Rescatando el término eremoceno del entomólogo y biólogo Edward Osborne Wilson entre las magníficas ilustraciones de La gran negación (Roberto Grossi), podríamos recordar como tarea diaria que vivimos en la consolidación de una verdadera era de soledad. La fase de influencia humana conocida como antropoceno se queda corta y superada como definición geológica cuando nos encaminamos hacia una sexta extinción masiva donde la actividad de nuestra especie acabará con un medio natural que se manifestará incapaz de solventar y aportar las necesidades básicas de una masa humana en crecimiento exponencial. Completando términos definitorios de nuestro contexto, Jason W. Moore desde una perspectiva social, histórica y geográfica, proponía el neologismo capitaloceno como elemento más acertado, dado que no toda la humanidad es culpable del momento presente, sino que más bien son responsables aquellos grupos específicos o élites poseedoras del poder y la riqueza que configuran el modo globalizado y monolítico en el que todos nos relacionamos con una mínima capacidad de disidencia o resistencia al mismo.
Subrayen por favor y con especial énfasis este párrafo que se inicia, pero antes de seguir y sin conocernos en profundidad [sic], asuma el lector que uso la sorna y el sarcasmo como recursos que me permiten seguir con cierta voluntad de existencia: mi aportación personal y trascendente a este ramal del conocimiento es que vivimos en lo que podría denominarse vanoceno…sin anestesia, para que madure en barrica y en unos años pueda aparecer encumbrado en Wikipedia (si siguiera existiendo). La composición del palabro se ha basado en la buena sonoridad de un término que es sinónimo de algo que reitero como definitorio del contexto actual de nuestras sociedades y que debe ser ya psicótico, pues cada vez que abordo una temática, los caminos de reflexión me llevan a la inevitable conclusión de que la banalidad y la ausencia de criterio razonado (moral, intelectual, estético, etc.) son el presente eje directriz de los humanos.
Por amortajar la cuestión de una posteridad venidera, es interesante delimitar las acepciones académicas del término “vano” en tanto locución adverbial, siendo la primera “inútilmente, sin logro ni efecto”, y una segunda variable “sin necesidad, razón o justicia”. Por complementar disertación…a la pérdida de la razón y la ética sustituidas por lo insustancial, se añade de forma dramática la casi ausencia total de capacidad de influencia real a nivel individual y colectivo. Por diseccionar el entuerto…pongamos que es usted un ciudadano comprometido con el bien común…que es honesto, sin avaricia, justo en sus decisiones con sus semejantes, y que además trata de buscar un análisis a los problemas, anteponiendo valores morales globales al puro y básico egoísmo; si es así, además de mi más sentida enhorabuena por ser una especie en extinción, con sinceridad… ¿Qué cree que puede hacer para cambiar el rumbo actual de la historia? ¿Qué tipo de margen de actuación o áreas de influencia calibraría como realistas o factibles?
Para mayor comprensión de estos postulados, hagamos una crónica reciente como si fuéramos Cyrano (de Edmond Rostand, no el personaje real, poeta y dramaturgo Hercule-Savinien de Cyrano de Bergerac, que es otra interesante pero distinta historia), e imaginemos que estamos en el Convento de las Damas de la Cruz, en París (Acto V, Escena VI), deleitando a Roxana con la gaceta del sábado (en este caso una retrospectiva de hitos de las últimas semanas, todavía ni repuestos mentalmente de los motivos de un apagón general que paralizaba nuestras tecnificadas y dependientes vidas):
La frase de José María Aznar “quien pueda hacer, que haga” sonaba según Gabriel Rufián al “Tejero de hoy”, entendiéndose como una llamada a la insurrección ante el estado de emergencia nacional o lo que es lo mismo, una peligrosísima incitación que, si repetimos en múltiples bandos, podría llevarnos al desencadenamiento de una nueva confrontación fratricida. Sin que en mi opinión ese político sea ejemplo válido de nada, ciertamente al colapso del gobierno de Sánchez, del propio PSOE y a los allegados de coalición se les está pudriendo algo en la nevera. En modo presunto, los casos Ábalos, Koldo, hermano, mujer, Air Europa, fiscal general, y remate de fontanería tosca contra la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, o la intención de destruir al fiscal del 3% de Convergencia está dibujando una gran sombra difícilmente justificable. El último ítem mencionado bien podría ser un nuevo tributo al navajerismo independentista que prosigue en su manifiesto de desprecio y utilización del estado que los mantiene, con hábiles silencios ante la declaración de la Asamblea del Consejo de Europa que asegura la injerencia rusa en el Procés-2017.
Si nos vamos al principal partido de la oposición y su nexo de bastardía limitada con la ultraderecha, (dejando al lado históricos de corrupción con Rajoy salpicado), sacamos la desvergüenza de las 7.291 víctimas de las residencias en Madrid, un novio confeso que parece que se acerca al banquillo, un director de gabinete de la presidencia que amenaza como si estuviera en Palermo, un presidente Mazón que con gran incompetencia aguanta aferrado a su irresponsabilidad en la Dana (no quita que haya otras instancias implicadas), y un remate con la posibilidad de una versión de UCO patriótica, purgadora y filtradora de información como lo fuera en su momento aquella policía homónima.
El sector del cayetanismo político pepero está tan indignado que parece Novecento convocando manifestaciones sociales (está bien que entiendan lo que son derechos fundamentales), con otra propuesta más de rebelión nacional para el 8 de junio, aunque por su derecha se acaba de desmarcar VOX con una plantada timorata en Moncloa, que se une al repertorio de pancartas en fachadas, bus, proyecciones en el Congreso, convocatorias, y denuncias del elenco afín (Manos limpias, Hazte oír, Revuelta y sindicato Solidaridad). Anecdótico o no tanto, hace unos días también Falange Española desfilaba con sus bisoños cachorros mientras al mismo tiempo y con el mismo nivel intelectual concurría otra “manifa antifa”.
A este panorama de madurez política de la sociedad española digno de un Padrino IV de Coppola, emerge el intocable personaje del sufrido monarca emérito, que dice estar cansado de tanta acusación infundada a su honor, y dado que no tiene lo que se dice problema económico en el pago de abogados (el ciudadano medio debe saber que es un ligero matiz esto del vil metal para salir indemne de una justicia ciega), machacará con la querella correspondiente a cualquier plebeyo que dude de su labor, vida y obra. Más si todo esta corruptela generalizada y transversal expuesta debiera quitarnos el sueño, no teman los poderosos, porque en el caso de “representar los valores de Andalucía” y “trascendiendo de cualquier explicación lógica” (discurso oficial y literal de la Junta) el interés general y dispendio público se ha centrado en 2,5 millones de gastos para el Jubileo de las Cofradías en Roma, con un éxito de público relativo (quizás otra vez haya que ir a la Antártida o Madagascar). A nivel de la UE, lo más trascendental para el “populus” ha sido el festival de Eurovisión (con conflicto internacional incluido), que vuelve a exaltar patriotismos absurdos en un incomprensible cúmulo de simpleza musical, siendo un evento tan reiteradamente pueril, que solo la genialidad burlesca del equipo de Buenafuente logró despertar del tedio con aquel Rodolfo Chikilicuatre y el Chiki-Chiki (2008).
Conecto el último elemento mencionado con las situaciones más graves en el análisis de la esfera internacional: con el mismo valor que la matanza de centenares de víctimas y secuestrados al comienzo de este periodo de conflicto (Inundación de Al-Aqsa, octubre 2023), tampoco debe haber justificación para la matanza directa o por hambruna de civiles. El bostezo del embajador de Israel frente al representante palestino en Naciones Unidas da auténtico asco frente a la muerte de 15.000 niños, 800 menores de un año.
Netanyahu que declara cualquier crítica como antisemitismo (perfil victimista adoptado también por Ayuso), es un individuo sin escrúpulos que se ha ganado a pulso el reciente mural aparecido en Roma llamado “La solución final” (aparece besando a Hitler), con la misma catadura moral que parte de sus conciudadanos hacen “turismo” en la frontera para ver cómo se bombardea la malograda franja. La UE sigue tibia o ausente y España ha hecho un paripé a la galería anulando un contrato menor de munición cuando dependemos de sistemas y tecnología estratégica israelí como los misiles Spike, designadores Rafael Litening o lanzacohetes Pulps, lo que constituye la misma felonía que seguir comprando gas a Rusia o vender buques de guerra a Arabia Saudí.
La nación y pueblo elegido debe haberse autolesionado aplicándose la ley del Talión, porque la ceguera en la brutalidad de sus actuaciones es pura y llanamente injustificable. Ya sé que es raro, pero convendría encontrar entre la derecha personas que cuestionen la acción genocida de Israel, del mismo modo que estaría muy bien que desde las izquierdas se cuestionara sin ambages la acción terrorista de Hamás y similares.
Es complejo analizar con detenimiento el histórico conflicto árabe-israelí, pero ahora convendría tener claro y recordar la financiación catarí de Hamás a las órdenes del estado israelí, la interferencia en las elecciones al parlamento gazatí de 2006 (divide y vencerás), el actual futuro incierto de Cisjordania y la propia Gaza (qué lejos los tiempos de Issac Rabin y Yasser Arafat), la incertidumbre de agentes como Al-Fatah, Hermanos Musulmanes, Autoridad Palestina o facciones laicas, así como la influencia iraní de Hezbollah en el Líbano. La lucha interna por generar hegemonía lleva al apoyo de chiitas frente a suníes siempre que perjudique a Israel, del mismo modo que Catar choca en ambición con los saudíes (que tienen las ciudades santas de La Meca y Medina), demostrando un islam menos homogéneo de lo que se cree.
La Casa Blanca reorienta intereses y obvia las respuestas a lo que no sea su propio interés, dudando que Trump sepa algo de todo esto sin ayuda de una pizarra infantil, aunque parece que ha dado un paso neuronal en la comprensión de los muletazos que le otorga Putin en Ucrania, con tiempo para aceptar sin problemas morales un pago encubierto de Doha en forma de Boeing 747-800, mientras prosigue con el bloqueo interno de todo lo que le moleste, ya sean jueces, periodistas o estudiantes. Rusia se frota las manos y sigue con perfiles en redes como “Betania”, generando miles de interacciones de propaganda pro-Kremlin o desestabilizadoras de cualquier cuestión que afecte especialmente al territorio europeo. En Rumanía George Simion (candidato presidencial fallido y líder del partido soberanista Alianza para la Unión de los Rumanos), tiene dudas en afirmar que la tierra es redonda; es uno de los amigos de Abascal y su liga de patriotas.
Finalizo con buenos referentes ideológicos del tristemente desaparecido José Mujica, que decía con acierto y templanza "No soy pobre, soy sobrio, liviano de equipaje, vivir con lo justo para que las cosas no me roben la libertad". Retomo recurso literario iniciado y me permito completar y encajar como fanal en la tormenta y emoción hasta drenar el lagrimal, la textualidad de la Escena VII, que en la versión cinematográfica de 1990 (Jean-Paul Rappeneau / Gérard Depardieu), es ciertamente sublime en la conjunción de la muerte, traición e integridad de una vida frente a la vileza humana, llevándose a las tinieblas el orgullo y la gallardía sin que nadie puede arrebatárselo: Y sí, ya os reconozco. Sois mis viejos rivales. (Da estocadas al aire) ¿La Mentira? Pues toma. Los pactos inmorales, los prejuicios, la envidia… ¿Qué si firmo una tregua? ¡Jamás! Ah, la idiotez, te conozco a la legua. Sé muy bien que esta guerra me la vais a ganar, pero vencer no importa. Lo que importa es luchar.