Conduzco por la carretera bajo un sol abrasador que aplasta cualquier intento de disfrutar del verano. Frente a mí, kilómetros de un árido paisaje donde solo sobreviven las cigarras. A lo lejos un rebaño de ovejas de pie, se protegen unas a otras para resguardarse de este calor sin cuartel.
Inmediatamente viene a mi mente la sombra redonda de la encina que cobijaría a este pobre rebaño dándole frescor, simple bienestar animal.
La Dehesa es el bosque aclarado, que en estas latitudes del suroeste ibérico constituye la base de los grandes rebaños de ovino y vacuno y del porcino en los meses de la montanera.
Es un sistema agroforestal esto es, un sistema formado por tierras de labor, arboles, matorral y pastizales. Gracias a estos cuatro elementos, la dehesa ha sido el paraíso de la ganadería extensiva en el sur de Europa durante miles de años. ¿Qué diferencia estos sistemas en relación con la ganadería extensiva?
Los Sistemas Agroforestales dan sombra. Si uno se para a pensar lo que supone la sombra en estas tierras con seis meses de sol abrasador al año, empezará a entender porqué los animales siempre se acuestan sobre ella. La sombra mantiene la temperatura del suelo 25 grados por debajo de la temperatura que alcanza el mismo suelo al sol. Y ello posibilita la vida de insectos, bacterias, hongos etc.… con lo cual se mantiene la actividad orgánica.
Al ser descansadero del ganado por la mejor temperatura, se acumula la materia orgánica lo que explica que sea la zona donde más y mejor pasto haya. Pero además la sombra es una herramienta indispensable para asegurar el bienestar animal en nuestros territorios donde el verano dura ya, por mor del cambio climático, más de 22 semanas al año, y si no que nos lo digan a los de Córdoba, Sevilla y Badajoz. ¡¡Bendita sombra!!
Los sistemas agroforestales proporcionan comida incluso en las épocas más duras cuando el verano alcanza los 46 grados y la pluviometria baja de los 400 mm. una Dehesa bien formada tiene muchos recursos, no solo las encinas frutales que empezarán a caer la bellota en la época de la montanera, también el ramón de la encina, el del alcornoque y la cantidad de comida que proporcionan los matorrales forrajeros, como el lentisco, la charneca, el acebuche, la retama…
La política, alentada por la PAC de convertir nuestras Dehesas en pastizales con arbolado disperso, eliminando el estrato intermedio del matorral, ha sido tremendamente perjudicial para nuestros ganados, privándole de todo lo que el matorral aporta, a saber, comida, refugio, sombra, retención de agua en suelo, biodiversidad etc. Los pastos europeos son pastizales que se mantienen en general verdes durante todo el año.La fotografía muestra una Dehesa cuando en realidad bien podia ser un pastizal ingles. La diferencia estriba, entre otras muchas, en que en el mes de mayo nuesta hierba verde comienza a secarse y este periodo puede durar cinco o seis meses lo que nos obliga a surtir de comida al ganado de fuera de la explotacion. Buscar la biodiversidad es actualmente una obligación para alargar la autonomía forrajera, tener a dísposicion de nuestro ganado plantas medicinales y aromáticas que vayan sustituyendo a los productos veterinarios de los que demasiadas veces se abusa y asegurar la cobertura del suelo y la retención de agua en nuestras explotaciones.
Un entorno de bienestar animal en un escenario climático como el actual y de alarmante pérdida de biodiversidad requiere la adopción de una gestion integral del suelo, de la vegetacion y de los animales en la que se valore la enorme importancia de todos los elementos del ecositema. Contra esta posición ampliamente refrendada por la comunidad científica, se alza la tiranía de la Pac, que actúa en contra de los intereses de los ganaderos de extensivo, obligándonos a realizar malas prácticas para poder cobrar unas subvenciones que no consiguen sacar de la ruina y de la marginalidad a nuestra Ganadería extensiva.
Los sistemas agroforestales protegen y estimulan la vida en el suelo que es la madre de la vida en la tierra, si no tenemos suelo no tenemos nada. Los sistemas agroforestales bien organizados, retienen el agua de las lluvias porque los suelos nunca quedan desnudos, las hojarascas de las encinas, las raíces de la vegetación secundaria, y el pasto seco crean una barrera contra las escorrentías permitiendo que el agua penetre en el suelo y de origen a la vida: bacterias, actinomicetos, hongos, protozoos, etc.
De esta forma, en los sistemas agroforestales bien gestionados, el suelo está siempre mullido, cubierto y abonado por el constante paso del ganado.
Los sistemas agroforestales, son el mejor recurso que tenemos en las tierras áridas del oeste y del sur peninsular para frenar el desierto, ayudar a la ganadería extensiva y a los árboles a adaptarse al cambio climático, fijar el carbono y producir carne de excelente calidad.
Por eso las administraciones, no pueden seguir ignorando esta realidad, de hecho la Pac ha de interpretarse adecuadamente en su aplicación a estos ecosistemas protegiéndolos con ayudas específicas y teniendo en cuenta la multifuncionalidad del mismo y su importancia como barrera al desierto.
Desde muchas organizaciones, llevamos años denunciando el abandono, la ignorancia y la política de mirar para otro lado que sufren nuestras Dehesas. La nueva Pac viene a refrendar este abandono; algún día habrá que exigir responsabilidades cuando ya no haya marcha atrás y la Dehesa haya desaparecido. Parece que a la velocidad que lleva la destrucción, este día no será tan lejano.
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