La expresión 'vivir para ver' es una fórmula usada para expresar una mezcla de asombro y sarcasmo condescendiente ante algo que se considera más o menos ridículo. Los mayores de mi infancia y de la juventud repetían constantemente, claro, que estaban viviendo los estertores de una postguerra. Pero, ahora, después de los años, ahora que lo soy, siento que poco se respeta a los mayores, hasta los servicios públicos les ningunean. Han tenido que lanzar un anuncio a los medios para decir: "somos mayores, pero no tontos".
Las personas mayores sufrimos problemas complejos que limitan el funcionamiento normal del cuerpo, y por fuera casi no se perciben, ejemplo de ello, podrían ser, entre otros, la osteoporosis severa, ictus, así como todo lo asociado a ellas, que limitan significativamente, aunque aparentemente no se manifiesten, y existen soluciones. La calidad de vida de las personas mayores puede mejorar significativamente con medidas sencillas que solucionen sus problemas de salud. Se pueden lograr mejoras en la calidad y eficiencia de la atención de las personas mayores mediante la prevención, de las complicaciones secundarias, y una mejor atención. Para ello se han creado los servicios de Ayuda Domiciliaria (AD).
Los de mi generación, de mediados del siglo XX, hemos vivido una dictadura, hemos luchado y defendido las ideas de una democracia. Ahora, aquellos que defienden teóricamente nuestros derechos desde tribunas sociales y se abanderan en ello, han perdido parte del significado de las palabras que están contenidas en el idioma, sin padecer trastornos cognitivos por edad, se han olvidado de las acepciones de muchas de ellas que no son vintage. Esta situación repercute en sus actitudes y actuaciones gestoras, por ejemplo: la palabra equidad y su alcance, conlleva, según la RAE, dos acepciones: a) Cualidad que consiste en dar a cada uno lo que se merece en función de sus méritos o condiciones, y b) Cualidad que consiste en no favorecer en el trato a una persona perjudicando a otra. En esta última acepción, se basa la cuestión que plantean algunos mayores ¿Por qué se da más peso a la palabra de la persona que ejecuta el rol de auxiliar de asistencia domiciliaria que al usuario o usuaria?.
Después de años sostenidos por informes médicos y reclamaciones ante la Junta de Andalucía, solicitando la Ayuda Domiciliaria, por fin, la conceden. Luego, el itinerante proceso de la asignación humana para la ayuda domiciliaria, por parte de la empresa asignataria a cargo del municipio, que tiene por objeto, entre otros, la promoción, soporte y participación en las actividades sociales que contribuyan al desarrollo del entorno, potenciando iniciativas de ocupación y bienestar para los ciudadanos, hasta que el mayor consigue la asignación de persona fija, para la citada ayuda, pasan muchísimos meses o años.
Si esa persona asignada, por circunstancia ajena a su voluntad, entra en situación de ILT, vuelve a surgir el despliegue humano, a modo de desfile domiciliario, para nuevamente asignar temporalmente persona sustitutoria, para la citada ayuda. Tanto si la persona vulnerable agraciada con el servicio de AD es conforme, como disconforme, con la realización del mismo ofrecido al usuario, pero impuesto por la empresa mencionada de ocupación y bienestar del ciudadano, es conveniente agachar la cabeza y mirar para otro lado, ante cualquier tropelía que se cometa, falta de limpieza, mala práctica, falta de respeto, etc. Ya que se pueden dar situaciones adversas, impúdicas y de difícil digestión, para el vulnerable usuario, por parte del apoyo externo asignado.
Hay muchos resquicios que los usuarios necesitados y mayores desconocen, pero, no así, las personas con años continuados de servicio que se conocen todas las artimañas necesarias para defenestrar al apoyo, al servicio de una empresa y al beneficio de la misma. Se puede retirar y suspender el servicio asignado como Ayuda a Domicilio, escuchando las verbalizaciones de una parte sin escuchar a la otra. Cuando la parte acusadora ha utilizado la vía de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, como vía. La persona vulnerable afectada, sin ser previamente informada de los hechos que se le imputan, automáticamente le es retirado el servicio de AD. Señores, ¿Dónde queda la figura de in dubio pro actione? ¿Dónde queda la aplicación práctica del principio de presunción de inocencia cuando se trata de un principio de obligado cumplimiento ante la indefensión?.
La Teoría General de Sistemas nos informa que cualquier cambio en una parte del sistema produce alteraciones en el resto del sistema debido a la estrecha interrelación que hay entre las distintas unidades. Esto es, el sistema reacciona globalmente ante los estímulos relevantes que afecten a cualquier parte, de modo que el ajuste del sistema es continuo.
¡Pobres mayores abusados y ninguneados por el sistema!.
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