Desde hace tres años, resido en una modesta urbanización de pisos (VPO) distribuida en fases, lleva nombre del estadio de fútbol, Chapín, yo pienso que elegirían el nombre por su cercanía.
Algunas fases tienen piscina comunitaria, como es el caso de la fase IV, pero no puedo bañarme, a pesar de las altas temperaturas y el calor sobrevenido por el calentamiento global. Aprecié con satisfacción, al instalarme en primavera de 2022, la vista de la piscina, ya que en ella se apreciaba instalada una silla para personas con discapacidad, similar a la piscina donde me hicieron rehabilitación.
La silla, según me informaron, se instaló hace nueve años para personas mayores o para personas con discapacidad (como son mis dos situaciones), pero aún no la he podido utilizar.
En el verano de 2022, con ayuda, podía bajar unos escalones existentes, pero ya el año pasado me era dificultoso introducirme en ella, dañándome en ocasiones, conformándome con las duchas, ya que mi reiterada solicitud de que pusieran al uso la silla no tenía efecto, y me comunicaban que seguía rota.
El segundo día de apertura de la temporada, el pasado día 16 de junio de 2024, ilusa de mí, solicité que me introdujesen en la piscina y, pese a pagar religiosamente mis cuotas, las cuales aumentan por los gastos de la piscina en la temporada estival, la respuesta fue exactamente la misma que en el año 2022. Cuando le advierto al presidente de la comunidad de propietarios esta injusticia, este señor es bastante violento conmigo en su trato telefónico, pues personalmente nunca está en reuniones de vecinos, y es que al parecer no reside en la urbanización por motivos familiares. En el último contacto por WhatsApp, este señor me indicó que pediría la pieza que falta en la silla, pero que no sabría cuánto tardaría en llegar.
Para mayor gravedad, este señor es el propietario de la empresa que lleva el mantenimiento y limpieza de la urbanización.
Un par de meses antes, más o menos, cuando nos comunicaron los gastos, y nos indicaron las puestas a punto para la temporada de piscina, situación del estado del agua, arreglos, pintura, césped, etc… Nuevamente, omitieron la silla.
Si hubieran querido, lo habrían solucionado igualmente que el resto de las necesidades reglamentadas, para poder abrir la temporada de piscina.
Quiero pensar que no esperarán a que me ocurra como a una vecina que utilizaba la silla, que la solicitó reiteradamente hasta que la obtuvo, y, tres años después de su lucha, dejó de disfrutar de ella por fallecimiento.
Yo, aunque tengo 71 años, soy reivindicativa y guerrera, mira por dónde… A pesar de la edad, tengo mucha suerte de dominar ciertas tecnologías y de ser luchadora, he vivido situaciones difíciles (víctima de violencia machista a primeros de siglo), y ahora no voy a dudar en utilizar todas las herramientas y las armas pacíficas que estén a mi alcance, pese a la tardanza y a pesar de que pasen 'la patata caliente' de una Consejería a otra, y de la Junta de Andalucía al Ayuntamiento. También a pesar de haber apelado al Defensor del Pueblo, pues sabemos actualmente cómo funcionan las cosas…
No dudo ni dudaré en utilizar mis derechos legislados en toda su extensión aunque se demore, y no llegue a tiempo para poder darme un baño este ardoroso verano en la piscina de mi urbanización, situada en la fase IV de una zona, Chapín, cuyo nombre fue un referente exitoso del atletismo nacional durante ocho temporadas consecutivas.
Esto me estimula. Quizás consiga éxito igualmente y termine con la hegemonía del más grande en ese momento y en mi caso con la hegemonía de personas sin respeto, pero con la diferencia, si Dios permite, de poder disfrutar más de ocho temporadas próximas estivales de la piscina de la urbanización donde resido.
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