El Santoral de la Iglesia Católica recuerda hoy miércoles a San Francisco de Paula, que nació en el año 1416 en Paula, Italia.
Sus padres le llamaron así porque se encomendaron a San Francisco de Asís después de muchos años buscando descendencia.
De niño quedó ciego debido a que cayó gravemente enfermo. Sus padres y él se encomendaron a Dios y este les brindó la curación. En agradecimiento, a la edad de 14 años se trasladó a Asís, donde recibió la inspiración para convertirse en ermitaño, rezar y vivir en penitencia.
Durante cinco años estuvo en el monte alimentándose con agua y hierbas silvestres y durmiendo sobre piedras. Pronto se extendió su historia y muchos hombres adoptaron su modo de vida. Precisamente por este hecho construyó varias casas para sus religiosos.
Hermanos Mínimos
Sus seguidores pasaron a llamarse Hermanos Mínimos. Cuentan que Dios bendijo al santo con la capacidad de realizar milagros, curaciones y emitir profecías.
San Francisco de Paula pasó el resto de su vida recorriendo ciudades. Increpaba a alcaldes, gobernadores, ministros y jefes de estado quienes derrochaban sus riquezas sin ofrecérselas a los pobres.
Logró la conversión del rey Luis XI antes de morir. Este quedó tan agradecido que nombró al ermitaño director espiritual de su hijo Carlos VIII, futuro rey de Francia. El nombre Francisco deriva del latín y significa 'el que viene de Francia'.
También se celebra la festividad del beato Leopoldo de Gaiche, beata María de San José Alvarado, san Affiano, san Diego Luis de San Vitores, san Víctor y san Eustasio.