¿Y qué hacemos con los móviles?

No podemos pretender que nuestros hijos actúen de una determinada manera si nosotros hacemos todo lo contrario

Docente especializada en Educación Familiar

Un aula andaluza, en una imagen de archivo.

A modo de caso práctico, he elegido este asunto porque me parece que nos puede servir para repasar algunas de las orientaciones más importantes que he aportado en mis artículos anteriores. No se me ocurre un tema más actual y cotidiano que éste para poder aplicar firmeza, límites y normas; comunicación abierta; responsabilidad, control o valores como el respeto y la empatía ¡Todo ello aderezado con grandes dosis de paciencia y afecto! Y, por supuesto, con el acuerdo entre papá y mamá, sin olvidar la capacidad educativa que tenemos como sus modelos de referencia.

Y digo esto porque, en este asunto, es determinante nuestro comportamiento como padres. Ya que no podemos pretender que nuestros hijos actúen de una determinada manera, si nosotros hacemos todo lo contrario. Pasa lo mismo con el consumo abusivo de alcohol, tabaco, etc. Por lo tanto, si queremos que hagan un uso adecuado del móvil, lo primero que tenemos que plantearnos es revisar el uso que hacemos nosotros del mismo, para evitar confundirlos con mensajes contradictorios.

También tendremos que tener en cuenta que el móvil puede ser muy útil para determinadas situaciones o necesidades, pero una cosa es el uso y otra el abuso. Y este último es el que puede desembocar en una adicción, si se dan las condiciones personales y ambientales para ello. Para enseñar a nuestros hijos a   hacer un buen uso  de los móviles, nos pueden ayudar las siguientes orientaciones:

1.-  Es importante no utilizar el móvil como “niñera” de los más  pequeños, para que se duerman, para que coman o para que nos dejen un rato tranquilos. Ya que, sin ser conscientes, les estamos transmitiendo el mensaje de que no podemos vivir sin los móviles. Siempre hay alternativas para conseguir estos objetivos (La lectura de un cuento, cantarles una canción o darles un juguete….)

2.- Acordar entre papá y mamá  con qué edad vamos a darles  el primer móvil a nuestros hijos y mantenerlo. Los expertos aconsejan que no sea   antes de los 14 años. Y, para ayudarnos a decidir, tendremos que tener en cuenta sus características personales y su grado de madurez, en cuanto a responsabilidad y valores asumidos, así como el tipo de móvil que consideramos adecuado. No es lo mismo un móvil para hacer llamadas o mandar un SMS que uno con internet, que puede ser un peligro si no son conscientes de las consecuencias de un mal uso.

3.-Comunicar a los familiares más cercanos nuestra decisión con la claridad y  firmeza necesarias, para evitar que se lo regalen o les permitan usar los suyos sin nuestra aprobación.

4.-Ofrecer a nuestros hijos experiencias gratificantes alternativas al uso permanente de  los móviles, para que valoren lo positivo de la relación  con otras personas presencialmente. Pueden ser prácticas deportivas, en familia o con amigos; viajes  o excursiones para disfrutar de la naturaleza o actuaciones para protegerla; visitas a familiares para fortalecer los   vínculos; actividades solidarias para que desarrollen la empatía; tareas domésticas divertidas o   espectáculos lúdico-culturales, teniendo en cuenta sus intereses.

5.- Cuando empiecen a usarlo, adoptar las medidas de control o supervisión necesarias para determinadas cuestiones.

6.- Para que aprendan a limitar el uso y a valorar lo que cuesta mantenerlo, una medida muy educativa puede ser usar una fórmula prepago y la negociación para acordar la cantidad.

7.- Por prevención, enseñarles a respetar nuestros móviles, como lo hacemos con las pertenencias o los espacios de cada uno.

8.-Aparcar los móviles para disfrutar las comidas o los tiempos de los encuentros familiares. Y deberán hacerlo tanto los padres como los hijos mayores y demás familiares participantes, cuando no sea estrictamente necesario.Si los adultos lo hacemos habitualmente, ellos aprenderán a hacer lo mismo como algo normal y no les supondrá un problema.

9.-Además de respetar las medidas que tome su instituto para evitar efectos negativos en su aprendizaje, es importante acordar normas de uso en relación a los deberes escolares.

10.-Por último, quiero señalar que todos mis artículos tienen como objetivo ofrecer pautas preventivas para educar a nuestros hijos con el mayor equilibrio posible. Pero, cuando se presentan ya problemáticas en relación al abuso de los móviles u otros temas importantes para su desarrollo, es necesario que acudamos a profesionales o servicios especializados para que nos asesoren sobre cómo afrontarlas.