Los susurros a Yolanda Díaz

'eldiario.es' compite con 'El País' por ver cuál de los dos periódicos de la progresía es más servil a una Corte madrileña que trata de resucitar a una vieja izquierda que moleste lo menos posible a los dueños del cortijo

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

Yolanda Díaz, en un acto reciente de Sumar en Logroño.
Yolanda Díaz, en un acto reciente de Sumar en Logroño.

Da igual la radio o televisión que pongas o el periódico que abras, son indistinguibles los enfoques de eldiario.es con los de El Mundo o La Sexta en lo referente al debate interno que se está dando dentro del espacio de Unidas Podemos.

La Corte madrileña, que es transversal y está a izquierda y derecha, ha decidido susurrarle a Yolanda Díaz que puede sola y que para ello la primera operación es cargarse Podemos, que es un “lastre”, en palabras de Sergio del Molino en El País, quien acaba de publicar un panegírico sobre Felipe González en Alfaguara a modo de ficción, porque en un ensayo hubiera sido imposible romantizar el felipismo.

El relato es una forma de mentir. No es casualidad que los columnistas y tertulianos de los grandes medios españoles sean en su mayoría literatos y no expertos en sus materias.

El domingo fue Ignacio Escolar quien publicó un artículo en eldiario.es, titulado La ruptura entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz: qué está pasando en Unidas Podemos, para explicar su opinión en el periódico del que es director. Por supuesto, Pablo Iglesias es malo, malísimo, y Yolanda Díaz es buena, buenísima. Cuando se quiere mentir u omitir la verdad, que también es mentir, es igual de útil publicar una ficción como la de Sergio del Molino como ejercer de comentarista de reality como hace Ignacio Escolar en su columna.

Ignacio Escolar ha olvidado contar muchas cosas en su artículo, como que Yolanda Díaz no reúne desde hace meses al grupo parlamentario de Unidas Podemos para coordinar, dialogar y pactar la acción de gobierno de los cinco ministerios de Unidas Podemos; como que negoció para los Presupuestos Generales del Estado sólo las partidas referentes a su Ministerio y que por esa razón se tuvo que tardar más de lo debido en cerrar la negociación; como que en Andalucía echaron a empujones al líder de Podemos, el guardia civil Juan Antonio Delgado, de la foto de la Feria de Abril para que sólo apareciesen en la foto Inma Nieto (IU) y Esperanza Gómez (Más Madrid) junto con la vicepresidenta y ministra de Trabajo.

Volvías a casa sabiendo que lo único que iba a cambiar era si IU tendría más o menos liberados

Puede que Escolar no sepa todo lo que ocurre fuera de la imagen autoproyectada de Yolanda Díaz, una estrategia comandada por Ramón Luque y Josep Vendrell, dos históricos fontaneros de IU e Iniciativa per Catalunya que ahora juegan a convertir a Díaz en una Manuela Carmena que no dé miedo a los grandes propietarios de la Corte, quienes llevan ocho años orgasmeando cada vez que alguien puede serles útil para acabar con Podemos y regresar a esos tiempos pretéritos donde los comunistas vendían pegatinas y banderas revolucionarias pero negociaban con el bipartidismo como si fueran socioliberales, en ese modelo del bipartidismo imperfecto que jubiló el 15M en el que votar a IU equivalía a lo mismo que ir a misa los domingos. 

Era un ritual más que un acto de empoderamiento popular: tú votabas, levantabas el puño en los mítines, te ponías la pegatina y volvías a casa sabiendo que lo único que iba a cambiar era si IU tendría más o menos liberados.

Esa cultura de la vieja izquierda es la que están instalando quienes se encuentran en el salón de mandos del yolandismo, que no son los catedráticos que Sumar ha presentado a la prensa para que le diagnostiquen los problemas y receten las soluciones que necesita nuestro país, sino una estructura procedente de Comisiones Obreras y el Partido Comunista de España, viejos aparatos conservadores que creen que lo ocurrido en 2015 fue una excepción histórica y que ahora es tiempo para que la vieja izquierda, remozada por la presencia de Más Madrid, recupere la hegemonía después de que unos niñatos populistas, comandados por Pablo Iglesias, se hicieran con todo el espacio progresista al albur de la indignación del 15M.

Esta batalla de la vieja izquierda no está ocurriendo sólo en Madrid, también ocurrió en Andalucía y Valencia

Esta batalla de la vieja izquierda no está ocurriendo sólo en Madrid, también ocurrió en Andalucía en febrero en las disputas entre IU y Podemos previas a las elecciones y está ocurriendo en Valencia, de forma más soterrada y con actores diferentes, entre el espacio que representa Mónica Oltra y los viejos nacionalistas del Bloc, quienes sin esperar a que se esclarezca el lawfare del que está siendo víctima Mónica Oltra, han señalado a Joan Baldoví como candidato a la Generalitat Valenciana. Se acabó el tiempo de los populistas, llámense Mónica Oltra o Pablo Iglesias. Eso es lo que hay detrás de la operación de régimen para restaurar el bipartidismo. Los populistas que tiraron al PP, en el Estado o en Valencia, cuando la vieja izquierda no le hacía ni cosquillas a una derecha que parecía intocable.

No es casual tampoco que Yolanda Díaz saliera a felicitar a Joan Baldoví a menos de dos horas de postularse como candidato a la Generalitat Valenciana, provocando el consiguiente enfado en el partido de Mónica Oltra y en la propia Unidas Podemos, coalición contra la que compite electoralmente Baldoví y que sostiene al Gobierno del que forma parte Yolanda Díaz.

Tampoco ha publicado la progresía mediática que al día siguiente Díaz y sus colaboradores tuvieron que llamar a todos los medios para desdecirse en off del apoyo dado al Bloc Nacionalista Valenciá, que es el partido en el que milita el diputado Joan Baldoví en el Congreso, que antes de coaligarse con Mónica Oltra no llegaban al mínimo de los votos para obtener representación en las Cortes Valencianas. La vieja izquierda con sedes abiertas y militantes en los pueblos no logra entender cómo hay organizaciones con menos estructura capaces de liderar el discurso y obtener más votos que ellos. La lucha entre el viejo y el nuevo mundo sigue sin resolverse.

Lo que sí sabe Ignacio Escolar, y no ha contado en su artículo, es que en 2019 se reunió con Iñigo Errejón, junto con el sociólogo Michavila, para enseñarle una encuesta que le daba 19 escaños e impulsarlo a que se presentara para que Podemos no entrara en el Gobierno de coalición. De 19 escaños, Errejón se quedó en 3, escaño de Baldoví incluido, y Unidas Podemos entró en el salón de mandos del Estado a través del Consejo de Ministros con 35 diputados, poniendo muy nerviosos a los que de verdad mandan, que es a quien se debe la progresía mediática y las rupturas salidas de Podemos que le deben su supervivencia a que La Sexta y periódicos como el eldiario.es no les retiren los focos.

Escolar inicia su artículo como si fuera una novela de Corín Tellado: “Yolanda Díaz y Pablo Iglesias casi no hablan desde el 12 de octubre de 2021. Ni una reunión, ni un café, ni una comida, ni una cena”. Todo lo circunscribe a una relación personal, como si él fuera un comentarista de reality que habla de personajes de Gran Hermano y no un periodista que debería hablar de política. Cuando los intereses son oscuros y el poder mediático actúa para influir en política, se escriben artículos como el escrito por Escolar. No es posible que se hable de política porque entonces tendría que decir que su periódico está actuando como un operador político de la operación de régimen que tiene como objetivo la resurrección de la vieja izquierda a través de Yolanda Díaz.

Una izquierda con muchas pegatinas que levante mucho el puño en los mítines pero que lo mismo te pacta la Operación Chamartín con el PP, te cobra tajetas black, se pliega a los intereses geoestratégicos de Estados Unidos a la vez que marcha a la Base Naval de Rota en contra de la OTAN, introduce nuevas mordazas en la reforma de la ley de sedición, llama a la jueza Victoria Rossell para que se autodescarte públicamente de formar parte del Consejo General del Poder Judicial o pacta con el PP y Vox en el Ayuntamiento de Madrid el abandono de infraestructuras en los barrios a cambio de construir tres kilómetros de carril bici en la Castellana.

eldiario.es podría haber jugado a ser el periódico que impulsara los grandes desafíos y reformas que necesita nuestro país para modernizarlo, que para eso nació imbuido del espíritu del 15M, pero la publicidad de los bancos y las grandes empresas del IBEX-35 es más atractiva que la suscripción de los socios, de ahí que lleve un tiempo compitiendo con El País a ver cuál de los dos periódicos de la progresía es más servil a una Corte madrileña que está intentando restaurar el viejo mundo que jubiló el 15M, con el único objetivo de resucitar a una vieja izquierda que moleste lo menos posible a los dueños del cortijo.

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Comentarios (2)

El Búho Hace 2 años
Como se dice en Graná : Lavín compae lo has clavao.
Luis Hace 2 años
Buen artículo de opinión. Lo malo es que parte de parte, valga la redundancia, como en el caso de Escolar a Solís también le van sus intereses en la defensa a ultranza de Iglesias y el núcleo duro de Podemos, al fin y al cabo es un asalariado más de la formación.
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