En el mundo de la cultura, en el de las artes, pocas cosas se celebran más que el hacer descubrimientos póstumos, el hallazgo fortuito, la creación inesperada, la puesta a disposición de los mortales de un hálito más, de una genialidad, de un pálpito extremo. La ciencia avanza que es una barbaridad, como nos anunciaban en la Verbena de la Paloma los ínclitos Don Hilarión y Don Sebastián, y cierto es que cada año nos sorprenden con esos avances tan extraordinarios, pero no solo en la ciencia. En el mundo de la creación artística también no nos faltan personas que nos hacen más felices con sus obras. Desde que el mundo es mundo no ha faltado cultura y emoción en la creación. Pero, como
digo, no hay mayor excitación como la que se produce cuando algún gran creador nos regala lo inesperado, ocurre algunas veces, por ejemplo, para mi goce y disfrute, como ha ido sucediendo desde la separación, allá por el año 1970, de los Beatles. Canciones inéditas, documentales salidos a la luz, grabaciones hechas en directo que no se conocían…Y acaba de pasar de nuevo, esta vez en la literatura, ofreciendo esta semana una noticia de alcance mundial: el próximo año se publicará una obra inédita de García Márquez. Según las primeras informaciones efectivamente existe un manuscrito −cosa que por otro lado se sabía porque el propio García Márquez lo había comentado− de una novela que nunca terminó porque él mismo consideró que no tenía el nivel que deseaba. Ahora anuncian su publicación, e independientemente de la opinión que el propio escritor tenía de ese puñado de folios, me parece una buena noticia y seguro que podremos disfrutar de ese nuevo texto del nobel.
También en estos días he visto ya publicada la obra poética de Fernando Quiñones. La editorial Renacimiento ha recopilado en una antología, los poemas de, en mi opinión, el mayor representante de la literatura gaditana en el ultimo tercio del siglo XX, y uno de los más importantes de toda su generación en español. Desgraciadamente es difícil encontrar su obra, la mayoría de sus novelas, en general casi todos sus libros, están descatalogados o son de distribuciones escasamente visibilizadas. No sé si también habrá libros inéditos de Quiñones, igual salen nuevos poemas −también ha sido noticia de este año el descubrimiento de unos versos inéditos de Antonio Machado−, igual salen imágenes nuevas del insigne escritor de La Canción del Pirata o Las Mil noches de Hortensia Romero, es posible, no sé si probable, pero lo que, en este caso, sí que me haría ilusión −y me consta que no solo a mí− sería que reeditasen su libros, que hicieran posible que muchos jóvenes pudieran conocer a alguien que, de momento, solo conocen por libros que hablan de él −y menos mal que hay quienes se ocupan de ello−, pero no han podido siquiera ver apenas algún ejemplar en las librerías y, si han sido tozudos en su esfuerzo, ir a una de nuestras imprescindibles bibliotecas donde sí que están en buen lugar y bien tratados sus libros. Poco más, Fernando Quiñones es todo él inédito.
Por tanto, ya tenemos novedad para el año que viene, García Márquez cabalga de nuevo, y lo disfrutaremos, pero no estaría nada mal que pudiera “descubrirse” la literatura de Don Fernando Quiñones, un inédito para muchos, conocido por tantos, leído por menos.
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