Tasa turística en Andalucía: beneficios para la economía real andaluza

Candados de pisos turísticos en Sevilla.
09 de marzo de 2025 a las 01:00h

La implementación de la tasa turística en Andalucía genera un intenso debate entre ámbitos empresariales y los movimientos vecinales y partidos de la izquierda transformadora. Mientras estos consideran que puede ser una herramienta útil para mejorar la calidad del turismo, el empleo y la vida de las personas residentes, aquellos argumentan que supondría un impacto negativo en la economía empresarial, especialmente, en el sector de la hostelería.

La cuestión está, en que si los ingresos obtenidos por los Ayuntamientos se gestionan de manera transparente y se invierten en proyectos que beneficien directamente a la población, la tasa turística sí que tendría un impacto positivo en la comunidad andaluza con efectos positivos, por ejemplo, en los servicios públicos municipales, contribuyendo al desarrollo sostenible y a la mejora de la calidad de vida tanto para personas residentes como visitantes, mejorando la inversión en carreteras, transporte público, iluminación y espacios urbanos, además de implementar proyectos de conservación de entornos naturales y patrimonio histórico, lo que mitigaría el impacto del turismo masivo preservando los atractivos que sostienen la economía local.

La tasa puede financiar la ampliación de servicios de limpieza, recogida de residuos y gestión de aguas, críticos en zonas con alta densidad turística y ayudaría a mantener museos o crear nuevos espacios de ocio. Por otro lado, aliviaría la carga fiscal de la población andaluza, garantizando que quienes usan los servicios contribuyan a su mantenimiento. Esto puede traducirse en menores impuestos locales o en inversiones adicionales en educación, vivienda o programas sociales, también, tecnológicos para optimizar la movilidad.

La ejecución debe ser flexible y adaptada a las particularidades de cada zona, diferenciando la tasa según la categoría del alojamiento. Asimismo, deben contemplarse exenciones para ciertos grupos sociales, como los y las residentes locales, las familias con ingresos bajos o las personas con discapacidad. De esta manera, se evitaría que el impuesto se convierta en una barrera para el acceso al turismo.

Por tanto, gestionada correctamente la tasa turística tendría un impacto positivo en la economía real andaluza, generando empleo en sectores como la hostelería, la gestión de infraestructuras y el turismo sostenible. La inversión en proyectos locales podría fomentar el desarrollo de pequeñas empresas y emprendimientos, impulsando la economía real de manera más equitativa.

Haciendo una prospección aproximada en Andalucía la aplicación de una tasa turística de 3 euros por visitante, con un total de 35 millones de turistas anuales, generaría un ingreso de 105 millones de euros anuales. Si el 80% de estos fondos (84 millones de euros) se destinan a proyectos generadores de empleo, el impacto en la economía andaluza podría ser significativo.

Siguiendo estimaciones basadas en estudios económicos, cada millón de euros invertido en turismo puede generar entre 15 y 25 empleos directos e indirectos. Tomando un valor medio de 20 empleos por millón de euros, la inversión de 84 millones podría crear alrededor de 1.680 empleos anuales en la hostelería, el comercio y el transporte, pero también, en el mantenimiento de infraestructuras turísticas y la gestión de servicios públicos y podría financiar la renovación de centros históricos, mejorar el alcantarillado ante lluvias torrenciales o ampliar programas de seguridad en zonas concurridas de la Costa andaluza. Se recuperarían de senderos únicos como los de Sierra Nevada.

Además, si la tasa turística se aplica de manera estratégica y justa, no solo podría contribuir a la desestacionalización del turismo, garantizando una mayor estabilidad laboral y una mayor especialización profesional en el sector de hostelería, así mismo, conseguiría una mejor distribución de los ingresos, equilibrando ciudades altamente turísticas con otras con menos afluencia turística, siendo que la tasa en Andalucía tiene el potencial de ser una herramienta eficaz para mejorar el turismo y equilibrar la economía local, siempre y cuando los ingresos sean gestionados por los Ayuntamientos se destinen al reforzamiento de los servicios municipales y la economía local. La gestión transparente es esencial pues permitirá realizar mecanismos de control para evitar el despilfarro y la corrupción que habita cuando organizaciones políticas como el PPVOX gestionan lo público.

En definitiva, la tasa turística podría convertirse en un factor clave para el desarrollo sostenible no solo del turismo, sino que también dinamizaría la economía real andaluza, sin comprometer la competitividad de Andalucía como destino turístico de referencia mundial.