El 9 de abril, la Iglesia Católica celebra la festividad de Santa Casilda de Toledo, una noble nacida en el seno del islam que, movida por la caridad, abrazó el cristianismo y dedicó su vida a los más necesitados. Su historia de conversión y santidad la convierte en una figura emblemática de reconciliación entre culturas.
Casilda fue una mujer de carácter fuerte, de inmenso valor y generosidad. Según el Martirologio Romano, “ayudó con misericordia a los cristianos detenidos en la cárcel y después, ya cristiana, vivió como eremita”.
No hay certeza completa sobre el año de su nacimiento. Se cree que pudo haber nacido en el año 1007, mientras otros fechan el 1025. A la edad de cinco años empezó a aprender el Corán de memoria; con el que todo niño musulmán aprendía a leer y escribir
Una princesa entre dos mundos
Santa Casilda nació en el siglo X en Toledo, entonces bajo dominio musulmán, como hija de un emir o gobernante local. Aunque criada en el islam, desde joven mostró compasión hacia los cristianos prisioneros, a quienes ayudaba llevándoles pan escondido en su ropa. Según la tradición, en una ocasión fue descubierta, pero los panes se convirtieron milagrosamente en rosas, lo que disipó las sospechas.
Conmovida por la fe de los cristianos, Casilda se convirtió al cristianismo y fue bautizada. Para evitar persecuciones, se trasladó a tierras cristianas, donde vivió como ermitaña en Briviesca (Burgos). Allí llevó una vida de oración, austeridad y servicio a los enfermos, especialmente en una cueva junto a un manantial cuyas aguas, según la tradición, obraron curaciones milagrosas.
Patrona de Toledo
Santa Casilda es venerada como patrona de Toledo y su festividad es especialmente celebrada en la localidad burgalesa de Briviesca. Su figura simboliza el encuentro entre el islam y el cristianismo, destacando valores como la caridad y la libertad religiosa. Su tumba, en la ermita que lleva su nombre, sigue siendo lugar de peregrinación.
En este día también se celebra la festividad de san Hugo de Rouen, san Acacio de Amida, beato Tomás de Tolentino. Completan el santoral del 9 de abril san Máximo de Alejandría y el beato Antonio Pavoni.