La jornada del Martes Santo volvió a romperse en Sevilla. El inestable tiempo provocó que algunas hermandades se mojaran y otras decidieran no salir. Además, las que lo hicieron a última hora de la tarde tuvieron que modificar sus recorridos para intentar minimizar el máximo posible las opciones de mojarse en otro chaparrón inesperado.

El día acabó con las dos primeras hermandades del día completando sus recorridos con relativa normalidad. No obstante, también fueron las dos corporaciones que más se mojaron. Especialmente San Benito, que se encontraba entrando en la Carrera Oficial, sufrió el granizo que cayó en la capital hispalense a media tarde. Ninguno de sus tres pasos se libró, aunque una vez llegados a la Catedral pudieron volver al barrio de La Calzá sin demasiados problemas. Antes, el Cerro se había refugiado en la propia Catedral y tuvo que esperar a las 20 horas para salir y regresar al barrio.
La vuelta a la normalidad
Mientras esto ocurría con las hermandades madrugadoras, las de por la tarde comenzaron a pedir prórrogas hasta que la suspensión fue inevitable. Uno de los momentos más lamentables se vivió en la calle San Esteban, donde tras abrirse las puertas se volvieron a cerrar y el público decidió que la mejor opción ante esto era abuchear a la corporación.
Como no hace cambios cojo y me voy, de vergüenza un día más el público de la campana.
— Don Judas (@JudasSevillano) April 15, 2025
Esto no lo merece la hermandad de los Javieres. #SSantaSevilla25pic.twitter.com/JqQnuFQ5TC
Todavía faltarían imágenes tristes por ver en la ciudad. Con el fin del riesgo de lluvia, tanto Los Javieres como Santa Cruz decidieron ir a la calle coincidiendo con las vueltas de San Benito y El Cerro. Fueron más de cuatro horas sin cofradías por la Carrera Oficial y muchos de los propietarios de las sillas decidieron marcharse para no volver. Eso dejó imágenes que pueden catalogarse como tristes. Tanto el Cristo de las Almas como el Cristo de las Misericordias pasaron por Campana mientras les cantaban saetas, pero con un panorama desolador y casi todas las sillas vacías.