Productos sanos y sostenibles… sin ayudas públicas en Castilla-La Mancha

Pregúntense queridos lectores por qué los  agricultores ecológicos tenemos que demostrar que no contaminamos y la agricultura y la agroindustria convencional no tiene que certificar lo que contamina

Productos ecológicos, en una imagen reciente.
Productos ecológicos, en una imagen reciente.

A mediados de mayo en Castilla-La Macha se celebra San Isidro, santo que en 1960 el papa Juan  XXIII le declara mediante bula como santo patrón de los agricultores españoles. Son días de celebración en muchos de los pueblos de nuestra comunidad autónoma. Además, estos días los  agricultores estamos contentos porque la primavera de 2024 ha sido lluviosa y palía en parte los  años desastrosos, donde ni tan siquiera hemos podido segar el cereal. Hace pocos días tuve la  oportunidad de hablar con un perito de seguros agrarios y me confesó que él no recuerda un año  tan catastrófico y tan general en muchos años de trabajo, como lo fue el 2023. Pero esta  celebración está siendo más preocupante si cabe para unos 4.800 agricultores ecológicos castellano manchegos de los 10.277 productores que estaban certificados en 2022, que muchos  de ellos, aun practicando agricultura ecológica en su explotación desde hace mucho tiempo se  van a quedar sin ayudas europeas por decisión del gobierno de Castilla-La Mancha. 

Parece ser que el fin de esta decisión es que no hay dinero bastante para todos y que han  primado la incorporación de nuevos expedientes para aumentar la superficie certificada como  agricultura ecológica y así poder llegar al 25% de la superficie agraria útil, que se ha acordado en  el Parlamento Europeo como meta para el 2030. Esta es, si se puede decir así, la parte positiva del  acuerdo tomado por la Consejería de Agricultura, que puede haber un aumento de hectáreas con  el mismo presupuesto. Una medida cicatera a todas luces. Este aspecto “positivo” se dará si los  agricultores ecológicos excluidos siguen siendo responsables haciendo una agricultura respetuosa  con el medio ambiente y siguen certificando su producción sin ningún tipo de ayudas. Ahora bien,  que una buena parte de los agricultores ecológicos se queden fuera de estas ayudas crea  diferentes amenazas. Pero vamos a analizar primero cuáles son las directrices que nos marca  Europa y como encaja todo esto. 

En el tratado de Lisboa de la Unión Europea en el artículo 2. 3. Dice: “La Unión establecerá un mercado interior. Obrará en pro del desarrollo sostenible de Europa basado en un crecimiento  económico equilibrado y en la estabilidad de los precios, en una economía social de mercado  altamente competitiva, tendente al pleno empleo y al progreso social, y en un nivel elevado de protección y mejora de la calidad del medioambiente. Asimismo, promoverá el progreso  científico y técnico".

Entiendo en este caso que se debe primar a la agricultura ecológica en favor de otras técnicas  porque no jugamos con las mismas cartas. Si no pregúntense queridos lectores por qué los  agricultores ecológicos tenemos que demostrar que no contaminamos y la agricultura y la  agroindustria convencional no tiene que certificar lo que contamina, ni donde contamina, ni por su  puesto cuanto cuesta descontaminar ni quien paga esa descontaminación. 

Asímismo, en el Reglamento (UE) del Parlamento Europeo y del Consejo de 2 de diciembre de  2021 en el punto 26 nos dice: La Unión debe mejorar la respuesta a las exigencias de la  sociedad en materia de alimentación y salud, incluidos los alimentos de buena calidad, seguros y nutritivos producidos de forma sostenible. Para avanzar en dicha dirección, será necesario que se promuevan prácticas específicas de  explotación agrícola sostenible, como la agricultura ecológica, la gestión integrada de plagas, la  agroecología, la agrosilvicultura o la agricultura de precisión. Del mismo modo, también deben incentivarse las acciones para promover mayores niveles de bienestar  animal y las iniciativas para combatir la resistencia a los antimicrobianos”.

Estudios científicos como los que realiza el doctor Nicolás Olea sobre el tremendo efecto negativo  sobre la salud de los disruptores endocrinos derivados del plástico, o las investigaciones de la doctora Aranzazu García Borrego sobre la prevención de enfermedades crónicas como la diabetes  mediante alimentos como el aceite de oliva virgen ecológico, totalmente respetuosa con el medio  ambiente, nos hace pensar, que una agricultura ecológica y una ciencia implicándose  directamente sobre una actividad humana respetuosa con el medio ambiente y con la salud se  hace imprescindibles a día de hoy.  

Pues bien, a mayor abundamiento, hemos conocido hace poco la noticia que el TEDH ha fallado a  favor de un grupo de jubiladas de Suiza por la inacción insuficiente de los estados para limitar la  crisis climática. ¿Puede ser que el derecho al medioambiente empiece a constatarse como  Derecho Humano con esta sentencia? El lector que nos acompañe hasta este momento y se  preocupe por su calidad de vida entiendo que empezará a preguntarse como se puede no solo  aumentar esta calidad de vida, sino mantenerla con un medio ambiente cada vez más hostil, y es  que los datos son tenaces en demostrarnos que el clima está cambiando y que llevamos los 11  meses consecutivos más cálidos a nivel global desde que se tienen registros.  

Puede ser también que los gobiernos, como el de Castilla-La Mancha hayan pensado en la buena voluntad de los agricultores ecológicos que se quedan fuera de estas ayudas que sigan  certificando sus explotaciones en inferioridad de condiciones con sus colegas que sí tienen esas  ayudas en su comunidad autónoma y con el resto de colegas de otras comunidades autónomas.  Para comercializar un producto como ecológico viniendo de la agricultura convencional tiene que  estar tres años como cultivo en conversión, sin poder comercializarlo como ecológico. ¿Cuántas  explotaciones que ya tiene certificados sus productos como ecológicos se van a salir y, por lo tanto,  dejarán de comercializarse como productos ecológicos? ¿En la próxima convocatoria la  Consejería de Agricultura hará lo mismo con los que hoy se lanzan a la agricultura ecológica: les dirán a los nuevos agricultores ecológicos, ya no hay dinero para ti después del esfuerzo que  supone hacerse agricultor ecológico? ¿Con el déficit de agricultores ecológicos que pueden dejar  de certificar sus tierras más las parcelas nuevas que estarán tres años sin poder vender productos  ecológicos por estar en reconversión, puede darse el caso que se caigan mercados por no poderse  abastecer? ¿Cuántos años cuesta hacer clientes? ¿Cuánto han invertido nuestras empresas y  nuestras cooperativas en marketing y mercados ecológicos?

Lo que está claro es que si los agricultores ecológicos expulsados de las ayudas se quedan los mercados se consolidarán, los acuerdos de llegar al 25% de la Superficie Agraria Útil estará más cerca de cumplirse, pero no será  por la ayuda del gobierno de Castilla-La Mancha, en este caso, será por la responsabilidad de  agricultores que ponen por delante su compromiso de cuidar el medio ambiente y poner en el  mercado productos saludables a pesar de la irresponsabilidad de nuestro gobierno autonómico  abandonado a su suerte a buena parte de sus agricultores ecológicos y, por tanto, a sus empresas  elaboradoras y comercializadoras. 

Con todo esto podríamos pensar y hasta llegar a exigir que la única actividad económica que  tuviese ayudas públicas tendría que ser la que cuida lo público, lo que es de todos, en definitiva,  que cuida y protege los recursos naturales y la salud del planeta y de los que lo habitan.

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