El día ha amanecido nublado en Sevilla aunque con el paso de las horas el sol se ha hecho un hueco. El pronóstico es bueno, al menos durante la mayor parte de la jornada. Tan sólo hay probabilidad de lluvia a última hora de la noche, cuando casi todas las hermandades del Lunes Santo encaran la recta final de sus recorridos.
Son muchas las corporaciones que miran al cielo para eliminar el amargo sabor de boca del año pasado. En San Gonzalo es diferente. En Triana hace doce meses la salida se retrasó dos horas, pero el Soberano acabó pisando la calle y lo hizo con éxito. Cumpliendo horarios y sin mojarse. Es una de las hermandades que más ha crecido en los últimos años. Algo que se constata al visitar su templo en la mañana del Lunes Santo. Apenas hay espacio para acercarse a los pasos de sus titulares. Frente a ellos, personalidades del barrio como César Cadaval saluda a viejos conocidos.

Tal ha sido el crecimiento de la Hermandad que las instalaciones de la parroquia ya no son suficiente para formar el cortejo de nazarenos. Desde hace varios años, la corporación toma el mercado homónimo para que diferentes tramos esperen el momento de realizar la estación de penitencia. El hecho obliga que a las 13 horas los puestos echen la baraja.
Aun así, es un día con menos movimiento del habitual. Algunos vecinos se acercan, pero la falta de pescado habitual de los lunes y la salida de la cofradía hacen que otros puestos decidan no abrir. Francisco tiene uno de los pocos bares que hay en este mercado. Él sí se quedará hasta que las túnicas blancas abandonen el lugar. "Hoy se venden refrescos, bocadillos y agua por un tuvo", dice en un día que es "tranquilito".

Leonor pasea por el recinto. Es vecina del barrio, pero hoy no ha podido comprar todo lo que a ella le gustaría. "El Lunes Santo es muy triste en el mercado porque están todos los puestos cerrados. Si normalmente no hay pescado, hoy menos, que sale San Gonzalo", comenta.
El aroma de que es un día distinto se huele y se ve. Personal de la Hermandad cuelga carteles en las columnas que habitualmente están destinadas a las ofertas. Esta vez no se lee ninguna. Son avisos sobre los diferentes tramos y dónde deben colocarse cada uno de ellos. Al lado de una de las fruterías ya están los cirios preparados para la salida procesional.

Posiblemente, uno de los grandes triunfadores del día sea el puesto de chicharrones que regenta Beatriz. Por la mañana ha habido más trabajo, pero lo 'gordo' puede llegar en los momentos previos. "Espero que los nazarenos y sus familias quieran chicharrones. Mientras esperan algo cae seguro". En la cola está Rafael, vecino del barrio de toda la vida. Si queremos hacer una crónica del mercado, recomienda que vengamos otro día. "Hoy como venta no es buen día, pero el ambiente es distinto".
Los bares y sus refrigerios en las horas de espera
Donde no se nota la falta de gente es en el bar de Curro. Su pizarra con la oferta del 'supertieso' da la bienvenida. En breve la leerán un porcentaje considerable de los 3.000 nazarenos que este año San Gonzalo pone en la calle. "El mercado funciona poco. Los fruteros empiezan a recoger antes", reconoce. No obstante, "yo me quedo para que los chiquillos tengan algo para beber". Las miradas van al cielo, pero Curro es optimista. "Yo creo que no va a haber problema", dice recordando los retrasos del pasado año que tuvieron final feliz. Israel es de la Macarena, pero vive en San Jacinto y apunta, "dan agua a partir de las 22 horas".

Emilia es una de las vecinas del barrio que ha acudido al mercado por la mañana. Vive a pocos metros de la iglesia y deja claro que es un día que se vive "de forma especial". "Llegamos con otro ánimo", asegura. "Los Lunes Santo me levanto estupendamente y con muchas ganas de que salga y no llueva. Aunque San Gonzalo es muy valiente y sale siempre".
A pocos metros, esperando su turno para comprar chicharrones está Presentación Lozano. "Soy Saetera Mayor por el Ateneo de Sevilla", presume. También es vecina del barrio y eso significa que hoy está pendiente de la salida del Soberano. "El Lunes Santo lo especial es San Gonzalo, ¿no ves que están todos los puestos cerrados? Está todo el mundo preparándose", apostilla.

Cuando se está haciendo este reportaje, quedan pocos minutos para que las fruterías despidan el día. El día de hoy no parece demasiado fructífero en lo laboral. "No es un día normal, hay menos gente porque está todo el mundo loco con San Gonzalo. Luego se llena el bar, pero a comprar no viene".
Los primeros nazarenos llegan poco después del mediodía, tal y como avisaban los más antiguos del lugar. Los capirotes señalan que es un día diferente, aunque una conversación sobre el partido del Real Betis entre dos vecinos también recuerda que podría ser un lunes cualquiera.