Es lógico y la lógica se impone. Un pueblo de derechas vota a la derecha. Otra cosa es el por qué quién fue de izquierda, se pasa a la derecha. Pero miren al PSOE. A algunos ministros/as y a sus presidentes de comunidades. ¿Alguien duda de que lo más probable es que en las próximas elecciones gane la derecha en España? ¡Si ya están gobernando! Territorio abandonado, territorio tomado. Un campo fértil no cultivado se convierte en erial y en aquello que no se labra, se desarrolla una vegetación espontánea. Maleza, hierbas dañinas, o en el mejor de los casos, que no sirven para nada, lo toman y proliferan sin que nadie lo siembre. Por otro lado, están los interesados en cambiar el cultivo de los productos sanos por otros más lucrativo. Lo toman a veces violentamente, más fácil si es gratis. Es lección para párvulos, que en una civilización de sabios sabelotodo parece olvidada.
La llamada izquierda ha abandonado el campo. Y cuando hablo de izquierda no me refiero solo a los partidos sino a la ciudadanía, que somos quienes formamos los partidos y a sus dirigentes elegimos. Igualmente, derecha son todos quienes se creen, piensen y actúen como derecha. No hay nada más cómodo ni fácil que criticar a los partidos. El otro, siempre el otro. Y ¿quiénes forman los partidos? ¿Extraterrestres? Ellos como entidad, tienen su responsabilidad, sin duda, pero no nos miremos el ombligo. ¿Quién da y quita fuerza a los partidos? Izquierda somos todos los que nos creamos de izquierda y los partidos no son precisamente, los que están en nuestras casas con nuestros hijos y vecinos.
Cuando por desidia, incapacidad, ignorancia, incompetencia, vanidad, intransigencia, afán de mando y poder o por qué da mucho trabajo. Cuando se confunde negociación con cesión de derechos. Cuando un partido de izquierda está infectado de un virus de derecha y sus militantes miran para otro lado para no luchar. Cuando se entrega lo que no se debe entregar. ¿Qué se puede esperar?
Sea por lo que sea la izquierda ha abandonado la viña y la derecha se está llevando las uvas. Plantan otras cosechas y no se sabe qué hacer. La prensa “libre y democrática” y vendida, muy activamente ha colaborado, en el cambio “político-climático” cerebral, que bien estimulado y engrasado ha jugado su papel.
Es muy común soltar por todos los medios disponibles diatribas contra los sectores específicos de la sociedad, que en cada momento (“bien orientada”) cree más débiles. Los más comunes: Los viejos por pesados y los jóvenes por ignorantes. El viejo ha vivido mucho y acumula experiencias a veces “tan negativas”, que no se quieren ni escuchar en un mundo “feliz”, que no entienden. Los jóvenes y no tan jóvenes, ignoran, luego no saben. Para ellos la nueva bienaventuranza.
¡Bienaventurados los ignorantes, pues desconociendo serán felices, engañados y explotados! Lo más triste e injusto es que se hace a la generación que más lo va a sufrir, máxima responsable del mal, cuando es solo una de las partes causante y tolerante del mismo.
Probablemente esté incapacitada, por ignorancia, para conocer el origen y para combatirlo, pero hay varias formas de fomentar la ignorancia: Una es la que tapa la historia. Y eso no lo hizo ella. Con buena o mala intención, se pretende que al no conocer los males, estos no existieron y consecuentemente lo que no existió no puede repetirse.
Los que no que tienen conocimiento de algo son ignorante de ese algo, pero ¿quiénes son responsables de esa ignorancia? ¿Quién no conoce o quién ocultó?
Es obligatorio un análisis autocrítico de nuestra sociedad en los últimos cien años, que no son nada, pese a que la canción dice veinte. Pero no teman, no voy a entrar en un estudio o análisis de las generaciones que conformaron estos años, es muy complejo para ahora profundizar en ello. Me limitaré a algo (en mi opinión), muy claro.
Hubo aquellos que vivieron el traumático inicio del siglo XX con el elevado número de guerras coloniales imperialistas y las mundiales, por un nuevo reparto del mundo que sustituyera el del siglo XIX, la guerra civil española y tantas otras.(Cuan parecido). Son las conocidas como generaciones de hierro o del silencio o de la guerra, sus hijos, esas personas nacidas entre aproximadamente los años 1936/40 y 1948/50, forman la generación de los hijos de la guerra, crecieron y vivieron en un entorno de necesidad y temor hacía un futuro incierto que había que labrarse. En las casas de los perdedores (y en las de los que se creían ganadores - ¿quién me compra este misterio tan frecuente?-) o sea la mayoría perdedora, todos tenían muy claro que sin lucha no hay futuro y si hay lucha es porque hay fuerzas o clases antagónicas. En esas casas se hablaba y se veía, sobre todo se veía, y se mascaba la necesidad. No era necesario hablar lo que a la vista estaba, pero aun así se hablaba y se explicaba el porqué de ciertas cosas. La diferencia de clases estaba patente. Con gran trabajo y sacrificio esa situación fue mejorando y llegó la generación conocida como Baby Boom, nacidos entre 1950 y 1970. Estas dos generaciones lo hicieron respectivamente, mal y muy mal. Creyeron que era el inicio de una nueva era, el inicio del fin del capitalismo. Los hijos de los Baby Boom se transformaron con ayuda de sus padres en niños de cristal. Una buena parte, la mayoría de la clase obrera por arte de birlibirloque se transformó en “clase media” ¿? (ni chicha ni limoná), los hijos tenían, por encima de todo, que estudiar y esto, que es loable y por lo que se luchó, para muchos se convirtió, no en adquirir conocimientos y un buen trabajo a través de ello, sino en obtener un título, un medio, para conseguir, con un pequeño enchufe, un buen y eterno empleo. ¿Y quién enchufa a quién? ¿El rico al hijo del pobre?
Un deambular mental lógico en la búsqueda de una mejoría material, fue, sin percibirse, alejando del origen social. Poco a poco, el concepto y denominación de obrero, en muchos sectores se transformó en algo casi peyorativo. Fue siendo sustituido por trabajador o empleado (la gran confusión), y muchas cosas, que no voy a enumerar (daría un libro), lentamente sustituidas por palabras más “suaves”. A la primera de las generaciones se le fue redondeando la cintura y la segunda, ya sin tapujos se hizo barriguda y con papada, siéndole casi imposible doblar el riñón y atarse el zapato (políticamente).
Todo iba aparentemente tan bien, se vivía en jauja y los dulces sueños tomaron cuenta del cerebro. Los cantoautores en todo el mundo y sus fantasías que reflejaban una “realidad soñada” eran coreadas por las multitudes. El avance progresista y el “fin del capitalismo”. Las revoluciones triunfantes pero no consolidadas en diversas partes del mundo y se olvidó el poder del capital, del dinero y los golpes militares. Pequeños desvíos que al no ser intencionados no podían ser catalogados como traición, ni tan siquiera como abandono de responsabilidad y los sueños, sueños son (Calderón de la Barca).
Pero en las casas de esa buena parte de la sociedad que se transformó en clase media, se olvidó hablar de política y clases sociales. La consigna mudó: Fuera sacrificios que bastantes hemos pasado. Hay que vivir bien la vida mientras se pueda, música, cine, viajes, y no pensar. Para ello, lo mejor no hablar de cosas desagradables del pasado.
¿Cuántos padres y abuelos hablaron o hablan con sus hijos y nietos de política? “Y aquellas aguas (o polvos) trajeron estos lodos”.
Y así se ha llegado hasta donde se ha llegado. La llamada generación Z, la actual, no sabe de dónde viene y mucho menos a dónde va, que es igual a no saber dónde se está. Hoy a la mayoría de los jóvenes les hablas de Laos, Camboya, las masacres de Grecia, Indonesia o Chile, del porqué del bloqueo a Cuba, de la guerra en Libia o Mali, de Angola o Mozambique, la Revolución China o el Sahara Occidental, Guatemala o Panamá. Algunos han oído hablar de un canal no de TV, pero ni idea de J. Arbenz, Torrijos. Ni de para qué sirve. Ni idea del por qué en proporción a la riqueza muy superior se vive peor, ni porqué esta generación no alcanzará los niveles de la de sus padres ni abuelos,… ni, ni, ni… Les hablas en sánscrito. Pero todos conocen a Rosalía, Kills Birds, Baldini, PinkPanthress., Jennifer Lópes. Miles de Festivales… Cine, música, moda, gastronomía, etc…
Por supuesto que no se puede estar enterado de todo lo que pasa en el mundo, pero sí el conocer el mal original, que es el mismo, que nos vincula y que es el enemigo común. Y sin embargo, es esta generación, ella y no otra, la que está obligada a ponerse las pilas, es cosa de ella, pues lo pasado pasó y nadie les sacará las castañas del fuego.
Y las generaciones anteriores, la X, los millenais… totalmente extraviados sin saber dónde están y ni siquiera si están. Por otro lado, unos partidos reflejo de una sociedad, que se dicen de izquierda transitando ufanos por el centro y hasta por la derecha, pero eso sí, muy divididos en todo. Con un pensamiento muy rico y variado… dicen, pero la verdad es que cuando unos partidos con la misma base progresista coincidente no son capaces de ponerse de acuerdo para establecer un orden de prioridades y una secuencia a seguir, es que son muy burros y mejor que desaparezcan y dejen el campo libre para otros “menos inteligentes” y más prácticos. ¿Seremos capaces?
Sucede que la derecha si se pone algo más de acuerdo, y crece. Se hacen concesiones, establecen unas prioridades y avanzan. Y curioso, la mayoría de las consignas, lemas y hasta nombre que usan son de izquierdas. Las consignas, son eso, palabras y no valen nada si no hay unos resultados tangibles atrás de ellas. Qué más da que las digan unos u otros si son palabras. Si Pedrito no las cumplen, vamos a ver con Pepito. Así nos encontramos a obreros, a trabajadores del campo o la ciudad, intelectuales, estudiantes, artistas y al “mundo de la cultura”, no solo votando a la derecha y extrema derecha si no detrás de pancartas y banderas que ponen, Libertad, Amor, Derechos Humanos, Democracia, Igualdad,… portadas por nazi-fascistas. Una deducción un tanto extraña: las consignas seducen, son válidas: ¿Por qué con unos portavoces (d) se creen y con otros (i) se ignoran? ¿La apatía espera que alguien las cumpla?
¿Y los nombres de los partidos? La mayor hipocresía en la derecha, ni uno se llama nazi, o fascista o derecha recalcitrante,… todos se esconden. A lo máximo que se atreven es a Conservador o Popular que es bastante ambiguo, pero la mayoría, usan de una u otra forma palabras como social, socialista o demócrata, libertad, progreso... Veamos algunos: Amanecer Dorado, el Partido Nacional Británico, el Movimiento Social Italiano, el Partido Nacional Demócrata de Alemania, Democracia Nacional, Partido por la Libertad (Neederland), Partido del Progreso de Noruega, Partido de la Libertad de Austria, el Vlaams Belang belga, Alternativa para Alemania, Frente Nacional Francés, Partido Popular Danés, Partido Popular Suizo, Demócratas de Suecia, Concentración Popular Ortodoxa Griega, Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) , Vox, Partido Popular, Ciudadanos, Fratelli d’italia, Forza Italia, La Liga, CHEGA y Partido Social Demócrata (PT), Centro Democrático (Colombia), Colombia Justa Libres, el Partido Republicano y el Demócrata de USA…
Luego están los que ellos se llaman de centro, que son también de derecha. Y por fin los que se dicen de izquierda, que a lo máximo que llegan es al centro y algunos aún mantienen la palabra socialista (y obrero) (España, Portugal, Francia, Chile…). No hay duda que en su militancia hay socialistas y obreros, ¿o son solo trabajadores? Pero…
Y volvemos al inicio. Tierra abandonada, tierra ocupada, sobre todo si es fértil.
Las personas se hartan y buscan salidas, unas veces se encuentran y otras son en falso, entretanto crece el desaliento, la desconfianza, la abstención… “y va creciendo y creciendo, en el campito la m… ¿La indiferencia? ¿La…? Ay, ay, ay.”
Conclusión:
Miguel Delibes se pasó: Cinco horas con Mario. Federico García Lorca escribió: Así que pasen cinco años. Violeta Parra quiso Volver a los diecisiete… Gardel cantó Que veinte años no es nada… (Volver. Alfredo Le Pera). García Márquez vivió Cien años de soledad. Augusto Monterroso: Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.
¿Cuántos años durmieron? ¿Y nosotros? SILENCIO.
“Silencio en la noche,
ya todo está en calma…
El músculo duerme
La ambición [no] descansa”
(C. Gardel – H. Pettorossi – A. Le Pera)
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