Placebistas o placeberos: distribuidores de placebo sociopolítico

Infinitas veces se confunde con lo que aguanta la mayoría, parecido pero diferente, ya que unas veces se aguanta por miedo y otras por ignorancia

Gestor cultural.

Blisters de medicamentos, en una imagen de archivo.

Hoy otra vez con dolor, sinceramente ya no se lo que me duele (placebo al canto), debo referirme a esas personas que distribuyen placebos y dicen que están dando medicinas.  

Se autodenominan como periodistas, analistas, especialistas, investigadores y no sé cuántas cosas más. Usan palabras y escriben tonterías para tontos. Es inconcebible algunas cosas que se leen, pero más inconcebible aún es que se las publiquen algunos periódicos de “prestigio”. No se si les caerá la cara de vergüenza (si es que la tienen), cuando lean unos días después lo que han escrito y publicado.  

Si saben lo que están haciendo, entran en la categoría que se denomina superhipócritas. Si no lo saben (a pesar de los títulos académicos que tienen), que cada cual les denomine como crea oportuno. Existe una pléyade de periodistas famosos y con mucho prestigio, que han adquirido presentándose como progresistas y defensores de la democracia y leyéndoles me pregunto: ¿Qué entenderán por democracia y progreso? Democracia para muchos es una palabra que se resume en: lo que diga la mayoría. Infinitas veces se confunde con lo que aguanta la mayoría, parecido pero diferente, ya que unas veces se aguanta por miedo y otras por ignorancia.  

El placebo en medicina actúa sobre áreas cerebrales relacionadas con la analgesia y provoca mejorías en personas que ignoran que están recibiendo sustancias inocuas, falsas, pero creen que están recibiendo medicamentos.  

El placebo socio político actúa igual. Ante la ignorancia de lo que sucede, de la enfermedad que se padece, ese temor a lo desconocido, cualquier cosa que nos digan que es bueno o verdadero nos lo creemos, y mucho más si viene dicho o escrito por algún “famoso” que escribe en revista o periódico que lo “avala”. Pero el mal continúa y el uso indiscriminado de placebo puede convertirse en nocebo. O sea, “estúpidifica” (enfermedad crónica) de forma permanente. 

Cualquier médico sabe y si es investigador más aún, que no hay cura sin conocer los orígenes. ¿Qué hay que saber lo que determina la aparición del mal, el qué lo alimenta y hace crecer?  

Siempre surgen los charlatanes que venden crece pelos fantásticos y siempre habrá los que confunden gordura y grasa con fortaleza, quietud con tranquilidad e ignorancia con sabiduría. Siempre habrá periodistas, intelectuales, historiadores, artista y otros especímenes “populares” que alardearán de progresistas y demócratas con “amplia visión” que denunciarán a las mafias oligárquicas de un lado, mientras ocultan que están pagados (de una u otra forma) por las del otro.  

Leo artículos, entrevistas, análisis… ¡Qué superficialidad para asuntos tan complejos! Tiempos atrás me daban rabia, hoy se suma el asco. 

En una guerra no hay santos, no puede haberlos, pero si intereses, como en una pandemia no puede haber personas felices (salvo accionistas de las multinacionales farmacéuticas). Tan indigno como la guerra y la pandemia es mirar a otro lado ignorando y silenciando quienes son los causantes. 

Callar sabiendo y pudiendo hablar es censurable, pero a veces es imposible hablar.  

Mentir es detestable, denigrante, ya que al menos se tiene la lamentable pero menos mala opción de callar. Y sobre la mayoría de los actuales dirigentes políticos mejor no hablar. No hace falta ser un lince, para ver de lejos quién es un corrupto, un traidor, un vendido al capital. Ya la cara les delata. La sonrisa perenne de cínico, el rictus y gesto de borracho, la cara risueña bajo el maquillaje , apostar con champán incluido por que la guerra dure más, los gestos y ademanes de cómico militar, el banquero mafioso, la dulce sonrisa y dura mirada, las gafitas de seminarista… Es necesario los nombres.

¿De verdad que estos personajes no saben el porqué de esta guerra? ¿Habrán leído el contrato Rusia-Alemania sobre el Nord Stream 2? ¿Se lo tendré que dar yo para que lo lean? ¿Sabrán a qué precio están pagando el GNL a EE.UU.? ¿Se habrán enterado del gran beneficio de las multinacionales de armamento?¿Y la OTAN, creerán que es una fuerza de paz?