Sevilla es una ciudad cada vez más sucia, y es una realidad no sólo achacable a la mala gestión municipal de la limpieza, sino también al incivismo de muchos ciudadanos que tiran al suelo colillas, papeles, cartones, bolsas de patatas y chucherías, bolsas de basura fuera de los contenedores e incluso colchones en las calles. Hay zonas donde se evidencia día a día la dejadez y la suciedad acumulada por falta de baldeos, recogida diaria de restos, barridos y limpieza de los contenedores. Uno de esos puntos negros es Nervión, en concreto los barrios próximos al Corte Inglés y la Huerta de Santa Teresa, y la barriada de Santa Aurelia, donde los vecinos se quejan de la dejadez municipal.
LIPASAM (Limpieza Pública y Protección Ambiental, Sociedad Anónima Municipal) es la empresa del Ayuntamiento de Sevilla que gestiona este tema en la ciudad. Tiene mala fama y con razón, de hecho es conocida popularmente con el apodo de NIPASAM porque aunque los llames, nunca o casi nunca vienen. Los diversos alcaldes que ha tenido Sevilla en los últimos años (Juan Ignacio Zoido, Juan Espadas, Antonio Muñoz y el actual José Luis Sanz, dos del PSOE y dos del PP) no han sabido o no han querido hacer una renovación a fondo de esta empresa, muy condicionada por los sindicatos, pero que la pagamos los sevillanos con nuestros impuestos.
Y no será por personal, ya que LIPASAM cuenta con una plantilla cercana a los 1.800 hombres y mujeres, 750 vehículos de diferentes tipos, un Parque Central de Maquinaria, seis Parques Auxiliares de limpieza, cinco Puntos Limpios, una Estación de Transferencia, tres Centrales de Recogida Neumática de Residuos, y unas Oficinas Centrales y un presupuesto anual que supera los 104 millones de euros.
LIPASAM dispone de un servicio de Atención Telefónica del Ayuntamiento de Sevilla 010 (955 010 010). Llamas y después de echarle paciencia para que te cojan el teléfono, indicas el motivo de la llamada y la zona donde hay suciedad para que vengan a limpiar. Te dicen que toman nota, que irán cuando puedan y ahí se queda todo. Servicio pésimo.
A ello unimos otra polémica y es que la tasa de basura subirá en Sevilla el próximo año 2025. El Ayuntamiento de Sevilla lo anunció recientemente, ya que está previsto una modificación al alza de la ordenanza reguladora de la tasa de recogida domiciliaria de basuras o residuos sólidos urbanos y residuos sanitarios, de manera que habrá que recaudar 9,9 millones de euros más entre la tasa de viviendas y de locales. El Ayuntamiento hispalense lo ha justificado diciendo que la subida es para cumplir con la normativa europea, y para aplicar la ley estatal de residuos de 2022, con lo que tiene que repercutir este impuesto en los ciudadanos.
Así estamos y la casa sin barrer, nunca mejor dijo. Sevilla cada vez más sucia y los impuestos cada vez mayores.
Pongamos dos ejemplos de suciedad e inmundicia. La zona de Nervión y, especialmente, los barrios próximos a El Corte Inglés y Huerta de Santa Teresa. Citamos las más evidentes como son las calles Hernando del Pulgar, Alonso Carrillo o Juan Bernal, donde se pueden ver hasta colchones tirados por las aceras, bolsas de basura debajo de los coches e incluso cubetas de obras (en calle Juan Bernal) que se convierten en verdaderos basureros. Gente incívica pasa por las cubetas y tira la basura, como si de un contenedor se tratara; además, ello provoca la llamada de los rastreadores de basura en busca de algo de provecho que genera el esparcimiento de todo tipo de restos en la vía pública. Y el peligro de que puedan acudir ratas, cucarachas, gatos, etcétera. Si tienes la suerte de encontrarte por la zona con algún personal de limpieza y le cuentas que tal calle está muy sucia, que necesita un baldeo o que hay una cuba llena de basura, te contesta que irá al sitio y hará una foto para mandarla a LIPASAM. Y si te he visto no me acuerdo. Penoso.
Nos vamos a otra zona menos céntrica de Sevilla, el populoso barrio de Santa Aurelia, que se caracteriza por tener muchos bloques y cada uno de 32 viviendas. Los vecinos se quejan de la dejadez por parte del alcalde, donde no han puesto ni luces navideñas, ni recogen la basura a diario. Vecinos que llevan más de 40 años viviendo en la zona señalan que nunca ha estado el barrio más sucio como hasta ahora, que está cada vez peor, sin luz en la avenida principal, de Carlos Marx, y que además se han incrementado los robos; de hecho han tenido que cerrar varias peluquerías porque les han entrado a robar varias veces. "Llevamos años y años sin que el Ayuntamiento mire para este barrio; todo se queda en La Candelaria y Los Pajaritos, la Corporación Municipal sólo hace propaganda de estos barrios marginales y a Santa Aurelia la tienen abandonada. Ni ponen luces, ni siquiera el carril bici; lo poco que se hace es gracias a la intercomunidad de vecinos que pagamos de nuestros bolsillos las pocas mejoras que hay. Lipasam no recoge todos los días la basura, la suciedad se ve en todo: papeleras sin vaciar, la acumulación de restos, un barrio muy desprotegido de todo, abandonado".
La gestión municipal debe tener como prioridades la limpieza, seguridad y el tráfico de la ciudad, pero resulta evidente que no es así. Una ciudad sucia, con un tráfico caótico y robos en aumento. ¿Hablamos de la capital de Andalucía o del Tercer Mundo?.