. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar y más de lo que mi voz puede pronunciar. Mirarte a los ojos, a ti, solo a ti.
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