En la actualidad, la política se ha convertido en un elemento fundamental para la transformación social y el empoderamiento de la ciudadanía. En los últimos tiempos, con gran fuerza, la mujer como agente participativo y del cambio ha contribuido, no sin mucho esfuerzo, a romper el techo de cristal de los partidos políticos que las confinaba en puestos sin relevancia para poder desarrollar sus capacidades. Mujeres floreros en manos del patriarcado político han sido capaces de exigir el lugar que les pertenece y aportar la visión y capacidad en la toma de decisiones que mejoren nuestro presente y futuro.
A lo largo de la historia, hemos sido testigos de cómo la política ha sido utilizada como una herramienta para generar cambios significativos en la sociedad, promoviendo la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones y en la construcción de un futuro más justo y equitativo. El papel de la política como una revolución social y cómo puede contribuir a moldear un futuro prometedor para toda la ciudadanía sin distinción de sexo, credo o color es una guerra con cada vez más batallas ganadas.
La importancia de la política en la sociedad actual queda reflejada en los diversos movimientos ciudadanos que han impulsado nuevos partidos, sin mucho éxito de continuidad, al no saber gestionar el éxito electoral. La política es el mecanismo a través del cual se establecen las normas, leyes y regulaciones que rigen la convivencia en una sociedad. Es el instrumento que nos permite organizar y gestionar los recursos de manera justa y equitativa, garantizando el bienestar de todos los ciudadanos. Sin embargo, la política va más allá de la simple administración de los asuntos públicos, ya que también implica la participación activa de la ciudadanía en la toma de decisiones y en la construcción de un proyecto común.
En la sociedad actual, la política se ha convertido en un espacio de lucha y resistencia, donde diferentes actores buscan influir en las decisiones que afectan a la colectividad. Desde movimientos sociales hasta organizaciones no gubernamentales, pasando por partidos políticos y gobiernos, todos juegan un papel fundamental en la configuración del entramado político-social. En este sentido, la política se presenta como una herramienta poderosa para canalizar las demandas y aspiraciones de la ciudadanía, promoviendo la participación activa de todos los sectores de la sociedad en la construcción de un futuro más inclusivo y sostenible.
En el contexto actual, la ciudadanía debería jugar un papel fundamental en la transformación social y política, pero la desafección y desencanto la ha alejado como actor esencial de la sociedad. La política y nuestra sociedad necesita recuperar a estos actores pasivos e ilusionarlos. Como sujetos activos y conscientes de sus derechos y deberes, los ciudadanos tienen la capacidad de influir en las decisiones que afectan su entorno y de exigir con sus opiniones algo más que un día cada cuatro años en periodo electoral.