Brandy Cardenal Mendoza.
Brandy Cardenal Mendoza.

El siete es un número mágico y siete son ya las ediciones que se han realizado del Certamen Internacional de Microrrelatos Cardenal Mendoza, una iniciativa de las bodegas Sánchez Romate Hnos. para fomentar la creación literaria en torno al brandy de Jerez. Como concordando con el significado de plenitud que los cabalistas asignan al susodicho 7, los trabajos que han llegado este año hasta la fase final tenían todos una calidad muy considerable, a juicio del jurado, por lo que, prácticamente, cualquiera de ellos podría haber conseguido alguno de los premios. Pero hemos afinado, gracias en parte a esa irrenunciable copa de Cardenal Mendoza que inspira nuestra locuacidad, abre nuestra mente y espiritualiza nuestra sensibilidad, para posibilitar el consenso de la deliberación definitiva. Un año más, he tenido el honor de presidir este tribunal literario, integrado, como viene siendo habitual, por la poeta Josefa Parra, la profesora —y también poeta— Ana Sofía Pérez Bustamante y el presidente del Consejo del Brandy de Jerez, Evaristo Babé.

La Mención Cardenal Mendoza Non Plus Ultra es una distinción que se creó para premiar al microrrelato que mejor venga a potenciar la imagen del brandy de Jerez. Tema delicado este y donde entran en juego factores no necesariamente literarios. Se lo ha llevado El delirio del mundo, del poeta y narrador catalán Joan Graell Piqué. Esta vez la factura narrativa del trabajo distinguido con la exquisita mención es también non plus ultra. Los microrrelatos cuentan más por lo que sugieren que por lo que explicitan, y dicen más con lo que callan. Este en concreto evoca toda una época —nuestra larga posguerra— y sus carestías y hace un guiño literario recuperando la figura de Azorín, que brinda con un vencido, porque, al cabo, él también era un derrotado. No dejen de leerlo en esta web, donde también se encuentran todos los ganadores.

El tercer premio se lo ha llevado Una copita, una divertida y picante historia, muy bien escrita, que tiene por protagonista a una costurerita de Jerez. Cuando abrimos la plica, nos llevamos la sorpresa de que su autor es un admirado escritor, de gran prestigio: Ignacio Elguero, que dirige y presenta en Radio Nacional el programa La estación azul.  La verdad es que su microrrelato es canónico, perfectamente cerrado, con un final redondo.

El segundo premio se irá a El Paso, Texas (Estados Unidos), donde vive el autor colombiano Nicolás Rodríguez Sanabria, que lo ha ganado con su obra Suplente. Una escena aparentemente cotidiana y entrañable que nos sumerge, sin embargo, en un abismo de perplejidad. Se confirma así el carácter internacional del concurso, al que han optado mil trescientos quince microrrelatos procedentes de treinta y tres países. De estos, más de cien vinieron de Colombia. Curiosamente, este que procede de la América del Norte, es original de un narrador nacido en Bogotá.

Por fin, el primer premio lo ha ganado Gabriel Pérez Martínez, de Málaga, con Materiales de una relación. En pocas palabras se cuentan las sucesivas fases y metamorfosis de una relación sentimental, con un trasfondo poético, donde el brandy de Jerez está afortunadamente encajado en la ingeniosa trama para simbolizar la etapa de plenitud. Un microrrelato irreprochable, de una gran capacidad simbólica y hondura lírica, donde lo narrado adquiere un valor universal. En él se aprecia sabiduría microrrelatista.

Como puede imaginar el lector, con estas obras y la amabilidad de nuestros anfitriones, los miembros del jurado quedamos de muy buen ánimo. Además, esta edición del certamen ha superado el éxito de las anteriores, habiéndose constituido ya en un referente en el ámbito de la literatura brevísima. No en vano, el suculento maridaje entre el brandy de Jerez y la narrativa hiperbreve resulta especialmente fecundo y tentador.

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