San Bonifacio (672/673–754), nacido como Wynfrith en Crediton, Inglaterra, es reconocido como el principal evangelizador de Germania y uno de los grandes reformadores de la Iglesia en Europa Occidental. Desde joven, mostró una profunda vocación religiosa, ingresando en un monasterio benedictino y siendo ordenado sacerdote a los 30 años.
En el año 718, viajó a Roma, donde el Papa Gregorio II lo nombró obispo y le encomendó la misión de evangelizar las tierras germánicas. Bonifacio emprendió su labor en regiones como Hesse y Turingia, donde no solo convirtió a muchos al cristianismo, sino que también reformó la Iglesia existente, erradicando prácticas paganas y estableciendo estructuras eclesiásticas firmes.
Uno de los actos más simbólicos de su misión fue la tala del roble sagrado de Thor en Geismar, demostrando la supremacía del Dios cristiano sobre los dioses paganos. Este evento marcó un punto de inflexión en la cristianización de la región.
En el año 754, mientras realizaba una misión en Frisia, Bonifacio fue asesinado junto con unos 50 compañeros. Su legado perdura como el ‘Apóstol de los Germanos’, y es venerado tanto por católicos como por luteranos el 5 de junio.
Otros santos y beatos
Beato Fernando de Portugal (1402–1443). Hijo del rey Juan I de Portugal, Fernando participó en una expedición militar contra Marruecos en 1437. Tras la derrota, fue entregado como rehén y murió en cautiverio en Fez. Es venerado por su sacrificio y fidelidad a la fe.
Beato Pacífico Ramati (siglo XV). Franciscano italiano que predicó en Cerdeña. Murió mientras defendía a los cristianos en tiempos de persecución.
Beato Sancho de Córdoba (†851). Originario de la Galia, fue capturado y llevado a Córdoba, donde fue educado en la corte musulmana. Rechazó renunciar a su fe cristiana y fue martirizado durante las persecuciones en Al-Ándalus.
Santos Eoban y compañeros (†754). Eoban, obispo, junto con Adelario y otros ocho compañeros, fueron martirizados en Dokkum, Frisia, mientras acompañaban a San Bonifacio en su misión evangelizadora.
San Doroteo de Tiro (siglo IV). Obispo de Tiro, fue exiliado durante las persecuciones del emperador Diocleciano y murió mártir en Odyssópolis, Tracia.
San Eutiquio de Como (†539). Obispo de Como, Italia, conocido por su piedad y dedicación pastoral.
San Franco de Assergi (siglo XII). Ermitaño italiano que vivió en la región de los Abruzos, conocido por su vida de oración y penitencia.
San Ilidio de Arvernia (siglo IV). Obispo de Clermont, en la Galia, participó en el Concilio de Valence y es recordado por su celo pastoral.
San Pedro Spanò (siglo XII). Monje italiano de la orden de San Benito, venerado por su vida austera y devoción.