En España trabaja algo más del 64% de los adultos en edad de estar trabajando.
Cuento cómo son las ofertas que salen en los portales de empleo.
A los jóvenes les piden un sinfín de requisitos incluido experiencia de al menos 3 años, pero alma de cántaro, cómo van a poseer los años requeridos si no se les contratan.
Si pasa las diferentes pruebas la oferta tiene una duración de 3 a 6 meses, la mayoría sin remuneración o tan solo una ayuda de 200 o 300 euros.
Así y todo, sobrepasan las 500 solicitudes. Luego hay otro requisito que frena las oportunidades, y no es otra que realizar convenio con su centro de estudios o Universidad.
¿Y si ya acabó Máster y otros estudios, y está cursando algún curso, pero su centro no tiene convenio…qué hace?
Planteo una cuestión; ¿cómo se suman años de experiencia si se enfrenta al mercado de trabajo con estas condiciones?
Cuento aquí la descripción de un empleo.
Una compañía está seleccionando un becario/a para dar servicio a las empresas del Grupo. Sus tareas entre otras, ya que sería muy extenso detallar serán: generar contenidos, redacción, presentación de proyectos, responsable de incrementar el volumen de tráfico orgánico, de la implementación y optimización de los proyectos, generación de nuevas propuestas enfocadas a negacio, análisis de los KPIs…y más.
Se requiere: Postgrado o Máster, pero a la vez poder realizar un convenio con su universidad. Valorable experiencia. Persona orientada a resultados, proactiva bla bla…C1 de inglés y un segundo idioma, preferiblemente alemán.
Se ofrece: Excelente ambiente de trabajo. Se dotará una ayuda de 250 euros. Y así todas y cada una de las ofertas de trabajo que salen al mercado.
¿No creen que no es distributivo? No existe una equidad entre los requisitos, funciones y salario. Lejos, muy lejos de que los jóvenes puedan independizarse de los padres y puedan vivir de su trabajo.
Se necesita una relación entre lo que ganan las empresas y los sueldos de sus empleados. En dar una oportunidad a los jóvenes que desarrollen sus capacidades, habilidades y que puedan visualizar un futuro profesional en sus vidas. Han pasado por el grado, máster, cursos de expertos, trabajos no remunerados para coger experiencia, idiomas ¿y ahora?
Ahora les viene el freno para incorporase a un trabajo en el que, al menos, les posibilite compartir piso con amigos. Todo esto les preocupa a ellos y a las familias que ven cómo se desaniman después del esfuerzo de años y necesitamos resolver empresas por una crisis y otras se compartan así, con la calculadora en mano, trasladando un mensaje negativo con unos criterios tan incompatibles.
Todo apunta que el 2023 continuará así, de hecho, parece que España tendrá menos ofertas de empleo. He leído que más de la mitad de los directivos contratarán un 62% menos este año, que la economía va mal a la vez que crecen sus empresas.
No sé, hay una distancia enorme entre el trabajador y los empresarios. Algunos o muchos, con sus decisiones, deben pensar que el capital humano es un lastre. Si importante es el empresariado tan imprescindible es el trabajador, si no a ver quién va a sacar adelante los negocios, proyectos, rentabilidad, beneficios al fin. Que es lo que se pretende por una y otra parte.
Ya dijo la ministra de trabajo Yolanda Díaz el modelo de remunerar el mundo del becario, pero una cosa es defenderlo y otra que se aplique.
Y en esa estamos mientras pasan los años.
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