Más tarde en fechas que otros años, la Unión de Hermandades dio a conocer el cuadro que es el anuncio pictórico de la Pasión jerezana, una gran obra de enorme sabor cofrade. La sala multimedia de La Atalaya volvió a acoger la presentación del cartel de la Semana Santa, una cita ineludible para el público cofrade que llenó el espacio, como siempre, no sin malestar e incluso enfado por parte de algunos que se acercaron y no encontraron silla libre.
Estaba más de la mitad del aforo reservado por protocolo. Así, los pocos asientos que quedaban se ocuparon rápidamente. Como es costumbre, el acto lo abrió la música cofrade con la banda municipal, cuyo número de componentes siguen siendo los mismos, es decir, pocos. No llegan a la veintena. Sin embargo, defendieron bien las tres marchas que tocaron.
La alcaldesa, delegados municipales, la delegada de Turismo de la provincia, autoridades cofrades, hermanos mayores, dirigentes cofrades de ciudades como la de Cádiz, el pregonero… en definitiva la concurrencia oficial de costumbre. El acto contó con proyección de vídeos en las grandes pantallas de la sala, incluido un spot promocional de la candidatura a la capitalidad europea de la cultura usando la Semana Santa como argumento “generador de cultura” dijo el presentador Jaime Betanzos.

Si la música la puso la banda municipal, la otra música, la jonda, la puso en su voz gitana José Carpio el Berenjena con una saeta de aquí, de Jerez. En definitiva, no faltaron todos los ‘perejiles’ necesarios para esta obra. Manuel Ruiz Ortega, autor del cartel, que por cierto firmó uno de los de la Feria del Caballo, el de 1999. Antes de conocer la obra, el cofrade Javier López de Aguileta, doctor en Arte, dio el introito a descubrir el cuadro.
Destacó su trayectoria académica en Barcelona, "es maestro de maestros" dijo de él al referenciar a los artistas de los pinceles que han pasado por su enseñanza. Resaltó su actividad expositiva y el reconocimiento nacional e internacional que tiene.
Subrayó que su obra es un “juego de miradas entre pintor y espectador”. Así se desveló el secreto. El cartel no se centra en ninguna imagen de las hermandades, pero sí en elementos consustanciales a la Semana Santa.
Un ropón de pertiguero rojo dejado caer, preparado con su cartela y a sus faldas dos incensarios y una naveta, todo sobre un fondo de tonos ocres en degradado.
Un detalle de un cirio encendido arrimado a la vestimenta cierra el motivo central de la obra. A ojo inexperto, que para eso ya hablarán los entendidos y los que se lo dan de ello, el cuadro tiene una factura magnífica en la que los tonos rojo y amarronados, presentan un cromatismo agradable.
Y el motivo que le ha inspirado no puede ser más cofrade, aunque el cartel de 2025 no sirva para un rezo o una mirada devota. Pero sí tiene un algo especial, el ropón y los elementos usados son de la Hermandad del Cristo del Amor, con la particularidad de que el medallón es de lo poquito que quedó del antiguo palio de Los Remedios.

Ruiz Ortega en su discurso dijo que su obra nace de la experiencia y de las vivencias. “Busqué una conexión profunda con la Semana Santa de Jerez” y lo hizo mediante la profesión de su esposa, la restauradora Maripaz Barbero.
Por su casa han pasado muchas imágenes titulares de hermandades “descubriendo los rastros de la devoción y el paso de los siglos”. Emocionado habló de la especial conexión que tuvo durante la pasada procesión Magna que le retrotrajo a su infancia.
Tanto sentía lo que decía que Ruiz Ortega tuvo que parar varias veces porque la congoja le impedía seguir su discurso. De esta forma detalló cómo la luz, las imágenes, flores, bordados, colores, aromas… “una explosión de emociones” han dado forma a su obra.
Dijo que es el momento de recogida de una hermandad cuando todos se desprenden de los elementos que han llevado en la procesión: “Ese es el instante que me ha atrapado”.
Con los discursos del presidente José Manuel García Cordero, y de la alcaldesa, María José García-Pelayo, se cerró el acto que, como nos gusta decir, viene a dar un fuerte empujón que nos mete más en estas vísperas de las vísperas.