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El principal problema: la vivienda

¿Soluciones?: regulación de precios, activación de la construcción de viviendas protegidas tanto para la compra como para alquiler...

02 de febrero de 2025
Manifestación por una vivienda digna en Cádiz.
Manifestación por una vivienda digna en Cádiz. REYNA

El desembolso más grande que una persona de la franja media en términos socioeconómicos va a realizar en su vida será, posiblemente, casi con toda seguridad, la compra de una vivienda. Y si no es la compra, el desembolso más grande que una persona de la franja media en términos socioeconómicos va a realizar en su vida será, posiblemente, casi con toda seguridad, el alquiler de una vivienda. No hay duda, esta cuestión, el acceso a la vivienda es, por tanto, un elemento determinante en la calidad de vida de cualquier ciudadano.

No es baladí, desde luego, que en nuestra constitución el derecho a la vivienda sea contemplado como un derecho -ojo, no como un derecho fundamental, lo cual supone en la práctica que el Estado no garantiza el cumplimiento de un derecho que no se puede reclamar en el tribunal constitucional, por ejemplo-, o como un principio rector de la política social y económica, es decir, es un objetivo del Estado que señala directamente en el artículo 47 de manera literal lo siguiente:

“Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”. Clarito: regular, impedir la especulación, vivienda digna…conceptos contundentes que van en contra de muchos años de políticas que han ido por el carril contrario a ellos: La regulación de suelo ha sido una quimera cuando precisamente la masiva liberalización de suelos y la desregulación por toda norma, lo que ha predominado en España.

La dispersión competencial, la presión de los fondos de inversión…en definitiva la especulación y la consideración de la vivienda como un producto con el que “jugar” en los mercados financieros, nos ha llevado a una situación en la que o intervienen esos famosos poderes públicos, o realmente nos estamos cargado a corto y medio plazo, la posibilidad de que miles y miles de jóvenes de este país tengan la oportunidad de vivir en esa vivienda digna que les reconoce como derecho la Constitución. Hoy por hoy, en las clases medias y trabajadoras de España, los hijos de estas familias, solo tienen realmente una opción realista de tener una vivienda: Heredar.

Que sus padres hayan podido en su momento comprar ese piso en condiciones más asequibles y que ese hijo pueda, cuando ya sus padres hayan fallecido, conseguir el mayor regalo que puede hacerle un padre y una madre de clase media o clase trabajadora a sus hijos: una vivienda en herencia. ¿Y los que no heredan porque sus padres no han podido o no han querido ser propietarios de ese bien? Pues lo tienen crudo, es más, ya hoy la “solución habitacional” más habitual que se está dando es la de compartir piso: alquilar habitaciones porque la precio sobre los precios de alquiler tampoco hacen asequible el alquiler -no lo voy a hacer y además supongo que no hace falta porque la mayoría de la gente conoce bien lo que digo: yo vivo de alquiler, tengo 59 años, y por consiguiente así será el resto de mi vida.

Todos los días rezo a los Beatles, mi dioses particulares, para que le den salud a mi casera y no tenga que pasar en los próximos años por la terrible actividad de tenerme que buscar un piso de alquiler dado que si quisiera seguir viviendo en Cádiz, como es mi deseo, lo tendría crudo por dos motivos: no hay pisos para alquiler de larga duración, todo se dedica a turismo de temporada, o están vacíos esperando que sus mesetarians propietarios vengan unas semanitas al año para disfrutar de sus bonitas vacaciones.

Y, por otro lado, los pocos que hay, en condiciones de cierta dignidad, superan no solo mis posibilidades económicas y la de la inmensa mayoría de gaditanos. Para más inri, ya no se pude argumentar que a diez kilómetros está San Fernando, o a media hora Jerez… de igual en estas ciudades los precios también se han disparado al mismo nivel que aquí. Por tanto, sigo rezando.

¿El ascensor social? En temas de vivienda que, insisto, es lo que va a marcar un futuro más o menos digno de nuestros jóvenes: vivir en un piso digno, o vivir como eternos estudiantes, en pisos patera pero no de inmigrantes si no de personas con sus trabajos, sus sueldos, sus sueños, sus expectativas. En definitiva, y dirigiendo siempre a las clases medias y trabajadoras, porque la clases altas, ya se sabe, eso del esfuerzo, ese eslogan de si quieres puedes, ese mantra de con esfuerzo conseguirás lo que te propones, se reduce a ser un hijo de papá que su mayor esfuerzo ha sido en recoger todos los meses la paguita -eso si que es una paguita- con cantidades superiores pongamos por ejemplo al SMI, y tener como máxima preocupación a que hora me voy a jugar al pádel que lo de las viviendas ya me solucionó la familia.

Como expresan claramente los estudios: el hijo de un rico tiene un porcentaje elevadísimo de ser rico en el futuro y el hijo de un pobre o simplemente el hijo de un trabajador el porcentaje también es elevado de que no prospere por más que ponga todo su esfuerzo, y si no le han dejado una vivienda, pues ya sabe…Houston tenemos un problema. La desigualdad hoy no es el empleo, es la vivienda.

¿Soluciones?: regulación de precios, activación de la construcción de viviendas protegidas tanto para la compra como para alquiler, impedir con legislación interventora la especulación, impedir la proliferación desregulada de pisos turísticos, gravamen duro para los pisos vacíos…no invento nada, ahora el gobierno que atisbe una solución a esto tendrá mil años de cariño.

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