El sol en todo lo alto y un día magnífico hizo olvidar la pesadilla del pasado año cuando la lluvia arrasó con la jornada. Para algunas hermandades fue el reencuentro con las calles después de tres años sin salir, los dos años de pandemia y uno más por la lluvia.
Aún se recuerdan los tremendos chaparrones que le cayeron a La Paz y Candelaria. Un Lunes Santo para olvidar. Este fue radicalmente distinto: buen ambiente en las calles, más gente de lo habitual en un Lunes Santo.

Persistieron las quejas por el estado de los palcos. Los usuarios siguen mostrando su descontento: “no le han dado ni una mano de pintura”, es la reclamación más extendida.
En otro frente, el debate cofrade se centra en los retrasos del Domingo de Ramos. El Consejo se ha limitado a difundir un cuadro con los retrasos que fueron acumulando las hermandades sin más explicaciones.
Será porque la respuesta es demasiado obvia y atañe a la poca conciencia de determinadas hermandades o que no hay una explicación lógica. Será algo para seguir analizando los días que restan y actuar tras la Semana Santa.
Estos retrasos llegaron a una hora en la recogida de La Coronación y, otro ejemplo, los 40 minutos con los que entró en la Catedral Las Angustias.

El Lunes Santo fue de faldones levantados para aliviar el calor bajo los pasos, sobre todo las más tempraneras como La Sed que puso la distancia en el día con una salida de ocho horas y media. El crucificado de esta hermandad es más protagonista en 2023 por formar parte del cartel oficial.
Su paso por las calles estuvo en su línea, andando largo y entreteniéndose cuando las calles y los lugares invitaban al lucimiento. El cortejo tirando a corto y el paso de nueva factura se vio con el frontal terminado de talla.

La Viga siempre transmite. Una hermandad que sabe a Jerez por historia y por sus titulares. El palio del Socorro estrenó capataz con Ezequiel Simancas que le dio un aire más elegante. El crucificado más antiguo que procesiona en Jerez fue como siempre severo, solemne e imponiendo silencio a su paso.

Silencio que también es marca propia en la de Amor y Sacrificio. Tiene otras muchas singularidades que la hacen totalmente diferente al estilo dominante. Pero tras más de 75 años de existencia, aquí se ha asumido coló propio y ante la incontestable verdad penitencial y devocional, no en vano es de las que más nazarenos pone en su salida.
Candelaria y La Paz. La Plata y la Constancia. Dos hermandades de barrio que este lunes santo se resarcieron de la gran mojada del pasado año. Las dos más perjudicadas y las que fueron objeto de todo tipo de críticas por su atrevimiento a echarse a la calle aún lloviendo.

Ahora tocaba disfrutar olvidando el 2022, ambas con sus propios estilos alejados del silencio y más cercanos a la esencia de las cofradías de barrio.
Y La Cena puso la nota más cofrade de la jornada. Con todo el peso de su belleza y armonía, la cofradía de San Marcos volvió a concitar la máxima atención desde su salida hasta la recogida.

El buen oficio costalero hace y ha hecho mucho por esta hermandad siendo Martín Gomez su principal artífice. Un capataz que este año ha cumplido 40 al frente del misterio.

Para esta cofradía el Lunes Santo también fue de revancha después de tres años sin salir. El pasado 2022 se quedó en casa por el mal tiempo. Otro año más en las calles con dos pasos maravillosos y el primero de ellos de cumpleaños: medio siglo en Jerez.