Parece que todos los mortales tenemos el mismo problema a excepción de Chanel, que ya en la letra de su famosa canción dijo que no-no-no-no-no (perdón por el atrevimiento, pero así entienden mis oídos negacionistas el “slow mo”). Igualmente, con dinero o sin él, lo cierto es que quedó tercera y eso es digno de alabar. Trabajo, sacrificio, baile, algo de cante y un espectáculo audiovisual de primera línea. Esos fueron los ingredientes de la que “solo existe una, no hay imitaciones”, dándonos una alegría, por pequeña que fuera. Al fin RTVE se lo tomó en serio y definitivamente, si no es por la guerra de Ucrania y por el rubio inglés, quizás nos hubiéramos llevado el micrófono de cristal o no-no-no-no-no (lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir, como dijera el exiliado).
En cualquier caso, “y no se confundan, señora y señore”, tenemos un problema “monetary”. Los currantes que llegamos a fin de mes con la lengua afuera lo hemos notado ostensiblemente. Si no lo creen pregúntenles a sus familiares o personas más cercanas y entenderán que han subido los precios bajo el manto de un período de hiperinflación sine die. Han subido los productos básicos y ahora, que ya no se puede achacar el problema a los transportistas podemos entender – y asumir – que esta subida ha venido para quedarse. Con nocturnidad, alevosía y mala leche, pero se queda (como dijo Piqué sobre Neymar).
¿Y cómo le afectará eso a Andalucía? Pues evidentemente de una manera descarada. Si ya éramos pobres antes de la crisis de 2008, si nos ahogamos aún más con la incursión del Covid, pues ahora que todo sube - incluso España en Eurovisión - ¿qué esperan? Y no pasa nada, “señora y señore”, que Bonilla está “ready” para ponernos en primera fila – pero cuando pasen las elecciones, claro-. Y si no está él para eso está la alternativa en su “bugatti” sin ruedas, rompiéndose las caderas y clavándose cuchillos si hace falta. Y si no, pues más a la derecha alguien que comete un supuesto fraude electoral, vulnerando las leyes que exponen que es necesario vivir al menos medio año en el lugar donde estés empadronado para poder presentarse. Ahí sí que solo existe una, única e irrepetible que tiene los arrestos de presentarse para presidir Andalucía habiendo nacido en Alicante y trabajando en Madrid, siendo abogada del estado y habiéndose empadronado en una de las propiedades del expresidente de su partido en Granada hace seis meses. El mismo señor, por cierto, al ser preguntado por algún tipo de evidencia sobre la residencia habitacional de Macarena dice que no puede engañarnos. Vamos, que no-no-no-no-no.
Mientras, desde las Américas nos vienen avisando de un período de hambrunas. Lo dijo hace sólo unos días Kyle Bass, un inversionista y empresario para la sustentabilidad medioambiental al explicar cómo la subida de los precios agrícolas más las del combustible iban a hacer que los de los productos básicos sigan in crescendo. Sí, efectivamente esta clase de personas que invierten en el medioambiente porque saben que da sus réditos no son las que mejor opinión me merecen, pero si las barbas del vecino las ves cortar…Pues eso, que el problema “monetary” está al caer y no estamos preparados. Estamos en todo caso acostumbrados a soportar las embestidas que nos vienen y, evidentemente desde el aborregamiento más superfluo comeremos banderas, que deben estar muy ricas a la parrilla como el solomillo de lomo-mo-mo-mo.
Y fíjense “señora y señore” como estará la cosa, que mientras que todo esto sucede, los indicios de fraude del clan Ayuso siguen su curso, teniendo la osadía de autodefinirse como “gitanos” para, ¿hacer la gracia? al igual que los del clan Cospedal, entre otros. Todo eso queda lo más guardadito posible. Que no se note, que la culpa culpita la tienen otros a pesar de ser conscientes de que entramos en una guerra de mercados, con un período de hiperinflación desmesurado y fuera de control, con el neoliberalismo poblando las esquinas y sus coleguis, las eléctricas haciéndonos creer que sus precios son lógicos y éticos.
No se confundan, “señora y señore”, que el problema “monetary” viene para quedarse un buen tiempo. Me temo que va a estar en el “big five” de los problemas europeos de los próximos años. Estemos “ready” para hacer valer nuestros derechos, pero cuidado, que si protestamos mucho, lo mismo nos mandan a otros “pa romper caderas”, como decía Chanel.
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