Fui a ver en el cine, acompañado de mi hija, la película Barbie, un fenómeno en la taquilla, quizás el estreno mejor acompañado de beneficios de los últimos años y que seguramente tendrá unas cifras que estarán en lo alto de las listas durante mucho tiempo.
Llegamos con las entradas ya compradas por Internet, pues ya fui advertido el día anterior de que de lo contrario no habría posibilidad de encontrar asientos libres. En los ya muchos años de vida de estas salas de cine en determinado centro comercial, nunca había visto tanta gente, entre los que llegaban para ver una película y los que salían de alguna proyección, realmente no cabía un alfiler.
A instancia de mi acompañante, y a pesar de mis reticencias estéticas, me puse el outfit que me indicó, fundamentalmente un polo de color rosa "a esta película hay que ir de rosa", y yo, entendiendo que siendo una cinta producida por Mattel y con el protagonismo de su muñeca Barbie pues, a regañadientes, me enfundé ese polo que tan poco he utilizado.
La sorpresa es que, efectivamente, un porcentaje alto de personas que iban entrando en las distintas salas en la que se proyectaba la película, iban de rosa: camisas, camisetas, faldas, pantalones, pañuelos…y que, además, no era yo el único viejales que había optado por seguir la corriente de la prenda fucsia, hombres y mujeres tan talluditos como yo con su indumentaria a tono con la muchachada. Una cosa importante, quien fuera con niñas o niños pequeños pensando en que iban a ver una peli tipo Disney erraron el tiro, lo que allí vi fue una apuesta comercial superlativa de la empresa Mattel envuelta en un film que, en mi modesta y molesta opinión, es bastante bueno.
Buen guion, buenas caracterizaciones, escenificación muy bien conseguida, en los papeles principales Ryan Gosling y Margot Robbie, superlativos, sacándole mucho jugo a sus personajes. La directora y guionista Greta Gerwig, que además de una buena actriz, ya lleva cosechados, en su corta carrera como directora y guionista, éxitos como Lady Bird y Mujercitas.
Los que pensábamos que Barbie iba a ser un buen spot publicitario para vender más muñecas Barbie y poco más, estábamos equivocados. Aunque, evidentemente, la empresa juguetera hace bien en promocionar sus juguetes, hay que reconocer que lo han hecho de la mejor manera posible con un producto cinematográfico bastante decente, que no tiene que ser lo contrario por su sentido comercial.
El alegato feminista viene bien, no sale forzado, hasta podría pensarse que quien utiliza al otro para lanzar su mensaje es la guionista y directora a Mattel.
De todas formas, viniendo de donde viene y vendiendo lo que venden tampoco piensen ustedes que es una película revolucionaria que cambia nada, pero en estos momentos de cancelación, de cuestionamiento de lo queer, del feminismo como base de la sociedad del futuro más próximo, no está nada mal que aunque de formas o maneras muy matizables, se nos ofrezca un producto comercial que intente ir un poco más allá de los tópicos que serían los propios o inherentes a la cultura de la muñecas y la niñas.
Desde mi punto de vista varios son los encargos que tiene el mundo en cuanto a su gobernanza en los próximos años: la defensa radical de la democracia y todo lo que conlleva la no claudicación ni siquiera en los pequeños detalles pues eso juega a favor de los nuevos totalitarismos. El activismo mundial para frenar el cambio climático, la lucha contra la pobreza y por tanto el reparto equilibrado de la riqueza y, una política ambiciosa por la igualdad, es decir, feminismo.
Por eso, aunque es lógico pensar que la película Barbie tenga su verdadero sentido en vender sus muñecas, cierto es también que lo hace desde una posición más abierta, más de hoy y, con todas sus pegas, es además de una película bien hecha e interpretada, una película que viene bien, de hecho, ya he visto en redes como los guardianes de la moral, esos de toda la vida, quejarse de que la película adoctrina y bla, bla, bla. Se seguirán vendiendo muñecas Barbie, seguro que con la publicidad de la película muchas más, y a esos que tanto que les ha molestado el mensaje explicito de igualdad y cierta rebeldía feminista, pues nada que esta es la apuesta y ya no creo que las mujeres den marcha atrás, así que...
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