A Milei no le queda ni uno solo de todos los economistas de su cuerda ideológica para que lo apoyen en su desastrosa política económica, en realidad desastrosa por inexistente. Se pasea como doctor en Economía aunque no lo es, ni de economía ni de nada, excepto un título honorífico de doctor honoris causa que le concedió una universidad privada, y está a la vista que ese título debió de ser amicitiae causa. Acaba de saberse que su último libro tiene varios párrafos plagiados a un investigador del Conicet. La editorial Planeta retiró su libro porque Milei mentía en su biografía: ni egresado por la Universidad de Buenos Aires ni doctor por la de California; la editorial Deusto le editó el libro, entonces. Milei estudió en una universidad privada, la de Belgrano.
Su desastre económico es contundente. Eduardo Eurnekián, presidente de Corporación América y antiguo jefe de Javier Milei, se sintió aludido por las últimas recomendaciones a los empresarios para que invirtieran: “en algún momento van a tener que poner las pelotas e invertir”. Eurnekián le respondió: “que Milei se ponga las bolas y dirija el país”. La primera decisión de Milei fue una devaluación del dólar oficial del 119%, dos días después de su toma de posesión, el 12 de diciembre pasado. Una liberalización radical de precios que han supuesto subidas para el consumidor superiores incluso al 500%. La pobreza aumentó terriblemente y se eliminaron los envíos de comida a los comedores sociales. El consumo ha descendido del orden del 30%, el desempleo aumenta por decenas de miles y las Pymes temen la bancarrota. Pero Scioli, embajador de Brasil hasta hace unos pocos meses y ahora secretario de Deportes, salió hace unos días a pedir el Premio Nobel de Economía para Javier Milei.
Milei rechazó el ingreso en los Brics, porque no quiere saber nada de “los comunistas chinos”, a quienes Argentina debe varios miles de millones de dólares, además. Su ministra de Relaciones Exteriores arregló una entrevista con la embajadora de Taiwán, en un aparente insulto contra China. Milei se desahogó gravemente con Lula, presidente de Brasil, socio necesario y necesitado para Argentina, y semanas después intentó un contacto con Lula a través de terceros, hasta ahora sin resultados. También insultó al presidente mexicano, al colombiano, se metió contra Bolivia y contra Chile en varias ocasiones. Viajó a Estados Unidos a entrevistarse con Trump, al que nombra presidente, aunque el presidente es Biden; al menos a Biden no lo insultó todavía, pero no hubo entrevista con él, aunque viajó ya varias veces allá. Esto en plena campaña presidencial.
Que haya acusado de “corrupta” a la esposa del presidente del Gobierno de España es solo la muestra de cuál es el respeto que le requieren todos quienes no sean él mismo. Insulta de corruptos a los diputados y senadores de Argentina, a los gobernadores de sus Provincias; trató de “asesina” y “montonera” a la que hoy es su ministra de Seguridad. Todo el que se opone o muestra reticencias a sus proyectos y ocurrencias es inmediatamente defenestrado públicamente. Si cambia de opinión, Milei lo nombra héroe de la nación. Su hermana fue nombrada Secretaria General de la Presidencia, un sobrino del presidente del Congreso empleó en un alto cargo a su sobrino, etc., etc., etc.
La visita a España de Milei, según él mismo, es oficial, pero no hubo solicitud de entrevista con ninguna de las autoridades del país, lo que en el contexto de su visita parece una negación de esas autoridades, a la manera en que lo hacen los anfitriones de Milei: la extrema derecha y en campaña electoral para el Parlamento Europeo. Es grave que un jefe de Estado extranjero ingrese al país y no muestre, en primer lugar, respeto y consideración a las autoridades legales y legítimas del país que visita, porque si la visita es oficial, según el mismo Milei, esa pleitesía debe ofrecerse. Además, insulta al presidente del Gobierno y salta por encima de la presunción de inocencia de su esposa para acusarla de corrupta e insultarla también. Los insultos en el haber de Milei hacia otros jefes de Estado o países están aquí relatados, lo que no tiene parangón es acudir de visita oficial a un país, ignorar a sus autoridades e insultarlas. El ataque contra España, en representación de Argentina, es inaceptable de todo punto. Por esta razón ha sido llamada sine die la embajadora de España a consultas a Madrid y el Gobierno le exige al presidente de Argentina una retractación y las disculpas del caso.
Estamos ante un caso paradigmático de un presidente contra el que en su propio país ya se presentó un pedido de juicio político ante el Congreso de la Nación para deponerlo, fue el 22 de abril de este año, y hay en proceso un segundo pedido al menos. Estamos igualmente ante el singular caso en que dos partidos españoles que dicen defender España por encima de todo permiten que España como país no sea respetada y sea insultada. Además de que estamos ante la situación en que la confederación española de empresarios ofrece hospitalidad a un presidente extranjero que no respeta el orden político del país que visita.
Por supuesto que Milei y cualquiera tiene el derecho a discrepar de la política del Gobierno de España, pero los modos en que se discrepe son fundamentales para evitar conflictos innecesarios. Milei no conoce la contención y cree que sigue haciendo programas de televisión en los que destroza el Banco Central de Argentina como si fuera una piñata.
Pero Milei es un gran inventor, y quizá por eso Scioli quiere que le otorguen un premio, que seguramente no pasará del Premio Novel. Se inventó que había salvado a Argentina de una inflación del 17.000 %, aunque resulta que luego se supo que esto era reinvención, porque ya Martínez de Hoz, ministro de Economía de las Juntas Militares argentinas, lo había dicho también. Se despacha con que el socialismo es una ideología criminal que ha asesinado a varios centenares de miles de personas, lo cual es simplemente otra invención delirante de Milei. Nunca se debe mezclar ni confundir el estalinismo con, pongamos, el socialismo democrático de Enrico Berlinguer, por ejemplo. Aunque hay un mejor ejemplo todavía: el socialismo democrático de Salvador Allende en Chile, donde los miles de muertos, como en Argentina, los produjo la terrible dictadura de economía neoliberal, tan simpática para Milei. La política económica de Milei, incluso en sus anuncios performativos, vean este vídeo, son prácticamente una copia de los de Martínez de Hoz; aquí el vídeo de Milei del llamado, por él mismo, el Pacto de Mayo. El contenido económico de Martínez de Hoz parece copiado a Milei.
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