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Eclipse total

No soy optimista ni pesimista, estoy a la expectativa y con todo el canguelo, ya he recopilado ofertas de atún en aceite de girasol

30 de marzo de 2025 a las 09:33h
Donald Trump en la Casa Blanca.
Donald Trump en la Casa Blanca.

En los próximos dos años vamos a tener varios eclipses de sol, un fenómeno poco frecuente en los últimos decenios. La explicación científica no me la sé porque en la información recibida no daban las claves de la profusión de esta situación que esperemos contemplar próximamente.

Ayer hubo uno, el primero de la serie, la cosa es que no lo vi, entre otras cosas, porque al no ser completo, no tenía, para un lego como yo en la materia, mayor interés como cuando la luna está en cuartos creciente o menguante.

Lo importante, poniéndonos estupendos y muy literarios, es que esto de los eclipses ha sido tratado, tanto en los libros de ficción como en el cine, como preludio de catástrofes de todo tipo, momentos turbulentos, asociándose, al igual que en la mitomanía de la luna llena, con alteraciones psíquicas, con sucesos sangrientos, con elementos casi paranormales y, en definitiva, todo aquello que nos perturba. Y no lo dudo.

BUNKER CAMPOSOTO SAN FERNANDO 008
Un bunker, el de Camposoto. MANU GARCÍA

Está el mundo como para no creerse que los próximos años no vayan a ser lo suficientemente delicados como para no tener que enfrentarnos con toda urgencia a construir o mandar construir un búnker debajo de nuestras casas (lean, con toda intención, Lugar seguro del siempre recomendable Isaac Rosa, y verán como estos de los sótanos preparados para resistir grandes crisis es algo imprescindible en los tiempos que corren). La cultura de prevención, que no tenemos, por más que en Cádiz José Antonio Aparicio lleve años insistiendo en la necesidad de prepararnos para enfrentarnos, por ejemplo, a resistir ante una de las pesadillas más recurrente entre los gaditanos: una ola gigantesca que nos llega por el Campo del Sur y nos traga de manera inmisericorde, una cultura que no tiene muchos fans, si no miren al inmoral de Mazón.

La cosa no estará muy bien cuando algo que nos llegaba como cosas de frikis hasta hace poco, los prepper, que son personas que en previsión de emergencias tienen su casa como Mel Gibson en su película conspiración, y ahora, de golpe y porrazo, la Unión Europea y ¡hasta una publicación sería como El País! Nos recomiendan hacer lo que de manera intuitiva hicimos durante la pandemia: llenar el piso de papel higiénico, agua, velas, latas de atún…

Digo todo esto porque seguramente todas estas recomendaciones tengan que ver con la realidad que nos llega: catástrofes naturales por culpa del cambio climático y posibles guerras. A mí todo esto me da miedo y, me malicio yo, pienso que lo más probable es que precisamente sea eso lo que se pretende: que tengamos el suficiente miedo como para aceptar sin remilgos una actualización de las políticas de carrera armamentística, aumentos de presupuestos en defensa y, en definitiva, llevarnos a la conclusión -que no digo yo que no sea cierto- de que mejor estar preparados por si ocurre algo, ya saben, que Putin se pongan aún más flamenco, que Trump quiera quedarse con, pongamos como ejemplo, Jerez o Madrid, y tengamos que salir a defenderlos, aunque sea de mala gana, ante la intolerable invasión yankee.

No soy en esto, ni optimista ni pesimista, simplemente, como la mayoría de los ciudadanos, estoy a la expectativa y, con todo el canguelo del mundo, ya he recopilado en una oferta del supermercado, unas cuantas latas de atún en aceite de girasol y abundante suministro de pilas alcalinas y papel higiénico de doble capa.

A pesar de lo que parezca, no me lo tomo a broma, realmente, viendo las noticias, lo que parece es lo que puede ser: el mundo ha dejado de ser lo que era y, por muy malo que fuera, lo que nos llega es mucho peor. Estados Unidos ha decidido hacer a escala planetaria lo que viene haciendo con tantos y tantos países durante toda su historia: tratarlos como escoria, dominarlos y exprimirlos, lo que pasa es que ahora han decidido hacerlo con todos, incluidos a sus propios ciudadanos.

Mientras, en nuestro país, en esa insoportable levedad del ser, vemos a algunos políticos que, incluso con esta situación tan delicada, prefieren seguir dando el espectáculo bochornoso en el Congreso, hacer política de parvulario, insistir en el ridículo… Pues sigan haciéndose fotografías posando agarrando el dedo meñique no vaya a ser que se caiga, sigan engañando haciendo vamos discursos sin que se les mueva la boca (en eso Moreno Bonilla es un maestro). Sigan dándonos motivos para no haceros caso nunca.

De momento, y por si acaso, estoy buscando una navaja multiusos de esas que MacGiver popularizó en la televisión y que tan buenos resultados le daba. Y no pienso mirar ningún eclipse, es más, ojalá no los hubiera, no se vayan a poner nerviosos los dos payasos de Rusia y Estados Unidos y la líen más de la que la tienen liada.

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