Poesía y mundo rural vivo en la Sierra de Segura

En este otoño florecen las setas en la Finca, y se avista el pueblo blanco que se extiende no lejos, en lo alto

Periodista y escritor.

Ezequiel Martínez en la conferencia de la Sierra del Segura.

Torres de Albanchez, es un pequeño municipio de la Sierra de Segura, en el nordeste de Jaén, tiene una superficie de 64,84 km2 y una población de 746 habitantes. En 2017 eran 826 habitantes. En 8 años ha perdido 80 habitantes. Su torre-castillo se remonta al siglo XIII. Hace unos días disfrutamos en este pueblo y en su entorno. Fueron días de convivencia y relaciones personales en torno a la poesía y a la vida, con gente del pueblo y venidos de fuera.

La jornada festiva giró en torno a la entrega de los Premios del II Concurso Internacional de Poesía Rural, que se celebra en Torres de Albanchez de forma bianual, y que cuenta con un Encuentro de poetas en los años intermedios, con lo que cada año se mantiene vivo el espíritu de la poesía rural. Visitamos la Finca ecológica Bonilla, disfrutando del paisaje y de los árboles que la conforman:el roble majestuoso de 800 años, del que recibimos energía natural abrazándole; las numerosas encinas centenarias, donde se ubica el bosque poético, los 4.000 olivos de picual y Royal de Segura, los 1.500 nogales, plantaciones de pistachos, y la hierba fresca que acolcha el suelo y le proporciona sustratos y materia orgánica.

En este otoño florecen las setas en la Finca, y se avista el pueblo blanco que se extiende no lejos, en lo alto. Tras recorrer el bosque poético, los nuevos premiados y los miembros del Jurado leyeron sus poemas que permanecen en soportes de madera al pie de las encinas. Los libros publicados se guardan en cajones de madera a modo de Biblioteca natural. Hemos entregado los premios del II Concurso Internacional de Poesía Rural. En la categoría de adultos, premio 'Felipa Marín', el ganador ha sido Pedro Porres de Córdoba, dotado con 3.000 euros. El accésit ha sido para Francisco Javier Sánchez, de Cortelazor, Huelva. En categoría juvenil, el premio Isabel Montes "Yeye", dotado con mil euros, ha recaído en el joven de 16 años Nicolás Muñoz de Madrid.

Torres de Albanchez, un pequeño pueblo de la Sierra de Segura, ese paraíso interior rodeado de olivares desde el que divisa el Yelmo, el pico guardián de la Sierra. La Finca ecológica Bonilla que tan bien cuidan Vicente Rodríguez y Mari Carmen Álvarez patrocinadores y promotores de estos premios junto a la Fundación Savia que preside Francisco Casero quien también patrocina este Concurso de poesía rural que cuidamos con mimo y que está teniendo muy buena acogida con la recepción de más de 300 poemarios llegados de 15 países. La poesía y el recuerdo de Felipa Marín y de Isabel Montes "Yeye", nos anima a seguir impulsando este certamen que pretende mantener vivo el medio rural en los pueblos de Andalucía y del resto de España.

En el acto celebrado en el Teatro Municipal se guardó un minuto de silencio por las víctimas de la Dana asesina, en el Levante español. Comenzamos con el tema musical "Andaluces de Jaén" y, al final, tras las intervenciones de Mari Carmen Álvarez por la Finca Bonilla y Paco Casero, por la Fundación Savia, actuó el cantautor local Paco Segura y se cerró con el himno de Andalucía. Los premios fueron entregados por el Alcalde de Torres de Albanchez, Francisco Javier Niño García, la diputada provincial y alcaldesa de Sorihuela Ana Belen Rescalvo, Paco Casero, y los miembros del jurado, Concha Montes, Lola Almeida, Antonio Aguilera y Víctor Ortiz, lector corrector. Luego se presentó el libro con la publicación de los poemarios ganadores, a cargo de Juan José Ramos, editor de Bicho malo, de Tenerife, que vino desde Canarias, a ofrecernos su trabajo editorial.

El acto fue presentado por Ezequiel Martínez, patrono de la Fundación Savia, periodista, poeta y miembro del Jurado del premio. Las intervenciones de Mari Carmen Álvarez y de Francisco Casero estuvieron embargadas por la emoción al evocar a sus seres queridos, Felipa Marín e Isabel Montes. Los premiados leyeron poemas de su obra. Fue muy importante y valioso el encuentro entre la población local y los visitantes pues los de fuera contribuimos a regenerar la autoestima de los habitantes de estos pueblos pequeños del interior de Andalucía que se resisten a abandonar el terruño donde nacieron sus abuelos y sus padres. Hablamos con algunos jóvenes torreños mientras paseábamos por el bosque poético y luego en el bar donde comimos. Regresamos de la Sierra de Segura emocionados y satisfechos por dar al mundo rural su sitio, agradecer su labor en mitigar el Cambio Climático, y contribuir a luchar para evitar el despoblamiento. ¡Caminante no hay camino/ se hace camino al andar!