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Instrucciones para matarse con el patinete eléctrico

Me asombra el manual de instrucciones que ha sacado recientemente la Dirección de General de Tráfico porque supone un verdadero papel mojado del que reírse por todas partes y a toda velocidad

10 de abril de 2025 a las 09:44h
Una persona circula en patinete eléctrico.
Una persona circula en patinete eléctrico. MANU GARCÍA

No estaba demasiado al tanto de qué tipo de regulación teórica tenían los patinetes eléctricos. Aunque, en la práctica, me siempre me ha constado que no tienen ninguna. Conductores de patinetes que se meten por todas partes y en cualquier dirección, al margen de peatones, peatonalizaciones, semáforos, pasos de cebra, medianas, coches hacia allá o camiones hacia acá. Supongo que esa es su ventaja, y su perdición: que caben por todas partes y que nadie les da el alto jamás. Tampoco parece que tengan límite de edad, ni por arriba ni por abajo. Ayer me salió un niño -no tendría más de 9 años, estoy seguro- a toda velocidad desde el ángulo muerto y silencioso de un paso de peatones oculto por un coche. Supongo que su ángel de la guarda lo libró de enterarse de nada. Menos mal. El galope de mi corazón hizo todo el ruido dentro.

Ahora, más allá del susto que podría haberse convertido en tragedia y que supongo ha sufrido más de uno, me asombra el manual de instrucciones que ha sacado recientemente la Dirección de General de Tráfico porque supone un verdadero papel mojado del que reírse por todas partes y a toda velocidad. Se habla por ahí de 15 años como edad mínima, por decir algo, supongo, mientras por todos lados vemos a chiquillos, de dos en dos o de tres en tres, haciendo cabriolas por donde les da la gana. También se habla en ese papel empapadísimo de sinvergonzonería ajena de la velocidad comprendida entre 6 y 25 kilómetros por hora, que supongo se aplica durante el rato en que la mayoría de sus usuarios están aprendiendo a usarlo. De lo más gracioso que aparece en las instrucciones de la DGT es que jamás podrán circular estos patinetes por aceras y, desde luego, que tienen prohibido el paso por vías interurbanas, travesías o túneles urbanos, justamente las vías preferidas por los más osados, que seguramente se hicieron con el patinete pensando en estas vías que tanto juego les dan. Todo es un juego ahora que las bicicletas no son ya ni siquiera para el verano…

Es desternillante igualmente esa otra instrucción de que los conductores de patinetes eléctricos estén sometidos a las mismas tasas máximas de alcohol permitidas por la ley de seguridad vial y que tengan prohibido circular con la presencia de drogas en el organismo, como si a cada personaje que circula por donde le viene a bien lo estuviesen parando en cada esquina para hacerle un riguroso análisis. Lo de utilizar casco de protección obligatoriamente da un poco de menos risa, porque por todas partes se ve a conductores de patinetes con su preceptivo casco. Por todas partes, y sin auriculares, por supuesto, y con ropa reflectante, por supuesto, y todos con su seguro de responsabilidad civil, faltaría más, y su certificado de circulación y su timbre. En fin. Ya me entienden con el título de este artículo.

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