Pongo La 1 de Televisión Española y, sospechosamente, comienzan a salir personajes más parecidos a los de La parada de los monstruos, película de 1932 donde aparecen unas criaturas deformes, extrañas, frikis diríamos hoy, trabajando en un circo. El programa no es otro que La Revuelta, liderado por el dueño de ese circo, el tal David Broncano. No me coge de sorpresa, es el mismo programa que en la plataforma de Movistar se llamaba La Resistencia y que ahora en la pública mantiene al 100% para delicia o escándalo de unos y otros. El programa no lo veo todos los días, me empacharía de frikismo, pero reconozco que, a lo largo de su emisión durante aproximadamente una hora por la noche, no me resisto a un ligero zapping para comprobar cual es el monstruo/a que han invitado ese día, o quedarme espeluznado con los colaboradores que se despachan en cada emisión.
Por otra parte, en la televisión buque insignia de Atresmedia, Antena 3, llevan en los últimos 13 años, y anteriormente en Cuatro otros 5, en prime time, emitiéndose el programa más exitoso: El Hormiguero, de la mano de Pablo Motos. Realmente este programa hace muchos años, por los menos 10 o 12 que no lo veo, me cansó, me gustaban algunas secciones o colaboradores, pero os confieso que Motos me ponía como una ídem. Tendrá su mérito, no lo descarto pues es indudable que, en ese mundo tan exigente, tener en antena durante tanto tiempo y liderando diariamente el share o cuota de pantalla, con audiencia millonaria.
Algo tendrá el agua cuando la han bendecido. Pero, así es la vida -igual le pasó a José María García con José Ramón de la Morena, a Pepe Navarro con Javier Sardá…-, siempre te llega el relevo. Las modas cambian, hay nuevos públicos, nuevos formatos y, en definitiva, aunque no todo se pueda explicar de forma tan sencilla, estas cuestiones tienen que ver con las alternativas generacionales -casi siempre la sociedad se ordena desde la cuestión generacional-. Cada cadena busca, en una competencia feroz, audiencia, público, éxito y nos muestras, aunque digan lo contrario, situar en la pole position, su línea editorial, sea ideológica, o simplemente de forma de hacer televisión, eso es lo normal y no deberíamos arañarnos la cara por ello.
Hoy está todo polarizado: por un lado, el discurso antisistema que propala la derecha, influenciada por las “modas” internacionales del libertarismo, el anti estatismo, el caos, el individualismo, la normalización y banalización del mal; y, por otro lado, lo contrario, el imperio de lo público, el valor de lo colectivo, el mantra de la igual. Todo esto ha llegado a la televisión, y ha llegado con la influencia clara y, a mi modo de ver, negativa de las redes sociales, con todos sus defectos. Hoy en la televisión tenemos programas que basan su escaleta en la producción y divulgación de bulos, y otros empañados en desenmascarar esos bulos.
Por eso no me extraña que haya personas, conocidos productores y gente de la televisión, entendidas se supone, que vea en el programa de Broncano una estrategia conspirativa de la mano de Pedro Sánchez para cargarse el programa de Motos y así eliminar un frente de resistencia al dogma social comunista que, como todo el mundo sabe, que se ha instalado en esta dictadura en la que vivimos. Por eso no me extraña que digan que Broncano es ETA porque, no pongan esa cara, hay gente que está convencida de eso: de que existe ETA y que Broncano es su divulgador cultural.
Como pueden comprender los que divulgan esta información no se lo creen, pero saben que gente como usted o como yo se lo pueden creer ¿o no hay gente que dice que la tierra es plana? Yo desde luego tengo que estar absolutamente adoctrinado por las huestes de Broncano y su parada de monstruos, no es que me lleven al éxtasis, por lo menos no me llevan al asco de escuchar, por lo que veo y leo, comentarios y actitudes machistas, ultramontanas…y que no, si a Motos lo apoyan gente como Vito Quiles, Javier Negre o mamarrachos de Vox, no necesito más: apoyo al contrario. Como dijo alguna vez Leonard Cohen: "A veces uno sabe de qué lado está, simplemente viendo quiénes están del otro lado".
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